¡®Veneciafrenia¡¯: la plaga del turismo merece la muerte
?lex de la Iglesia usa el ¡®slasher¡¯ para criticar c¨®mo Venecia se ha convertido en un parque de atracciones
¡°Venecia es un cad¨¢ver¡±, se afirma con rotundidad en la nueva pel¨ªcula de ?lex de la Iglesia. Para confirmarlo, solo hace falta darse una vuelta por all¨ª. Para desmentirlo, solo hace falta darse una vuelta por all¨ª. Quiz¨¢ la clave est¨¦ en la mirada ¡ªy tambi¨¦n en la actitud¡ª, y la del director espa?ol es esta vez muy cr¨ªtica. No le falta raz¨®n: aquella joya se ha convertido en un parque de atracciones en el que demasiadas veces dan ganas de matar a la gente que la visita, incluidos nosotros mismos. Y as¨ª es Veneciafrenia: un slasher, ese subg¨¦nero del terror en el que el asesino, normalmente con fundados motivos para haberse convertido en ello (o, al menos, con una cierta defensa para su venganza), va dando muerte por los m¨¦todos m¨¢s salvajes a una pandilla de jovenzuelos que solo piensa en divertirse, fornicar, beber y drogarse, sin mirar un momento el entorno en que se mueven ni a las personas que les rodean.
La tragedia del turismo. Esa es la base de la pel¨ªcula de De la Iglesia, coescrita con su habitual guionista, Jorge Guerricaechevarria. Pero ser¨ªa un error mirar hacia Veneciafrenia con ojos de pel¨ªcula de grandes ambiciones sociales o cr¨ªticas, porque su objetivo principal, como siempre ha sido en el slasher, es entretener. No es poco. Ahora bien, solo lo logra medias. M¨¢s all¨¢ de la conmoci¨®n del turismo como verdadera plaga de nuestros d¨ªas ¡ªmagn¨ªfica idea de sus autores¡ª, la pel¨ªcula no acaba de rematarse visualmente porque las dos vertientes del argumento no encajan bien en la imagen, ya sea en la individualidad del plano o en la colectividad de la secuencia o del relato al completo, ni siquiera por contraste: la Venecia cl¨¢sica del carnaval, barroca, abigarrada y desmesuradamente brillante, y la vulgar cotidianidad de esa pandilla de espa?olitos en la treintena, tres mujeres y dos hombres con ¨ªnfulas juveniles y tonter¨ªa adolescente, que se topan con el peor viaje de sus vidas.
Con apuntes del giallo en el tratamiento del color y en los matices de algunos personajes, y con la fantasmal visi¨®n desarrollada por Nicolas Roeg en la portentosa Amenaza en la sombra (1973) como modelo a seguir para presentar no una ciudad preciosista, sino una que provoque el pavor, por vieja, fea y decadente, Veneciafrenia se acaba quedando alicorta en ambos frentes: el del jolgorio del terror, y el de una cierta altura de miras en torno a una visi¨®n de nuestra contemporaneidad. Y aqu¨ª no hay ni rastro del atractivo trazado de roles del director de El d¨ªa de la bestia y Balada triste de trompeta, aunque s¨ª otra muestra de su exquisito cuidado por los t¨ªtulos de cr¨¦dito iniciales, una vez m¨¢s, formidables.
Al conjunto le falta entidad. Y no una entidad adulta, que no tiene por qu¨¦ tener, sino al menos una efervescencia juvenil que sea verdaderamente rompedora, y que sea esta la que eleve la pel¨ªcula. Hay una clara diferencia entre que la actitud de los protagonistas en la ciudad sea directamente asesinable (que lo es en varios momentos), y haber podido dar un paso m¨¢s, este de verdadera relevancia: que esos comportamientos lleven a una visi¨®n de los personajes que sea de tal ambig¨¹edad, que convierta la historia en algo molesto y desequilibrante para el espectador y, por tanto, mucho m¨¢s interesante en su concepci¨®n. Bien por su atrevimiento, bien por su contundencia.
VENECIAFRENIA
Dirección: Álex de la Iglesia.
Intérpretes: Ingrid García Jonsson, Silvia Alonso, Goize Blanco, Alberto Bang.
Género: terror. España, 2021.
Duración: 100 minutos.
Estreno: 22 de abril.
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