Secuestro y tortura de una periodista mexicana: Lydia Cacho lleva al teatro su infierno personal
La activista, que vive exiliada en Espa?a desde 2019, estrena en el Teatro Espa?ol de Madrid la adaptaci¨®n teatral de sus memorias
El 16 de diciembre se cumplen 16 a?os del secuestro de la periodista mexicana Lydia Cacho, despu¨¦s de que destapara en su libro Los demonios del Ed¨¦n una red de pornograf¨ªa infantil que implicaba a poderosos empresarios y pol¨ªticos de su pa¨ªs. En las 48 horas que dur¨® el secuestro, sufri¨® torturas y amenazas de muerte. ¡°Lleg¨® la hora de contarlo todo. Personalmente, cierro un ciclo emocional, pero mi intenci¨®n tambi¨¦n es mostrar una historia universal que han padecido y padecen miles de colegas y mujeres en el mundo entero. Es una funci¨®n en su memoria, para honrarlas y recordarlas¡±. As¨ª explica Lydia Cacho su decisi¨®n de mostrar por primera vez en un escenario aquella dolorosa experiencia, que ya cont¨® por escrito en sus Memorias de una infamia, en una producci¨®n del Teatro Espa?ol de Madrid que se representar¨¢ en las Naves del Matadero desde este jueves hasta el 16 de enero.
Dirigido por Jos¨¦ Martret, el montaje lleva por t¨ªtulo La infamia y a¨²na el lenguaje teatral con el cinematogr¨¢fico para trasladar al p¨²blico en toda su magnitud el horror que vivi¨® Cacho aquellos d¨ªas. Ella misma ha escrito junto con Martret la adaptaci¨®n del texto original. A sus 58 a?os, la periodista vive exiliada en Espa?a desde julio de 2019, despu¨¦s de que unos sicarios entraran en su domicilio, robaran su material period¨ªstico y mataran a sus perritas. Pero se sabe ganadora: ¡°El mal es inmenso, pero el bien es mayor. Las personas de bien somos m¨¢s¡±, asegura Cacho, que vivi¨® en Madrid la detenci¨®n, el pasado mes de febrero, del exgobernador de Puebla Mario Mar¨ªn, que fue quien puso en marcha la maquinaria judicial y policial para su detenci¨®n ilegal y posterior secuestro, as¨ª como la protecci¨®n a la red criminal, formada por los magnates Kamel Nacif y Jean Succar Kuri, entre otros.
Cacho no sale de la sala de ensayos del Matadero. Est¨¢ ah¨ª, casi agazapada, silenciosa y atenta, escuchando d¨ªa tras d¨ªa el texto en el que ha volcado su ingrata experiencia. Ya puede contar su historia sin que le duela, no tiene pesadillas y es capaz de hablar de ello sin dolor. Dice que se asoma ahora a los escenarios tras un proceso emocional e intelectual que ha ido madurando con los a?os. ¡°Ya no me considero una v¨ªctima, sino una sobreviviente. Hasta ahora, no he estado preparada para ello, porque lo que ten¨ªa claro es que quer¨ªa involucrarme. Para m¨ª es muy importante la perspectiva desde la que se cuente la historia. Yo no soy una hero¨ªna de cart¨®n¡±, explica la periodista en un encuentro despu¨¦s de un ensayo en el que se adivinan ojos llorosos.
La adaptaci¨®n teatral divide la narraci¨®n en dos espacios temporales que corren en paralelo: unas escenas ocurren en el presente y otras en el pasado. A la izquierda del escenario, una furgoneta destartalada y algo oxidada, sin cristales, ni ruedas, que parece sacada de un desguace, es el lugar donde transcurre el relato del secuestro. A la derecha, una especie de jaula con barrotes evoca la c¨¢rcel donde la periodista estuvo encerrada hasta su liberaci¨®n dos d¨ªas despu¨¦s, impulsada por las veloces denuncias p¨²blicas de familiares, amigos, colegas e instituciones.
¡°Todas somos Lydia Cacho¡±
El texto da cuenta del secuestro, pero tambi¨¦n es un retrato documental de todo lo que sucedi¨® a partir de la escritura de Demonios en el Ed¨¦n y que una actriz va explicando de cara al p¨²blico, ayudada con escenas reales que se proyectan en una gran pantalla y que explican todo el proceso de persecuciones y amenazas a las que tuvo que hacer frente la periodista durante a?os. Una operadora de c¨¢mara sigue muy de cerca a la int¨¦rprete, apenas a un metro de ella, para buscar el primer plano y potenciar las emociones que brotan en u rostros. Las im¨¢genes se proyectan en la pantalla al mismo tiempo que la acci¨®n sucede sobre el escenario. Dos actrices se repartir¨¢n las funciones en Madrid: Marta Nieto hasta el 2 de enero, fecha en la que dar¨¢ el relevo a Marina Salas.
¡°Todas somos Lydia Cacho¡±. Es el sentimiento que ha guiado a Marta Nieto y Marina Salas cuando ponen voz y dan vida a la periodista, pantalones vaqueros, camisa de seda roja y gabardina o chupa de cuero. ¡°Es una bajada a los infiernos, es verdad, pero es una historia que arroja mucha luz y esperanza, que rompe una lanza a favor de la vida¡±, explican casi al un¨ªsono. Y repiten: ¡°Todas somos Lydia Cacho¡±.
La infamia puede abarcar muchos g¨¦neros, el documental, el thriller, el teatro de denuncia, pero Jos¨¦ Martret, su director, que decidi¨® llevar al escenario esta truculenta y esperanzadora historia tras conocer a la periodista mexicana, prefiere hablar de ¡°teatro de la vida¡±. ¡°Lydia Cacho es un nuevo referente de valent¨ªa, al que no estamos acostumbrados en cine o teatro. Aqu¨ª hay una mujer que ha sido capaz de luchar y de sobrevivir. Espero que sea movilizador, en el sentido de que demuestra que s¨ª se puede luchar, de que podemos cambiar la sociedad, de que existen f¨®rmulas para unir fuerzas entre todos. Todos nos hemos replanteado muchas cosas tras conocer a Lydia Cacho, a quien el activismo revuelve el cuerpo. Ella s¨ª que nos ha revuelto y espero que al p¨²blico tambi¨¦n. Esto es teatro de la vida, de la emoci¨®n y la supervivencia¡±.
Teatro de la vida
Texto: Lydia Cacho. Adaptación teatral: Lydia Cacho y José Martret. Dirección: José Martret. Reparto: Marta Nieto (del 9 diciembre al 2 enero) y Marina Salas (de 4 al 16 enero). Naves del Español en Matadero. Madrid. Del 9 de diciembre al 16 de enero. De martes a domingo a las 19:30 horas.
Babelia
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