David Le Breton: ¡°Caminar reconcilia con el mundo, da sosiego¡±
El soci¨®logo y antrop¨®logo franc¨¦s ha hecho de la marcha a pie un tema de reflexi¨®n filos¨®fica
El soci¨®logo y antrop¨®logo David Le Breton (Le Mans, 68 a?os) empez¨® a caminar en serio cuando era un joven desorientado e infeliz. Hac¨ªa autoestop por Europa, viaj¨® por Brasil y pasaba horas y d¨ªas caminando. M¨¢s tarde, la marcha se convirti¨® para ¨¦l en una experiencia feliz. Y le dedic¨® varios libros. El ¨²ltimo es Caminar la vida. La interminable geograf¨ªa del caminante, que publica Siruela en castellano.
Pregunta. ?Marcha larga? ?O paseo?
Respuesta. No me gusta jerarquizar, ni decir que lo m¨¢s bello es hacer el Camino de Santiago durante meses: caminar una hora tambi¨¦n puede ser muy bello.
P. ?Por la naturaleza? ?O la ciudad?
R. La mirada no es la misma. Me encanta caminar por Estrasburgo, donde vivo desde hace m¨¢s de una treintena de a?os, o por Madrid o Barcelona. Y me encanta caminar por los bosques o al borde del mar.
P. ?Acompa?ado? ?En solitario?
R. Casi siempre camino con mi compa?era, pero adoro tambi¨¦n caminar solo. En cambio, no creo que me gustase en grupo. Necesito, al caminar, sentirme disponible hacia el mundo, y cuando se est¨¢ en grupo, quedas atrapado en las conversaciones, miras el rostro de los interlocutores y no el paisaje. Cuando se trata de hablar, mejor ir a un caf¨¦.
P. ?Y con auriculares?
R. No es la ¨¦tica de la marcha, que es una ¨¦tica de la sobriedad y la vida simple, el retorno a lo elemental, el cuerpo, las percepciones y los sentidos. Alguien que camina con auriculares¡ no tiene sentido: no se escucha el silencio del bosque, ni los p¨¢jaros.
P. Hay una tendencia a caminar de formar utilitaria, como un sustitutivo del deporte.
R. Hay una mezcla. Porque mire los caminos de Santiago: parece como si el mundo entero se reuniese en torno a valores humanistas, de encuentro, amistad, solidaridad. No es utilitario. Es como si una humanidad futura se reuniese en comuni¨®n en torno a la marcha. Tengo la impresi¨®n de que una humanidad futura se pone en marcha. Es minoritaria, pero considerable.
P. ?Caminar es un acto pol¨ªtico?
R. S¨ª. Pero no en el sentido trivial de los pol¨ªticos, sino en el sentido de Arist¨®teles, el sentido etimol¨®gico de la polis, la ciudad, la ciudadan¨ªa. En el hiperindividualismo de nuestras sociedades contempor¨¢neas, caminar es ir al encuentro de los dem¨¢s, reencontrar formas de civilidad. Cuando en los senderos nos cruzamos con otros caminantes, intercambiamos sonrisas y saludos, o informaciones sobre la dificultad del sendero o sobre un albergue donde se come de maravilla. Nos sentamos en la mesa con personas de quienes ignoramos todo. Y es lo que me gusta en la marcha. No hay que rendir cuentas a nadie. Esta especie de anonimato... Esta desaparici¨®n feliz de uno mismo.
P. ?Qu¨¦ significa la desaparici¨®n feliz de uno mismo?
R. Durante unas horas, d¨ªas, meses, te conviertes en otra persona, disfrutas del entorno, te liberas de las responsabilidades sociales, familiares, profesionales, amicales. Est¨¢s solo en el mundo.
P. Ha dicho alguna vez que la marcha solitaria es ¡°c¨®smica¡±.
R. Reencuentras el cosmos, el mundo que te rodea, los ¨¢rboles, los riachuelos, los r¨ªos, los lagos. Te enfrentas al sol, la lluvia, la nieve. Tienes una sensaci¨®n de pertenencia al mundo. Te dices que eres un puntito en esta inmensidad del mundo, y, al mismo tiempo, que este mundo te sobrepasa infinitamente.
P. Caminar la vida, titula el libro. ?Caminar cambia la vida?
R. Siempre. Pero el t¨ªtulo tiene varios sentidos. En vez de correr sin parar detr¨¢s de una vida que se nos escapa completamente, tom¨¦monos el tiempo de caminar. Caminar es una manera simple de vivir, un par¨¦ntesis feliz en la existencia. Durante un paseo simplemente: una o dos horas. O durante una marcha de uno o varios d¨ªas por lugares que nos hacen so?ar. Son formas de reconciliaci¨®n con el mundo, y de sosiego. Caminar es sentirse vivo y feliz de vivir.
Babelia
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