Sen Senra, el m¨²sico revelaci¨®n ante el reto de su vida

Existe un v¨ªdeo en YouTube de una actuaci¨®n de Sen Senra que refleja la centella en la que se ha convertido la vida de este joven gallego de 26 a?os. Con una guitarra casi m¨¢s grande que ¨¦l interpreta en uno de los escenarios diurnos y complementarios del festival SOS una canci¨®n en ingl¨¦s. El m¨²sico, por entonces 19 a?os, canta, berrea y trata de que algunos de los despreocupados espectadores que pasan por all¨ª en busca de otros conciertos le preste atenci¨®n. Pocos lo hacen. Seis a?os despu¨¦s, ese mismo cantante va a meter a 8.000 personas en uno de los locales donde solo tocan los grandes, el WiZink Center de Madrid. Ser¨¢ este jueves 13 de enero. Todos los asistentes, de pago.

¡°Hostia, esa actuaci¨®n¡­ Es criminal ese v¨ªdeo. No s¨¦ si re¨ªr o llorar. Es mi peor versi¨®n. No hab¨ªa buen equipo t¨¦cnico y estaba muy nervioso. Cuando lo vi pens¨¦: ¡®No puede ser¡¯. Al final hasta me hace gracia¡±, se r¨ªe Christian Senra (San Miguel de Presqueiras, Pontevedra, 1995) recordando aquella actuaci¨®n del SOS, en Murcia. Est¨¢ sentado en una de las tres peque?as habitaciones donde pasa la mayor parte del tiempo, un estudio de grabaci¨®n-local de ensayo en el barrio madrile?o de Carabanchel. Aqu¨ª ha ideado lo que ¨¦l considera ¡°el concierto m¨¢s importante¡± de su carrera. Cuando hace unos meses se empapel¨® Madrid con carteles de su actuaci¨®n en el WiZink costaba cre¨¦rselo: a un artista con una propuesta tan especial se le supon¨ªa un p¨²blico minoritario. Pero su caso es at¨ªpico. ¡°Es muy generoso a la hora de mostrar sus sentimientos en las letras y, adem¨¢s, es un creador de melod¨ªas incre¨ªble¡±, apunta Anxo Rodr¨ªguez, guitarrista de la banda gallega Novedades Carminha, que tambi¨¦n acompa?a a Senra en directo. Rodr¨ªguez ofrece parte de la clave del gancho de la m¨²sica del gallego: unas letras que abren la ventana de las emociones y que muchas veces tratan relaciones sentimentales enrevesadas, y un talento para la musicalidad que las hace accesibles.

Son las canciones contenidas en sus dos trabajos en castellano, los dos ¨²ltimos, los que le han permitido calar en los aficionados: Sensaciones (2019) y Coraz¨®n cromado (2021). ¡°A veces, hasta me sorprendo de lo que me sale cuando escribo. Soy yo escupiendo sensaciones que est¨¢n dentro de m¨ª. Igual me est¨¢ inspirando demasiado el tema de los amores complicados. Yo viv¨ª algunos, s¨ª, pero no estoy todo el d¨ªa tortur¨¢ndome. Todo lo contrario. Estoy en un momento superfeliz, pero a veces recurro a ese sentimiento para escribir¡±.

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Sen Senra en cinco canciones

La historia de Sen Senra se levanta desde una actitud ambiciosa que ¨¦l reconoce. Con 15 a?os dijo a sus padres que quer¨ªa dejar de estudiar y dedicarse a la m¨²sica. Ellos, un ¡°obrero de la construcci¨®n y una frutera¡±, no recibieron la noticia con una fiesta, pero tampoco se opusieron. ¡°Nunca he trabajado en algo que no sea la m¨²sica. Con 18 a?os me independic¨¦ y empec¨¦ a tocar en cualquier garito y ante p¨²blicos ¨ªnfimos. Me daba aut¨¦nticas palizas de coche yendo a actuar. En Vigo, en un local y por 100 pavos, grab¨¦ un disco tocando yo todos los instrumentos. Funcion¨® un poco y eso me dio confianza. La intenci¨®n era crecer. Ah¨ª ya ten¨ªa como objetivo hacer un WiZink. Mi estado normal es estar proyectando a m¨¢s y a m¨¢s¡±. Lo cuenta sin asomo de arrogancia. Al contrario: derrocha timidez.

