?A qu¨¦ suenan las vi?etas?
La edici¨®n de Amazon Audible de Sandman, una superproducci¨®n tambi¨¦n en su doblaje al espa?ol, transforma el tebeo en una radionovela
¡°?Es como el c¨®mic, es como el c¨®mic!¡± El entusiasmo estallaba desde la cabina, donde Pol Lucas, t¨¦cnico de sonido, segu¨ªa, con pasi¨®n de forofo, la transformaci¨®n de una de sus obras favoritas: Sandman, la obra magna de Neil Gaiman. Al otro lado, frente a los micr¨®fonos, un enorme reparto con Carlos Bardem como narrador, Carlos Di Blasi como sue?o, el protagonista, Mina El Hamini como Muerte y tantos y tantos otros (m¨¢s de 100 voces) para poblar una obra esencial de la historia del c¨®mic que ha sufrido ahora un proceso radical de transformaci¨®n. Despu¨¦s de convertirse en un gran bestseller en su versi¨®n inglesa, donde rompi¨® todos los r¨¦cords del formato, llega ahora a su versi¨®n espa?ola a trav¨¦s de Audible Amazon, la rama del tit¨¢n tecnol¨®gico dedicada a esta narrativa sonora. Esta primera parte abarca los tres primeros vol¨²menes de la decalog¨ªa de la obra original: Preludios nocturnos, La casa de mu?ecas y Pa¨ªs de sue?os.
Lo que antes sonaba solo en la mente, al navegar por los bocadillos tortuosos (blanco sobre negro) de Sue?o o ca¨®ticos y coloridos (negro sobre arco¨ªris) de Delirio es ahora una experiencia enteramente sonora, con m¨²sica, efectos, actores y un guion pensado exclusivamente para este medio. Lo que se pierde es lo obvio, la maquetaci¨®n; el arte pict¨®rico, constre?ido al espacio y formato del tebeo, con el que Sandman y sus hermanos, los Eternos, cobraban vida. Lo que se gana es una vibrante experiencia, una que los crecientes consumidores de audiolibros conocer¨¢n, aunque en este caso se trate de un despliegue de superproducci¨®n. En ausencia de im¨¢genes, Sandman es curiosamente una experiencia mucho m¨¢s cinematogr¨¢fica, vibrante y briosa, porque la pausa de la contemplaci¨®n se ha sustituido por el raudo correr de las voces de su protagonistas y su narrador.
Bardem, el narrador en cuesti¨®n, que se visualizaba, como ¡°un cuentacuentos¡±. ¡°Yo lo que sent¨ªa era algo que te conectaba con esos primeros humanos que escuchaban una historia alrededor de una hoguera.¡± toma el testigo de Neil Gaiman en el doblaje en castellano. Del original, tiene claro lo que se qued¨®. ¡°El entusiasmo. Imitar a Neil Gaiman no funcionar¨ªa porque, aparte de muy complicado, el periodo de las frases en castellano no encaja. Pero me apropi¨¦ de su entusiasmo. T¨² cuando oyes a Neil Gaiman contando The Sandman, notas que el t¨ªo lo est¨¢ gozando. Hay una vibraci¨®n de disfrute y de pasi¨®n en c¨®mo lo cuenta que yo he intentado trasladar. Espero haberlo conseguido.¡±
El papel de Sue?o recae en Carlos DiBlasi, veterano del doblaje con mil batallas en videojuegos, series, pel¨ªculas y ahora esta nueva y pujante ficci¨®n sonora. Para DiBlasi, al contrario de Bardem, que lo vivi¨® como descubrimiento, fue un reencuentro que le hizo ¡°mucha ilusi¨®n.¡± ¡°Yo ten¨ªa, a principios de los noventa, una novia que era fan de Sandman y me introdujo en ¨¦l. Adem¨¢s, nos gustaba un poco lo siniestro.¡± ¡°?rais g¨®ticos [risas.]. ¡°Bueno, bueno, un poquito [Sonr¨ªe.]¡±
