¡°La voz del compromiso¡±: amigos, familia, mundo de la cultura y la pol¨ªtica desfilan ante el f¨¦retro de Almudena Grandes
Pedro S¨¢nchez, Joaqu¨ªn Sabina, Carmen Calvo, Juan Diego Botto o Ana Bel¨¦n, entre las decenas de personalidades que han acudido a decir adi¨®s a la escritora
Era una ma?ana clara y ventosa, como sacada de Los aires dif¨ªciles, aunque en los alrededores de Madrid y no en C¨¢diz. Entre esas dos ¨¢reas de geograf¨ªas s¨®lidas y difusas construy¨® gran parte de su obra Almudena Grandes, que muri¨® ayer s¨¢bado a los 61 a?os por un c¨¢ncer. Y entre esas dos tierras exprim¨ªa la vida junto a su familia y amigos. Pero este domingo, esa claridad se torn¨® negrura de luto para despedirla. El velatorio se prolong¨® todo el d¨ªa y ma?ana lunes ser¨¢ enterrada en el cementerio civil de la capital, donde ya hab¨ªa reservado un nicho hac¨ªa a?os.
Antes habr¨¢ una ceremonia que se presenta cargada de un natural simbolismo. La convocatoria en Twitter lanzada por el periodista Ram¨®n Lobo ¨Ddespid¨¢mosla con un libro suyo en la mano¨D fue calando durante todo el domingo. Ante su f¨¦retro desfilaron durante toda la jornada amigos que acompa?aron a su marido, el poeta y actual director del Instituto Cervantes, Luis Garc¨ªa Montero, y a sus tres hijos: Mauro, Irene y Elisa.
Lleg¨® temprano, a las 11.10, el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez. ¡°Si debo destacar algo de ella es su compromiso. Un compromiso c¨ªvico e integrador, que se desprend¨ªa de sus libros y sus columnas. Esperaba todas las semanas a leerla los lunes y siempre me aportaba un punto de vista orientador. Pero el compromiso no solo lo desarroll¨® con su literatura, tambi¨¦n con su actividad c¨ªvica, el suyo era un v¨ªnculo con sus ideas y los ciudadanos de los que construyen pa¨ªs¡±, asegur¨® el dirigente socialista.
El ministro de Cultura, Miquel Iceta, abund¨® en esa idea: ¡°Compromiso con el feminismo y la recuperaci¨®n de la memoria¡±, asegur¨®. ¡°Se apaga una voz¡±, agregaba la que fuera vicepresidenta primera del Gobierno con S¨¢nchez, Carmen Calvo. ¡°M¨¢s all¨¢ de una escritora, una voz de la que est¨¢bamos pendientes y que orientaba a mucha gente. Se pierde mucho con ella¡±.
Una voz c¨®mplice con los desheredados, comentaba ?ngel Gabilondo, buen amigo de la escritora. ¡°De las que abren espacio en la historia de la literatura a los olvidados, a los supervivientes, de las que hacen imprescindibles a aquellos seres aparentemente insignificantes pero decisivos¡±, comenta el actual defensor del Pueblo.
M¨¢s pol¨ªticos se dieron cita por la ma?ana, caso de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero; el presidente de Acci¨®n Cultural Espa?ola, Jos¨¦ Andr¨¦s Torres Mora, o de la consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, Marta Rivera de la Cruz, y todo el equipo de confianza de Garc¨ªa Montero en el Instituto Cervantes.
Se mov¨ªan entre la guardia de poetas como Benjam¨ªn Prado, Raquel Lanseros, Antonio Lucas, Luis Mu?oz, Mart¨ªn L¨®pez Vega, Jos¨¦ Ram¨®n Ripoll, Luis Alberto de Cuenca¡; novelistas como Marta Sanz, Ernesto P¨¦rez Z¨²?iga; hispanistas de la talla de Ian Gibson; editores no solo de su sello, Tusquets, sino de todos los espectros, como Chus Visor, ?ngeles Aguilera o Valeria Ciompi; actores, caso de Juan Diego Botto; presentadores de televisi¨®n, como el Gran Wyoming; m¨²sicos entre los que destacaban V¨ªctor Manuel, Ana Bel¨¦n, Rosa Le¨®n, la pianista Rosa Torres Pardo. O Joaqu¨ªn Sabina, que se sent¨® junto al f¨¦retro de su gran amiga. ¡°Estaba seguro de que nos iba a enterrar a todos porque era una fuerza de la naturaleza. Pero ah¨ª nos quedan sus libros. Y ya est¨¢¡¡±, dijo el cantante.
¡°Ese susurro sigue vivo entre l¨ªneas¡±
Entre los del cine, Fernando Le¨®n de Aranoa, Mariano Barroso, Azucena Rodr¨ªguez o Montxo Armendariz. ¡°Su escritura serv¨ªa para entendernos mejor y ah¨ª nos queda. Pero echaremos de menos su coraje, su pasi¨®n y sus ganas de vivir¡±, comentaba el autor de Tasio, Historias del Kronen, Secretos del coraz¨®n o Silencio Roto.
A primera hora entraron tambi¨¦n Ana Bel¨¦n y V¨ªctor Manuel junto a Rosa Le¨®n. ¡°Cada una de sus novelas pensaba que las hab¨ªa escrito para m¨ª. Estoy segura de que eso es lo que sentimos todos sus lectores¡±, comentaba Ana Bel¨¦n. Ese susurro sigue vivo entre l¨ªneas, con la presencia metaf¨ªsica de quien supo juntar los cristales rotos de la historia de Espa?a reciente, desde Las edades de Lul¨² a la serie en la que se hab¨ªa enfrascado en los ¨²ltimos a?os bajo el t¨ªtulo Episodios de una guerra interminable.
Comenz¨® con In¨¦s y la alegr¨ªa en 2010 y sigui¨® hasta La madre de Frankenstein, aparecida en 2020. Un trabajo continuado y riguroso, inspirado por Gald¨®s, con el siglo XX espa?ol de trasfondo. ¡°Almudena obraba el milagro de los peces y los relojes, no s¨¦ de d¨®nde sacaba tanto tiempo para nosotros, sus amigos y su familia. Adem¨¢s de escribir, pose¨ªa una capacidad para multiplicar las horas y entregarse con esa generosidad de madre y amiga a todo aquel que lo necesitara¡±, comentaba Benjam¨ªn Prado.
Sac¨® tiempo, cierto, y tambi¨¦n fuerzas para luchar contra el c¨¢ncer que finalmente pudo con ella el pasado s¨¢bado. Una enfermedad que no torci¨® su voluntad de seguir escribiendo hasta el ¨²ltimo aliento. Deja as¨ª el legado de una obra en la que late la perpetua inquietud por un pa¨ªs que fue construyendo libertades y en los ¨²ltimos tiempos las ve¨ªa temblar alejados de la concordia.
Una voz contundente, sabia, luchadora y pendiente de sus lectores, como dejaron patente varios representantes del Gremio de Libreros de Madrid, que acudieron al tanatorio. Y un torrente de ideas que supo entrelazar con la creaci¨®n de unos personajes que gu¨ªan la peripecia de un pa¨ªs sacudido, sufriente y aun as¨ª capaz de superarse aunque a veces se asome con temeridad a la barandilla del abismo. Para no caer, conviene leer su obra. Hoy m¨¢s que nunca.
Babelia
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