¡®La conferencia¡¯: fr¨ªa y certera radiograf¨ªa de la reuni¨®n que llev¨® al Holocausto
Matti Geschonneck, en su tercer largometraje, asume con buen criterio que no puede hacer nada en su puesta en escena que enturbie la gelidez de las palabras y los planes de aquellos hombres
Cuenta Hannah Arendt en Eichmann en Jerusal¨¦n, ensayo de la escritora alemana sobre el juicio del criminal de guerra nazi Adolf Eichmann y sobre las causas que propiciaron el Holocausto, que durante los interrogatorios de la polic¨ªa israel¨ª tras su detenci¨®n, alguien le cuestion¨® si no cre¨ªa que la orden de ¡°evitar sufrimientos innecesarios¡± era un tanto ir¨®nica, ¡°habida cuenta de que el destino de las v¨ªctimas no pod¨ªa ser otro que la muerte¡±, pero que Eichmann ni siquiera comprendi¨® el significado de la pregunta: ¡°En su mente llevaba firmemente anclada la idea de que el pecado imperdonable no era el de matar, sino el de causar dolor innecesario¡±.
Este extracto de la cr¨®nica de Arendt, terrible en su frialdad, refleja bien las caracter¨ªsticas de, al menos, una parte de los criminales nazis. Entre otros, los que se reunieron el 20 de enero de 1942 en una villa de Wannsee, a las afueras de Berl¨ªn, con el fin de encontrar una ¡°soluci¨®n final¡± para los jud¨ªos: representantes de las SS y de varios ministerios gubernamentales, protagonistas ¨²nicos de la interesante pel¨ªcula alemana La conferencia, dirigida por Matti Geschonneck a partir de las actas del miserable evento, ambientada casi en su totalidad en la sala donde, sentados alrededor de unas mesas, se decidi¨® el cruel destino de millones de jud¨ªos en las c¨¢maras de gas.
¡ª?De cu¨¢ntos jud¨ªos estamos hablando?
¡ªDe 11 millones.
Este di¨¢logo entre dos de los gerifaltes, expuesto de un modo rutinario, como si se estuviese hablando de tomates o de piezas para autom¨®viles, surge poco despu¨¦s de que se expongan las dificultades del sistema de traslado en camiones para luego dispararles en la cabeza o fusilarlos. B¨¢sicamente, se tardaba mucho y resultaba demasiado caro, incluso por el gasto de la munici¨®n, teniendo en cuenta ¡°lo necesaria que es en tiempo de guerra¡±.
Geschonneck, en su tercer largometraje, y primero estrenado en Espa?a, asume con buen criterio que no puede hacer nada en su puesta en escena que enturbie la gelidez de las palabras y los planes de aquellos hombres. De modo que, en un espacio cerrado y ¨²nicamente con el texto como arma, compone una pel¨ªcula que en otros casos podr¨ªa acusarse de acad¨¦mica y plana, pero que aqu¨ª resulta parad¨®jicamente certera en su desapego, salvo en uno de los personajes, Wilhem Kritzinger. Eso s¨ª, m¨¢s preocupado por las secuelas mentales en los soldados alemanes encargados de la tarea que por la aniquilaci¨®n de los jud¨ªos.
Las guerras son violentas y crudas, terribles y sanguinarias, pero cada acto, cada lucha f¨ªsica, cada muerte en caliente en el centro de la batalla viene precedida de la deliberada, flem¨¢tica y razonada (aunque sus razones sean espeluznantes) decisi¨®n de una serie de seres humanos que ejercen el poder con la triste eficacia, organizaci¨®n y estructura del r¨¦gimen nazi. Gente tan anodina como el propio Eichmann, que, en otra excelente decisi¨®n, esta de selecci¨®n de reparto, es interpretado por un actor sin carisma alguno, y que en el cl¨ªmax final de la pel¨ªcula, fuera ya de la sala de reuniones, describe con abominable indiferencia la sistem¨¢tica de las c¨¢maras de gas.
Verlos hablar de tal modo en la pel¨ªcula, como en una simple reuni¨®n de empresa, irrita. Saber que llevaron a cabo el exterminio con espantosa diligencia, repugna.
LA CONFERENCIA
Dirección: Matti Geschonneck.
Intérpretes: Philipp Hochmair, Thomas Loibl, Johannes Allmayer, Fabian Busch.
Género: drama. Alemania, 2022.
Duración: 108 minutos.
Estreno: 6 de mayo.
Babelia
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