¡®Aguas profundas¡¯, un ¡®thriller¡¯ er¨®tico, t¨®xico e inveros¨ªmil con Ana de Armas y Ben Affleck

¡°Ben Affleck es a la buena interpretaci¨®n lo que un pepinillo cocido a la alta cocina¡±. Es inevitable recordar el chiste del a?orado cr¨ªtico y periodista Antonio Gasset despu¨¦s de ver al actor estadounidense con cara de no se sabe muy bien qu¨¦ en un bodrio del calibre de Aguas profundas (...

¡°Ben Affleck es a la buena interpretaci¨®n lo que un pepinillo cocido a la alta cocina¡±. Es inevitable recordar el chiste del a?orado cr¨ªtico y periodista Antonio Gasset despu¨¦s de ver al actor estadounidense con cara de no se sabe muy bien qu¨¦ en un bodrio del calibre de Aguas profundas (Deep Water). Un thriller er¨®tico interpretado por Affleck y Ana de Armas y dirigido por el ya octogenario director brit¨¢nico Adrian Lyne, padre de algunas de pel¨ªculas m¨¢s t¨®xicas, rid¨ªculas y taquilleras de los a?os ochenta y noventa. De Atracci¨®n fatal a Una proposici¨®n indecente o Nueve semanas y media, todas con una cansina f¨®rmula de sexo de anuncio interpretado por estrellas de Hollywood para adornar unas tramas de juegos pseudoer¨®ticos de personajes ricos y aburridos que rozan la verg¨¹enza ajena. Dos d¨¦cadas despu¨¦s de Infiel, en la que Lyne insist¨ªa en su moralizante visi¨®n del adulterio, el director vuelve a ese hortera universo de hombres imp¨¢vidos pose¨ªdos por supuestas femme fatales ataviadas con lencer¨ªa fina.

Basada en la novela de Patricia Highsmith que ya adapt¨® el franc¨¦s Michel Deville en los ochenta con Isabelle Huppert y Jean-Louis Trintignant en la piel de un matrimonio tan abierto como torturado, Aguas profundas se centra en un tipo de pareja que quiz¨¢ ten¨ªa alguna raz¨®n de ser en la burgues¨ªa retr¨®grada de hace d¨¦cadas, pero que hoy resulta directamente inveros¨ªmil.

Ana de Armas es una joven esposa y madre a la que no le gusta ser ninguna de las dos cosas. Para entretenerse, adem¨¢s de beberse hasta el agua de los floreros, le pone los cuernos a su marido con todos los jovencitos que se cruzan por su camino. La pareja duerme en camas separadas y al marido, que ni trabaja ni lo necesita despu¨¦s de inventar un dron que le hizo millonario, no parecen importarle los devaneos de su mujer. A ella le ponen de los nervios tanto su hija como su marido ?Que por qu¨¦ siguen juntos? Esa es solo una de la larga lista de preguntas, incoherencias y decisiones que quedan en el aire y que, en el fondo, es casi mejor no conocer.

Lyne pretende hacer una oda a los celos como elixir afrodisiaco y quiz¨¢ eso tiene alg¨²n sentido para un hombre de 81 a?os que encontr¨® su particular mina de oro en un cine que a estas alturas solo es fatuo, viejuno y t¨®xico.