El viaje de un viol¨ªn vasco a Siria para cubrir el sonido de las bombas con melod¨ªas
El m¨²sico Gani Mirzo traslada toneladas de m¨²sica de un banco de instrumentos espa?ol como s¨ªmbolo de arraigo y esperanza para los ni?os (y mayores) de la guerra
Espa?a y Siria est¨¢n desde hace a?os conectadas y no precisamente por un hilo invisible. En todo caso, es a trav¨¦s del banco de instrumentos que recopila la ONG M¨²sicos Sin Fronteras de Vitoria y que termina en diferentes escuelas del pa¨ªs. Hacer llegar estos regalos a los ni?os de esta guerra concreta no es f¨¢cil. As¨ª lo registra Desenterrar el sonido, cortometraje documental de los fotoperiodistas argentinos Pablo Tosco y Miguel Roth que puede verse de forma gratuita en Vimeo y que retrata la gesta del m¨²sico Gani Mirzo, nacido en el Kurdist¨¢n sirio.
A lo largo de 20 minutos, y sin que las cuerdas dejen de sonar, la cinta muestra tan solo uno de los m¨²ltiples viajes que el impulsor de esta iniciativa ha hecho a su pa¨ªs, tras llevar media vida instalado en Barcelona. En su vuelta a Kobane, un punto estrat¨¦gico de la guerra, conoce a Ahmed y Mustafa, dos hermanos ciegos que tambi¨¦n se dedican a la m¨²sica. El conflicto b¨¦lico los ha desplazado de su ciudad y sus instrumentos han quedado destruidos. Mirzo los lleva para que estos dos hermanos y otros muchos j¨®venes conecten de nuevo con su cultura y sus tradiciones a trav¨¦s de la m¨²sica. En un momento de la pel¨ªcula, Mirzo entrega a uno de ellos un viol¨ªn llegado del Pa¨ªs Vasco, propiedad del violinista y folclorista guipuzcoano Fran Lasuen, quien opina a c¨¢mara que, quiz¨¢ la m¨²sica no pare las guerras, pero s¨ª puede aliviar sus atrocidades.
¡°En circunstancias como esta, no solo pierdes tu casa, tambi¨¦n pierdes tu identidad. Los sonidos de tu naci¨®n son parte de ella. Por eso, cada vez que recopilemos una cantidad suficientemente grande de instrumentos, intentaremos llevarlos a Siria¡±, cuenta Mirzo por tel¨¦fono desde Barcelona. Lo que muestra el documental es el reto de trasladar toneladas de instrumentos a unos 4.000 kil¨®metros de distancia a trav¨¦s de peligrosas fronteras y c¨®mo el m¨²sico y sus colaboradores se las ingenian (y se arriesgan) para colarlos de inc¨®gnito hasta su destino. ¡°Para esos ni?os y m¨²sicos supone perder algo m¨¢s que un juguete o una herramienta de trabajo. Son objetos que representan su esperanza. As¨ª que es toda una sorpresa vernos llegar con ellos. Esa felicidad que expresan demuestra que con la m¨²sica, y con el arte en general, se puede combatir el terror¡±, defiende Mirzo.
La iniciativa va m¨¢s all¨¢ de lo que puede verse en pantalla. Sus responsables han ido desarrollando en los ¨²ltimos a?os otras propuestas con las que financiar el proyecto, como el lanzamiento del disco doble Los Derechos Humanos, a bombo y platillo, con el que recaudar fondos y "ayudar a cambiar los sonidos de la guerra y de las bombas por melod¨ªas".
Mirzo es considerado un virtuoso del la¨²d y es experto en la m¨²sica oriental. Lleva a?os explorando la fusi¨®n de los ritmos del Kurdist¨¢n con el flamenco y el jazz. ¡°Cuando acab¨¦ mis estudios a finales de los ochenta, quise ampliar mis conocimientos en Europa. La rama que m¨¢s me interesaba era la del flamenco. Sent¨ªa que era un lenguaje muy cercano al de los sonidos de Oriente Medio. Vine por un tiempo breve y ya llevo 28 a?os aqu¨ª¡±, comenta.
¡°En este momento tan dif¨ªcil de guerra, tambi¨¦n debemos conservar la herencia cultural. La de Siria data de hace miles de a?os. Pero a los hombres de la guerra no les gusta la cultura. Palmira era un lugar impresionante, pero siempre estuvo abandonado. Antes incluso de que el conflicto b¨¦lico entrara all¨ª y arrasara con todo¡±, lamenta Mirzo.
En zonas del pa¨ªs que han enfrentado una violencia extrema, con miles de personas en paradero desconocido y ni?as usadas como esclavas sexuales, la creaci¨®n de una escuela de m¨²sica es un gesto que no solo tiene un significado simb¨®lico. Mirzo y sus colaboradores espa?oles (su proyecto solidario tambi¨¦n cuenta con la colaboraci¨®n de la fundaci¨®n Nous Cims de Barcelona y de M¨²sicos Solidarios Sin Fronteras de Comunidad Valencia) facilitan la creaci¨®n de peque?os centros de estudio en los lugares que m¨¢s han sufrido las consecuencias de la guerra. A ellos se acercan ni?os, mujeres que han sido secuestradas por el ISIS, m¨²sicos profesionales¡ Se imparten clases y se organizan conciertos a peque?a escala. Y la m¨²sica calma sus profundas heridas, relata el sirio: ¡°Se trata de que su ilusi¨®n no muera ni su inter¨¦s por el futuro. Algunos tocan alg¨²n instrumento, otros cantan; incluso hay quien prueba con la pintura".
Algunas de esas mujeres que se han acercado a algunas de estas escuelas han tenido la oportunidad de actuar en Espa?a junto al m¨²sico. El teatro Principal de San Sebasti¨¢n program¨® el pasado diciembre un concierto solidario con melod¨ªas kurdas en el que la Gani Mirzo Band y el cantante Ibrahim Keivo compartieron escenario con algunas de ellas como parte del proyecto La ruta de la dignidad, que tambi¨¦n ofrece apoyo a estas mujeres.
¡°La sociedad espa?ola es muy abierta, mucho menos racista que otros pa¨ªses europeos, pero los medios de comunicaci¨®n espa?oles se han olvidado del drama de los refugiados antes incluso de la crisis del coronavirus. Deber¨ªamos ser m¨¢s solidarios con alguien que vive una situaci¨®n as¨ª. Dejar tu pa¨ªs, a tus seres queridos y toda tu vida atr¨¢s no es sencillo. Incluso para m¨ª, que llevo casi 30 a?os en Espa?a, cada d¨ªa es una nueva aventura¡±, defiende Mirzo.
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