Ese periodo en el que se alumbr¨® Sandman, los noventa, no era casual y defini¨® el aspecto del personaje. ¡°Yo recuerdo que muchas bandas de grundge, que empezaban a surgir por aquel entonces, asum¨ªan esta est¨¦tica g¨®tica. Y todos eran unos fans tremendo de Sandman¡±, recuerda DiBlasi. Le va en la sangre las vi?etas a DiBlasi, pues su hermana, Lidia DiBlasi, fue ilustradora en revistas m¨ªticas como El v¨ªbora o Cairo. ¡°De hecho, todav¨ªa tengo que tener por casa de mis padres, aunque a¨²n no los he encontrado, pero tienen que estar ah¨ª, mis c¨®mics de Sandman.¡±
La sorpresa de reconocer a McAvoy como Sandman en la versi¨®n inglesa le lleg¨® a DiBlasi de puro o¨ªdo. ¡°Me sonaba la voz, me sonaba la voz y de pronto lo busqu¨¦ y dije, es ¨¦l. Es un actor que me encanta.¡± DiBlasi quiso mantener para el doblaje espa?ol una atm¨®sfera que se evoca en la ficci¨®n sonora de Sandman tanto por la interpretaci¨®n como por los efectos de sonido y que resume en una palabra: ¡°Et¨¦rea. Es la cadencia de la voz, de las palabras, c¨®mo algunas palabras las retienen, otras las alargan, cosa que permite m¨¢s el ingl¨¦s que el castellano. Pero realmente no tuve que esforzarme nada, porque Sandman est¨¢ cien por cien. A m¨ª por lo menos me evoc¨® el recuerdo del c¨®mic mientras lo o¨ªa.¡±
Bardem, que no conoc¨ªa la obra antes de enfrentarse al trabajo de narrarla, habla de ¡°gesta cultural¡±. Su caso es uno paradigm¨¢tico del lector de tebeos en Espa?a, uno que ya hemos comentado en Ka-BOOM numerosas veces y en el que ahondaba, con mucho acierto, Rodrigo Sope?a durante una entrevista en las Jornadas del Tebeo en Avil¨¦s. Bardem, como muchos, le¨ªa c¨®mic en su infancia y adolescencia, ¡°los tebeos de Marvel¡±, pero se desconecta del mundo de la vi?eta en la madurez.
Sin embargo, este trabajo lo enfrenta a lo que no duda en definir como ¡°gesta cultural, un tour de force de Neil Gaiman¡±. ¡°Me fascina cuando me encuentro con autor que tiene una panoplia completa de herramientas. Que es capaz de llevarte a los mundos de Shakespeare, al infierno o a lo m¨¢s s¨®rdido de Nueva York de los a?os 70 y hace que te creas cada escenario¡±. DiBlasi coincide: ¡°Es una forma de demostrar que el tebeo es tambi¨¦n cultura.¡± Bardem incluso se atreve a navegar, con elegancia, procelosas aguas, haciendo menci¨®n a la censura de nuevo cu?o: ¡°Habr¨ªa que preguntarse c¨®mo ser¨ªa Sandman si se hiciera hoy, porque no s¨¦ si estamos retrocediendo en audacias narrativas.¡± En este mismo peri¨®dico, Javier Mar¨ªas establec¨ªa un pol¨¦mico paralelismo entre las herramientas censoras del franquismo y la cuarta ola del feminismo.
Sandman es, escuchada, tan fascinante como lo fue hace tres d¨¦cadas, cuando en esa V¨¦rtigo de ensue?o en la que la esencial Karen Berger permiti¨® a los brit¨¢nicos de oro ¡ªGaiman, Morrison, Moore y Ennis ser¨ªan sus cuatro oscuros mosqueteros¡ª sembrar sus m¨¢s excelsas pesadillas. Es una experiencia distinta, trepidante y complementaria a lo que es leer la obra maestra en papel. Incluso, seg¨²n comenta Bardem, puede ser hasta simult¨¢nea. ¡°Amigos que tengo, muy muy locos del tebeo, me est¨¢n diciendo que se est¨¢ poniendo de moda escuchar la versi¨®n de Audible mientras se lee la novela gr¨¢fica. Yo lo voy a probar porque me parece fascinante¡± Nuevas maneras de reinventar viejos saberes en un mundo donde las fronteras ya no entre g¨¦neros sino entre las artes se van volviendo l¨ªquidas, fluidas, como esa t¨²nica de tinieblas que envuelve a Sue?o y a sus tribulaciones.
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