La historia de explotaci¨®n sexual y empoderamiento de las mujeres que rodearon a Manolete

¡°Manolete, la faena que ayer me hicieron tus hermanas fue mucho mejor de la que est¨¢s haciendo t¨² hoy¡±. El torero se qued¨® mudo ante esta ofensa lanzada por uno de los asistentes a la corrida con la que el diestro se presentaba ya como figura en su ciudad natal, C¨®rdoba. Otros optaron por abuchear, insultar y calificar de ¡°putas¡± a las dos hermanas mayores que asist¨ªan desde un palco al gran acontecimiento familiar. Fue en el a?o 1943 y las cr¨®nicas taurinas dieron cuenta al d¨ªa siguiente de esta desagradable situaci¨®n. La abrumadora historia de esas dos mujeres que se vieron obligadas a dedicarse a la prostituci¨®n para ayudar a la econom¨ªa de la familia, centrada en la carrera del torero, es el tema principal de la obra teatral Las hermanas de Manolete, que se estrena este mi¨¦rcoles en el teatro Fern¨¢n G¨®mez de Madrid, dirigida por Gabriel Olivares y escrita por Alicia Montesquiu, quien tambi¨¦n interpreta la obra junto a Alicia Cabrera y Ana Turpin.

La obra, una tragicomedia que recrea el encuentro entre estas dos hermanas con la amante de Manolete, la actriz Lupe Sino, poco despu¨¦s de la muerte del torero en Linares en agosto de 1947, es tambi¨¦n todo un retrato de la represi¨®n que las mujeres sufrieron durante el franquismo. Se llamaban Dolores y Angustias y eran hijas del matrimonio de la madre, que a la muerte de su marido se volvi¨® a casar y tuvo otras tres ni?as, adem¨¢s de al diestro.

A Alicia Montesquiu (Barcelona, 45 a?os) le explot¨® en la cabeza esa ofensiva frase que se oy¨® en el coso cordob¨¦s aquella tarde y que ley¨® en una de las cr¨®nicas taurinas de la ¨¦poca. Llevaba tiempo investigando la vida del diestro y de su amante Lupe Sino y ese d¨ªa la pulsi¨®n por llevar al teatro esta historia se desat¨® definitivamente. ¡°La figura de Manolete me ha parecido siempre fascinante. Esto, unido a mi inter¨¦s por conocer la vida real en la posguerra espa?ola, fue lo que me llev¨® a comenzar mi estudio en torno al torero y las mujeres que lo rodearon. Esas dos hermanas mayores se dedicaban a la prostituci¨®n, al mismo tiempo que Manolete iniciaba su carrera. La familia apost¨® a muerte por el talento del hermano y, sobre todo, con el conocimiento de la madre¡±, asegura la autora tras un ensayo general.

Las hermanas de Manolete no juzga a ninguna de estas mujeres. ¡°Todas son v¨ªctimas del momento, incluida la madre¡±, aseguran tanto la autora como su director, Gabriel Olivares, quienes han optado por darle un toque berlanguiano a la obra. Frente a estas hermanas, dos mujeres educadas en la tristeza y la represi¨®n social de entonces, emerge la figura de Lupe Sino, una actriz valiente, moderna, decidida y republicana, que fue el gran amor de Manolete, y a la que impidieron acercarse al diestro en su lecho de muerte para impedir que se cumpliera el deseo del torero de casarse con ella. ¡°Mi intenci¨®n ha sido hacer un retrato de las mujeres de la posguerra, de lo dif¨ªcil que fue para ellas tener libertad. Es f¨¢cil ahora emitir un juicio de valor, pero hay que meterse en la piel de todas ellas para comprender la situaci¨®n a la que se tuvieron que enfrentar¡±, asegura Montesquiu.

En este sentido, Gabriel Olivares (Albacete, 1974) cree que esta obra bien pod¨ªa haberse titulado Las mujeres de Manolete o Las mujeres del franquismo. ¡°Cualquiera de los tres t¨ªtulos pod¨ªa servir. En la funci¨®n se ven claramente las dos Espa?as. Por un lado, la modernidad y la vanguardia que representaba Lupe Sino, que ser¨ªa moderna incluso hoy en d¨ªa. Y por otra parte est¨¢n las hermanas, fruto de la Espa?a franquista y reprimida¡±, explica el director, quien desde un primer momento rechaz¨® la tentaci¨®n de hacer culpable de todo ello a la madre, Angustias, un personaje muy lorquiano, autoritaria y profundamente r¨ªgida. ¡°No quer¨ªa que la culpa recayera en ella. Ella tambi¨¦n fue v¨ªctima de unas circunstancias adversas. El enemigo no es Angustias. El enemigo fue el contexto hist¨®rico¡±.

La funci¨®n, con una escenograf¨ªa muy m¨®vil, se desarrolla como si se tratara de un rodaje de cine, con sus cortes, cambios de c¨¢mara de sitio, flashbacks y repeticiones. El proceso de trabajo, asegura Olivares, ha partido de la investigaci¨®n sobre el propio escenario. ¡°La idea del rodaje me ayud¨® a entrar en este drama costumbrista con una visi¨®n que plantea un cierto distanciamiento para abordar la historia, como un punto de vista que ayuda a entender el contexto social en el que se desarrolla¡±, explica el director.