La M.O.D.A. reivindica sus ra¨ªces en el folclore de Burgos
La banda presenta ¡®Nuevo cancionero burgal¨¦s¡¯, un disco inspirado en canciones populares de su tierra
Son siete m¨²sicos populares treinta?eros que pasean tranquilamente por un mercado de abastos de Pradoluengo (Burgos, 1.100 habitantes). La clientela compra pescado y lechazos junto a La Maravillosa Orquesta del Alcohol, m¨¢s conocida como La M.O.D.A. La banda recuerda entre bromas y nostalgia aquel concierto de 2012 bajo ese mismo techo, con un humilde escenario, un pu?ado de espectadores ¡°y sin olor a carne¡±. Hoy, a?os despu¨¦s de aquello, los artistas cabalgan la ola de la fama, pero no olvidan su origen, hasta el punto de sumergirse en el folclore de su tierra para crear el Nuevo cancionero burgal¨¦s. All¨ª cantan sobre molineras, se?ores pastores, el barrio de Gamonal y los rayos de luz de Villarcayo.
El disco, a la venta este mes de diciembre, se apoya en las letras de los cancioneros burgaleses de Federico Olmeda, de 1903, y de Antonio Jos¨¦, de 1932. Los j¨®venes m¨²sicos los descubrieron en 2017 y accedieron a un legado cautivador porque ¡°trata sentimientos universales¡±, dicen, y las an¨¦cdotas que glosa trascienden lo ¡°local¡±. El grupo lo integran el cantante, David Ruiz, burgal¨¦s como Joselito Maravillas, Alvar de Pablo, Caleb Melguizo y Jorge Juan Mariscal, bien asistidos por el gallego Jacobo Naya, y el madrile?o Nacho Mur. Diseccionaron los poemas y combinaron estrofas de los cancioneros mediante ¡°un croquis¡± para musicalizar esas ¡°canciones del d¨ªa a d¨ªa y cantos de trabajo¡± que han perdurado por su valor emocional. Los ocho temas acreditan ese trabajo y la evoluci¨®n de La M.O.D.A., que parti¨® en su g¨¦nesis de estilos brit¨¢nicos y que ha virado hacia sus ra¨ªces castellanas.
Bien lo agradecen en su tierra. La pradolenguina Claudia Salas, de 26 a?os, celebra que la banda haya pasado de actuar en mercados a llenar festivales. ¡°Ya vale de reguet¨®n y todo eso¡±, afirma. El integrante del grupo De Pablo destaca la cercan¨ªa de la gente, el jolgorio de los conciertos en los pueblos y el orgullo de tocar ante sus familiares: ¡°Ech¨¢bamos de menos esas cosas¡±. Ver a los m¨²sicos actuar en Pradoluengo sustituye a mirar la demolici¨®n de una casa hundida como gran atractivo para los jubilados, que cuchichean cuando pasan esos forasteros que han grabado uno de sus videoclips all¨ª.
Reyes de Benito saluda a los chicos en la cafeter¨ªa donde siempre almuerzan y comenta que ¡°en Burgos hay cosas adem¨¢s del Cid, agradezco infinito el aire nuevo y vanguardista que dan¡±. Hasta en una tienda de calcetines audaces, con dise?os que van desde bicicletas hasta el Guernica, jalean a los artistas, y ellos aprovechan para comprar alg¨²n par. Para rematar llega el regalo del carnicero ?ngel Arceredillo, que se acerca con un sobrio ¡°a ver, para La M.O.D.A.¡± y les entrega una bolsa con embutidos.
La siguiente parada del viaje por la sierra de la Demanda incluye una parada en Villasur de Herreros (270 vecinos), un cuidado pueblito donde saluda cordial Jacinto Arn¨¢iz, de unos 60 a?os, que se presenta como ¡°operador log¨ªstico de ganado ovino¡±. Lo de pastor, dice, ya no se lleva. Arr¨¢iz asegura conocer al grupo y aplaude esa ¡°cultura que revive¡± estos lugares.
Honrar a las bisabuelas
Los m¨²sicos comentan que su prop¨®sito es honrar esos versos que cantaban sus bisabuelas. Insisten en que ojal¨¢ ellos tuviesen a mano letras actuales de tal calidad, capaces de superar el c¨ªrculo vicioso de ¡°consumir y tirar m¨²sica¡±. Sus actualizaciones del cancionero les evocaron recuerdos infantiles, dice Joselito, que aprendi¨® en el colegio alguno de esos versos que pronto interpretar¨¢n en pabellones por toda Espa?a.
Una inscripci¨®n en lat¨ªn en un portal centenario de Villasur resume, dicen, su filosof¨ªa de trabajo: ¡°Si el obrero no hace la casa, Dios no se la va a hacer¡±. Aunque el trabajo resulta siempre m¨¢s f¨¢cil, sostienen, con el apoyo de paisanos como Claudia Bustillo, de 33 a?os y con un beb¨¦ a cuestas. La reconocen cuando se aproxima porque regenta una tienda de productos ecol¨®gicos en Burgos a la que acuden. ¡°Me parece genial que hagan m¨²sica con nuestras ra¨ªces¡±, sonr¨ªe Bustillo.
Los artistas anuncian que est¨¢n planeando otra gira por localidades burgalesas para mostrar el disco. Ya lo hicieron en 2019 y ahora quieren cerrar un c¨ªrculo con demasiadas casualidades: el edificio donde se ubica el bar de Villasur est¨¢ fechado en 1932, a?o fetiche para La M.O.D.A. por una de sus canciones (llamada tambi¨¦n 1932), mismo a?o asimismo que el cancionero de Antonio Jos¨¦. Todo era distinto en 1932, pero la m¨²sica sigue viva, subraya el grupo, antes de montar en su furgoneta.
Babelia
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