¡®Tres¡¯, el drama de la mujer que lo o¨ªa todo tarde

Juanjo Gim¨¦nez es un caso singular en el cine espa?ol. Primer espa?ol en ganar la Palma de Oro en Cannes al mejor cortometraje, por Timecode (2016), y posteriormente nominado al Oscar de la categor¨ªa por la misma pieza, el cineasta barcelon¨¦s logr¨® el doble hito no a la edad en la que se suelen mover los cortometrajistas, sino ya con 53 a?os. En modo alguno era un primerizo, pero s¨ª un desconocido: sus dos largos anteriores ¡ªuna ficci¨®n, Nos hacemos falta, de 2001, y un documental, Esquivar y pegar, de 2010¡ª no los hab¨ªa visto casi nadie. Para rematar el perfil, Gim¨¦nez no se subi¨® al carro del triunfo de inmediato, se lo tom¨® con calma y hasta cinco a?os despu¨¦s no ha presentado su nueva pel¨ªcula, Tres, estrenada con excelente acogida en la secci¨®n Giornate degli autori del festival de Venecia, y ahora en los cines.

?Director singular? Sin duda. ?Obra singular? A¨²n m¨¢s. Timecode era un misterioso musical articulado por la danza m¨¢s que por la melod¨ªa, ambientado en un aparcamiento subterr¨¢neo, protagonizado por dos vigilantes de seguridad y asentado en los juegos visuales metaling¨¹¨ªsticos y en una excepcional forma de comunicaci¨®n. Tres, por su parte, podr¨ªa definirse como un thriller mental, o como una intriga psiqui¨¢trica, que no psicol¨®gica, sobre una mujer a la que se le viene abajo la sincron¨ªa de la vida: poco a poco empieza a o¨ªr los sonidos y las conversaciones con cierto retardo. Al principio con apenas unos milisegundos ¡ªun par de frames, fotogramas, seg¨²n la descripci¨®n de la pel¨ªcula; de nuevo, el metalenguaje¡ª. Con el paso de los d¨ªas, de m¨¢s de un minuto. Que la protagonista sea una prestigiosa t¨¦cnica de sonido amplifica el enigma, y la hermana en cierto sentido con algunos grandes t¨ªtulos de la historia del cine en su trama principal, aunque nunca en el tono. De nuevo, Gim¨¦nez va por libre: qu¨¦ nueva, original e indescifrable parece siempre Tres.

Hay algo de Blow-up, de Michelangelo Antonioni, cambiando la fotograf¨ªa por el sonido; de su obsesi¨®n, de su jerogl¨ªfico t¨¦cnico, de su carga existencial. Y, por supuesto, tambi¨¦n de su ¨¦mula: Impacto, de Brian De Palma, tambi¨¦n con un t¨¦cnico de sonido cinematogr¨¢fico como personaje principal, al igual que La conversaci¨®n, de Francis Ford Coppola, una vez m¨¢s con un protagonista al borde del caos mental en su oficio de sonidista. E incluso del giallo italiano y de una de sus ¨²ltimas legatarias: Berberian Sound Studio, del brit¨¢nico Peter Strickland. Y sin embargo, Tres se emancipa de todas ellas con sus colores apagados y su frialdad, con su extra?a forma de maldici¨®n que finalmente puede ser una bendici¨®n, casi como una peque?a, chocante y amarga historia de superh¨¦roes con poderes especiales.

Trabajo experimental, pero al mismo tiempo nada dif¨ªcil para el p¨²blico, en el que se funden lo f¨ªsico, lo neurol¨®gico, lo gen¨¦tico y lo at¨¢vico, sin dejar nunca de lado una relativa cotidianidad, Tres puede presumir asimismo de otra formidable interpretaci¨®n de Marta Nieto, especializada tras el largo Madre y el corto El silencio en las flores en dificil¨ªsimos papeles con muy poco texto, en los que debe mostrar una innumerable variedad de matices ¨²nicamente con la mirada y el gesto. Los de una mujer ¡°fuera de sincro¡±, que quiz¨¢ solo se busque a s¨ª misma y a sus ra¨ªces.