Klaus Schulze, pionero de la m¨²sica electr¨®nica berlinesa

Klaus Shulze, gran difusor de la llamada ¡°m¨²sica c¨®smica¡±, falleci¨® el 26 de abril, en circunstancias no explicitadas. Schulze, de 74 a?os, sufr¨ªa una dolencia renal que le hab¨ªa alejado de los directos en los ¨²ltimos tiempos. Aparte de m¨¢s de 100 discos en solitario, grab¨® con Tangerine Dream, Ash Ra Temple, Cosmic Jokers, Lisa Gerrard o Bill Laswell.

Durante la Guerra Fr¨ªa, Schulze se benefici¨® de las ventajas disponibles para los habitantes del Berl¨ªn Occidental, que abarcaban desde la exenci¨®n del servicio militar al acceso f¨¢cil a notables instituciones educativas. Klaus toc¨® diferentes instrumentos en bandas de rock como The Barons o Psy Free; a la vez, usaba su ¨®rgano para crear por su cuenta bucles, drones y desarrollos instrumentales. Ejerciendo como baterista de Tangerine Dream, sol¨ªa insertar en vivo ese material casero, provocando la furia de Edgar Froese, cabecilla del grupo, que termin¨® por despedirle.

No lo vivi¨® como un drama: ¡°Yo no sab¨ªa que estaba en una c¨¢rcel hasta que me abrieron las puertas¡±. Form¨® el tr¨ªo experimental Ash Ra Tempel y particip¨® en unas jam sessions que un productor sin demasiados escr¨²pulos, Rolf-Ulrich Kaiser, publicar¨ªa bajo el nombre de The Cosmic Jokers. Ya avanzados los a?os setenta, se present¨® en solitario sobre los escenarios, escudado en tecnolog¨ªa de ¨²ltima generaci¨®n. Con caja de ritmos y secuenciadores, desarrollaba piezas extensas e hipn¨®ticas. Una oferta que prendi¨® inmediatamente en la contracultura francesa, donde fue bautizada como ¡°musique planante¡±, algo as¨ª como m¨²sica contemplativa, flotante o planeadora.

Virgin Records, la compa?¨ªa londinense cuyas tiendas importaban discos for¨¢neos para el p¨²blico m¨¢s freak, detect¨® que aquellos espaciosos sintetizadores arropaban perfectamente viajes qu¨ªmicos. El fundador, Richard Branson, apost¨® por fichar para Virgin tanto a Schulze como a Tangerine Dream, ambos ya etiquetados como m¨²sica c¨®smica: ¡°No me molestan las etiquetas, aunque suenen pueriles; me conformo con que la gente pueda localizar mi m¨²sica¡±. Pronto se descubri¨® que esos sintetizadores tambi¨¦n funcionaban como m¨²sica cinematogr¨¢fica, para todo tipo de pel¨ªculas: documentales, ciencia ficci¨®n, terror, acci¨®n, hasta erotismo.

Tangerine Dream tir¨® hacia el cine y se fue haciendo un hueco las producciones de serie B mientras Schulze prefer¨ªa la aventura y la dispersi¨®n. Tras un viaje a Jap¨®n, se involucr¨® en Go, un supergrupo internacional con Stomu Yamash¡¯ta, Steve Winwood, Al di Meola y Michael Shrieve. Ecl¨¦ctico en gustos, Klaus acept¨® la financiaci¨®n de la sucursal alemana de Warner Music para producir grupos en las ant¨ªpodas de su est¨¦tica, logrando cierto ¨¦xito dentro del movimiento neue deutsche welle (la ¡°nueva ola alemana¡±). Se cans¨® de la industria y su huida se transform¨® en leyenda: abandon¨® su Berl¨ªn natal y prob¨® a construirse su propio estudio, hasta instalarse finalmente en un bosque remoto.

A partir de 1979, Schulze oficializ¨® un seud¨®nimo con resonancias wagnerianas: Richard Wahnfried. ¡°La idea era tener margen para seguir el devenir de la m¨²sica pop, especialmente dentro de la escena electr¨®nica, colaborando con viejos amigos y m¨²sico j¨®venes¡±. Result¨® superior a sus fuerzas: atormentado por las cuentas, sometido a un brutal ritmo de trabajo, Schulze vendi¨® su discogr¨¢fica y se concentr¨® en su propia creaci¨®n musical.

As¨ª, entre 2008 y 2014, public¨® cuatro discos hechos a medias con Lisa Gerrard, la australiana vocalista de Dead Can Dance, grabados en estudio y en diferentes conciertos. M¨¢s audaz a¨²n fue la serie The Dark Side of the Moog, once vol¨²menes conteniendo variaciones sobre otros tantos temas cl¨¢sicos de Pink Floyd.

Klaus Schulze trasform¨® su m¨²sica en una verdadera industria, publicando opulentas cajas que conten¨ªan desde 10 a 50 discos compactos, con t¨ªtulos como Silver Edition, Historic Edition, Jubilee Edition, The Ultimate Edition y Contemporary Works (dos vol¨²menes). Para Schulze, se trataba de mantener viva su obra: ¡°Hans Zimmer, cuando le encargaron componer la banda sonora de Dune, record¨® que yo era un fan de Frank Herbert y hab¨ªa escrito una pieza largu¨ªsima inspirada por la novela. Me llam¨®, busqu¨¦ el pasaje que le gustaba e hicimos juntos el tema final. Hab¨ªan pasado m¨¢s de 40 a?os pero nos entendimos sin problemas¡±.