Una Bienal de Venecia contra ¡°el ideal del hombre blanco¡±
La comisaria Cecilia Alemani, responsable de la High Line de Nueva York, ha seleccionado un 90% de mujeres para la gran cita del arte contempor¨¢neo, que se inaugura esta semana en la ciudad italiana tras una pausa de tres a?os. Entre ellas figuran seis espa?olas
De los 213 artistas incluidos en la nueva edici¨®n de la Bienal de Venecia, que se inaugurar¨¢ esta semana tras una pausa de tres a?os provocada por la pandemia, menos de un 10% ser¨¢n hombres. Es la menor proporci¨®n en la historia de la gran cita del arte contempor¨¢neo desde su creaci¨®n en 1895, un gesto que la comisaria Cecilia Alemani (Mil¨¢n, 44 a?os) concibi¨® como un reequilibrio necesario. ¡°Durante su primer siglo de historia, solo hubo un 10% de mujeres¡±, sostiene la responsable de la exposici¨®n principal, que tambi¨¦n dirige el programa art¨ªstico de la High Line de Nueva York, el paseo elevado sobre el ferrocarril que en otro tiempo cruzaba el barrio de Chelsea.
En su declaraci¨®n de intenciones para esta 59? edici¨®n de la bienal, que abrir¨¢ sus puertas al p¨²blico el pr¨®ximo s¨¢bado (y a los profesionales, desde el mi¨¦rcoles), Alemani afirma que aspiraba a indagar en ¡°la simbiosis, la solidaridad y la sororidad¡±, nociones en alza en la historiograf¨ªa reciente. Tambi¨¦n quiso oponerse ¡°al ideal universal del hombre blanco¡± como ¡°centro inmutable del universo y medida para todas las cosas¡±, a?ade en una terraza del barrio veneciano de Castello, a pocos d¨ªas de la inauguraci¨®n de una edici¨®n accidentada, aplazada por la covid y que Alemani tuvo que preparar a distancia durante dos a?os, a base de innumerables entrevistas con cientos de artistas v¨ªa Zoom y de visitas virtuales a sus estudios. ¡°El inicio de la guerra en Ucrania tampoco facilit¨® las cosas¡±, sonr¨ªe Alemani. El conflicto no estar¨¢ presente en la muestra, que ya estaba cerrada antes de que estallara. ¡°Pero tal vez podamos encontrar una relaci¨®n: la guerra tambi¨¦n es el resultado de esa misma visi¨®n del mundo, de la centralidad ocupada por un hombre solo que toma decisiones en el nombre de pueblos enteros¡±.
No digo que el trabajo de las mujeres surrealistas sea m¨¢s relevante que los de Dal¨ª o Max Ernst, pero yo voy a ver una exposici¨®n para aprender. No s¨¦ si recurrir siempre a los mismos nombres nos permite instruirnos
Pese a todo, la guerra ocupar¨¢ un lugar importante en Venecia. En las ¨²ltimas semanas, la bienal ha improvisado una exposici¨®n al aire libre, bautizada como Piazza Ucraina, que ir¨¢ a cargo de los comisarios del pabell¨®n del pa¨ªs, obligados a abandonar el proyecto en febrero tras el comienzo de la invasi¨®n rusa. ¡°Una bienal tiene muchas funciones y una de ellas es reflejar el estado del mundo. Y a¨²n m¨¢s Venecia, al ser la m¨¢s antigua del mundo. Ha sido testigo de los temblores de la historia, de las guerras mundiales y del Mayo del 68. No solo ha reflejado el arte de cada momento, sino que ha actuado como un sism¨®grafo¡±, opina Alemani, que anuncia una edici¨®n cargada de arte pol¨ªtico. ¡°Aunque ser¨¢ pol¨ªtico de una manera m¨¢s ¨ªntima e introspectiva, menos declamatoria, tal vez porque estos dos a?os el activismo se ha hecho de otra manera, sin protestas en la calle¡±, advierte.