En ese camino que se traz¨®, el siguiente paso era mudarse a Madrid, adonde lleg¨® hace cinco a?os. Se instal¨® en un piso peque?o en el Puente de Vallecas (¡°pagaba por ¨¦l menos de 400 euros¡±) y se march¨® a buscar est¨ªmulos en la noche capitalina. ¡°Pero pronto me refugi¨¦ en el apartamento a cacharrear. Hubo un momento en que estaba demasiado encerrado, sin salir apenas de mi cuarto. Se me fue la olla. Pero vali¨® la pena porque all¨ª compuse Sensaciones, el disco que me lanz¨®¡±. ?Cacharrear? As¨ª es como llaman algunos artistas a crear m¨²sica con elementos que caben en un lugar peque?o, como un ordenador, un teclado y una guitarra. A Senra le gustan James Blake, Outkast, Kanye West¡­ Tambi¨¦n Juan Luis Guerra o Luis Miguel¡­ Tambi¨¦n ZZ Top, Dire Straits o Pink Floyd¡­ En Coraz¨®n cromado, rico en canciones suaves de melod¨ªas adherentes, es capaz de colar un sofisticado reguet¨®n (Wu Wu), adem¨¢s de un tema con C. Tangana (Qu¨¦ facilidad), con las dosis canallas que siempre aporta El Madrile?o.

Senra ha encontrado una f¨®rmula que seduce a los aficionados al indie de toda la vida (de Los Planetas a Vetusta Morla) y adem¨¢s conectada con lo que hoy se llaman sonidos urbanos. Utiliza autotune con orgullo (¡°como un instrumento m¨¢s¡±), pero tambi¨¦n se hace acompa?ar de m¨²sicos experimentados de cl¨¢sica banda de pop (bajo-guitarra-bater¨ªa-teclados). ?l mismo compone con la guitarra y la toca en directo. De hecho, sus primeras bandas eran de pop guitarrero.

Se ha mudado al Barrio de las Letras, un lugar m¨¢s c¨¦ntrico en la capital. Vive solo y de alquiler. Dice no sentirse atra¨ªdo por contar en sus letras asuntos sociales o pol¨ªticos. ¡°No me sale, t¨ªo. No me late a la hora de escribir. Solo me apetece escribir de mis sensaciones¡±, apunta. Pero ?qu¨¦ piensa de este mundo un chico de 26 a?os? ¡°Igual suena hippy, pero para m¨ª es guay estar vivo, tener la oportunidad de compartir el WiZink con mis amigos y seguidores de mi m¨²sica¡­ Ya estoy pensando en trabajar y trabajar, en hacer m¨²sica¡­ Vivo mi vida muy con los m¨ªos. No charlo de pol¨ªtica con mis amigos ni con mi familia. Con mis amigos hablamos solo de m¨²sica e instrumentos. Estamos felices en nuestro mundo¡±, relata. Afirma ¡°no acordarse si ha ido a votar alguna vez¡±. ?No se acuerda? ¡°Bueno, creo que s¨ª he ido alguna vez¡±, se ruboriza.

El jueves llegar¨¢n a Madrid Suso y Mar¨ªa, sus padres, ¡°los espectadores m¨¢s especiales¡±. Disfrutar¨¢n del gran momento de su hijo, dormir¨¢n en un hotel y volver¨¢n al d¨ªa siguiente a Galicia para trabajar. En la hoja de ruta que ha dise?ado su hijo, se encuentra el ganar lo suficiente para poder anticiparles la jubilaci¨®n. En ello est¨¢¡­