Deepa Mehta: el cine como arma de di¨¢logo
La directora india, presidenta del jurado de la Seminci, reflexiona sobre la trascendencia social de sus obras, y presenta su nuevo trabajo, ¡®Funny Boy¡¯
Funny Boy es de todo menos divertida. La pel¨ªcula con la que la directora india Deepa Mehta (Amritsar, 71 a?os) participa fuera de concurso en la Seminci de Valladolid, donde ejerce de presidenta del jurado, es una historia de amor, dolor, represi¨®n y lucha contra las convenciones sociales. El filme sigue a Arjie, un ni?o que pronto descubre que le gusta la danza, el maquillaje y que el tenis o el cr¨ªquet no van con ¨¦l. El muchacho crece en un entorno de prejuicios contra su identidad sexual y se topa con un muro que para Mehta no solo se corresponde con la restrictiva cultura de Sri Lanka, donde se ambienta el drama, sino con ¡°Francia, Espa?a, Rusia, Brasil, India¡¡±. La incomprensi¨®n hacia la diversidad, critica la cineasta, se ha propagado y para ello las pel¨ªculas deben servir como forma de ¡°di¨¢logo¡± entre incomprendidos y represores.
Algunas de las posturas que la artista muestra contrastan enteramente con su imagen y discurso, moderno y progresista. La cineasta, que luce melena canosa y zapatos rojos a juego con la alfombra que cubre la sala de los espejos del Teatro Calder¨®n vallisoletano, reitera que la gran pantalla no puede arrogarse la responsabilidad ¡°de cambiar las cosas¡±, aunque s¨ª ayudar a que el p¨²blico entienda lo que est¨¢ pasando: Funny Boy sirve para que la audiencia conozca los conflictos ¨¦tnicos y de orientaci¨®n sexual en Sri Lanka. La cineasta, asentada en Canad¨¢ y casada con el productor David Hamilton, procede de una familia india progresista, en la que tambi¨¦n su hermano ha realizado documentales y su padre ejerci¨® como distribuidor de cine estadounidense en la India. La conexi¨®n con Espa?a, relata Javier Angulo, director de la Seminci, es directa: ¡°Es una apasionada¡±. Ella, entre risas, a?ade alguno de los porqu¨¦s: el jam¨®n ib¨¦rico y las croquetas. La filosof¨ªa de dejar las cosas para ¡°ma?ana¡±, pronuncia con un marcado acento, se asemeja a la de su patria y propicia que se sienta ¡°como en un hogar¡±.
Mehta mantiene un idilio particular con Valladolid, a cuya muestra ha acudido en varias ocasiones. Incluso esta ¨²ltima pel¨ªcula tiene impronta espa?ola, pues la ha editado Teresa Font, la veterana y destacada montadora. La responsable de Funny Boy le pidi¨® el contacto a Angulo y ambas mujeres remataron los ¨²ltimos detalles poco antes de que estallara la pandemia. Angulo aplaude la ¡°enorme sensibilidad¡± de quien considera ¡°una amiga¡± y celebra que su enorme capacidad cultural y art¨ªstica se encuentre de nuevo en la Seminci.
La creadora, que bromea con que anhela unas vacaciones en Valladolid m¨¢s que las visitas laborales, se pone m¨¢s seria al explicar las complejidades de abordar la homosexualidad o la ruptura con los c¨¢nones establecidos en pa¨ªses como el suyo o Sri Lanka. El actor protagonista que interpreta al adulto gay al que su familia censura y sufre acoso social, Brandon Ingram, recibe todos los elogios de Mehta, que loa la ¡°gran valent¨ªa¡± de un hombre que ha admitido su homosexualidad all¨ª donde est¨¢ legalmente penada y que se ha atrevido a aparecer en la gran pantalla desempe?ando este rol. La directora de la trilog¨ªa Fuego, Tierra y Agua (pel¨ªcula candidata al Oscar) anhela que los ni?os que la vean y se sientan reflejados en ese chaval puedan apreciar que tienen ¡°opciones¡± m¨¢s all¨¢ de lo normativo. A los mayores los emplaza a comprender que es ¡°natural¡± tener una hija lesbiana o un hijo gay. El poso que alimenta este odio o estas actitudes reacias a la realidad, reflexiona, ¡°radica en las religiones y en los credos que hist¨®ricamente han apartado al diferente¡±.
Lo mismo ocurre con los conflictos internos civiles que recoge la pel¨ªcula, que narra con crudeza las luchas entre la comunidad tamil y la sinhalese, cuyo enfrentamiento acaba salpicando a la familia protagonista. La influencia vital de su directora se aprecia tambi¨¦n al final de las casi dos horas de filme. El clan, v¨ªctima de la presi¨®n ¨¦tnica, acaba refugi¨¢ndose en Canad¨¢ en busca de un futuro m¨¢s halag¨¹e?o junto a otra familiar que recal¨® all¨ª antes. Mehta tambi¨¦n tiene su visi¨®n sobre el ma?ana, un mundo que cree seriamente comprometido por el cambio clim¨¢tico y que le genera ¡°preocupaci¨®n¡± ante ¡°pol¨ªticos populistas como Trump o Bolsonaro¡±.
Babelia
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