La exposici¨®n se titula The Milk of Dreams, como el cuento infantil Leche del sue?o, que Leonora Carrington escribi¨® para leerlo a sus hijos al acostarlos. ¡°Es un relato que habla de seres mutantes e imagina un mundo en metamorfosis constante, en el que cada cual puede cambiar y adoptar una nueva forma¡±, resume la comisaria. La relaci¨®n con el mundo de hoy, plagado de debates sobre la fluidez identitaria y el transhumanismo, le pareci¨® obvia. La tesis de Alemani se centra en las mutaciones de los cuerpos en su relaci¨®n con la tecnolog¨ªa y ante la amenaza de la crisis clim¨¢tica, que se han visto acentuadas por los cambios que la pandemia ha provocado en las interacciones sociales. Tambi¨¦n indagar¨¢ en la vigencia del movimiento al que Carrington estuvo asociada, el surrealismo, en el que Alemani ve una insospechada actualidad: ¡°Vuelve a estar en el aire, tal vez porque vivimos una ¨¦poca similar al periodo de entreguerras, con el nuevo auge del autoritarismo y una atm¨®sfera reaccionaria. Los artistas usan m¨¦todos parecidos, como la imaginaci¨®n y el inconsciente, no como forma de evasi¨®n, sino para ofrecer otra lectura del mundo¡±.
Esta ser¨¢ una ¡°bienal transhist¨®rica¡±, como la define su comisaria, en la que casi la mitad de los artistas participantes est¨¢n muertos. La intenci¨®n ha sido trazar una genealog¨ªa alternativa de movimientos como el futurismo, la Bauhaus o el mismo surrealismo que explique parte del arte que se produce hoy. ¡°Cuesta que alguien me cite a una surrealista que no sea Frida Kahlo. No digo que el trabajo de las mujeres sea m¨¢s relevante que los de Dal¨ª o Max Ernst, y en ning¨²n caso quer¨ªa compararlos, pero yo voy a ver una exposici¨®n para aprender, por ingenuo que suene. Y no s¨¦ si recurrir siempre a los mismos nombres nos permite instruirnos¡±, dice Alemani. Por otra parte, la renovaci¨®n de nombres es considerable: de los 213 nombres escogidos, 180 participan en la muestra por primera vez y 60 de ellos tienen menos de 40 a?os. En la lista de artistas incluidos, figuran nombres hist¨®ricos como Sonia Delaunay, Sophie Taeuber-Arp, Dorothea Tanning, Hannah H?ch o Claude Cahun, as¨ª como otros m¨¢s recientes, como Nan Goldin, Rebecca Horn, Barbara Kruger, Paula Rego, Carol Rama, la cubana Belkis Ay¨®n o la chilena Cecilia Vicu?a, que recibir¨¢ el Le¨®n de Oro de esta edici¨®n junto a la alemana Katharina Fritsch por el conjunto de sus trayectorias.
El mejor a?o para el arte espa?ol
Dos artistas españolas, Teresa Solar (Madrid, 36 años) y June Crespo (Pamplona, 40 años), figuran en la exposición principal de la bienal, rompiendo con la habitual ausencia de nombres del ámbito estatal en las grandes citas internacionales de los últimos años. Las dos participantes aplauden el gesto. “Faltan más miradas hacia España y ojalá nuestra presencia en la bienal permita que el interés aumente. Yo no soy un caso aislado en el desierto, formo parte de un ecosistema rico y con propuestas de calidad”, responde Solar, que acude a la bienal con una escultura de gran formato que unirá el lenguaje de la cerámica con el de la ingeniería. Crespo incide en lo mismo, aunque señala otros factores para explicar la invisibilidad de los artistas españoles de su generación en el extranjero. “Es una cuestión de cómo nos miran, pero también de tener la voluntad de salir. A veces nos acomodamos un poco, porque aquí todo nos resulta más fácil”, afirma Crespo, que presentará esculturas híbridas llenas de “huecos activos y cavidades eróticas”, que ligarán con la idea del cuerpo en metamorfosis que dictó Cecilia Alemani, que hasta ahora no conocía su trabajo, a diferencia del de Solar. Además, cuatro artistas muertas más aparecerán en las “cápsulas históricas” que ha preparado Alemani: Remedios Varo, Maruja Mallo, Josefa Tolrà y Georgiana Houghton, británica nacida en Canarias que se adelantó, junto a la sueca Hilma af Klint, a las pinturas abstractas de Kandinsky, consideradas hasta hace pocos años las primeras de la historia.
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