Todo listo para el festival de jazz m¨¢s coqueto del mundo

Quintanilla de la Ribera (?lava) ya tiene todo preparado para celebrar en junio el festival de jazz m¨¢s modesto del mundo. Es modesto y humilde, pero tiene un encanto especial. Este peque?o concejo de 15 casas donde est¨¢n empadronadas 21 personas organiza desde hace 15 a?os JazzArtean, una fiesta musical que se celebra en una antigua iglesia de estilo g¨®tico, rehabilitada y convertida ahora en templo de la cultura. Los m¨²sicos act¨²an en el altar, la sacrist¨ªa hace las veces de camerino y debajo del coro se monta una barra de bar. El alcalde, Jes¨²s Castro, art¨ªfice de esta ¡°locura cultural¡±, le saca chispas a los 1.000 euros que recibe del Ayuntamiento. Su ilusi¨®n es que en un futuro el Festival de Jazz de Vitoria elija este singular escenario de Quintanilla para albergar uno de sus conciertos.

El d¨ªa 10 de junio est¨¢ programada la actuaci¨®n de The Octet, un grupo con ocho m¨²sicos que ofrecer¨¢ el ¨²nico concierto de JazzArtean, con entrada libre. ¡°El dinero no llega para m¨¢s¡±, asegura el presidente regidor de Quintanilla de la Ribera, n¨²cleo perteneciente al Ayuntamiento de Ribera Baja, que financia esta coqueta cita jazz¨ªstica. Ya est¨¢ listo el cartel anunciador. Castro es el alma mater y sobre sus espaldas recae todo el trabajo: ¨¦l tuvo la idea, fue quien la puso en marcha, busca las subvenciones, se encarga de contratar a los concertistas, es el que acarrea las bebidas, hace de anfitri¨®n¡­ Dice que nada ser¨ªa posible si el pueblo no contara con un escenario tan ¡°peculiar¡± como la iglesia de San Esteban.

Cuando Castro, de 61 a?os, se traslad¨® en 1996 de Basauri (Bizkaia) a vivir a esta aldea del sur de ?lava, a 25 kil¨®metros de Vitoria y a siete de Miranda de Ebro (Burgos), se encontr¨® ¡°un pueblo casi abandonado¡± donde solo constaban nueve personas en el padr¨®n. La iglesia del siglo XVI, del g¨®tico tard¨ªo con a?adidos renacentistas y barrocos del XVII, se encontraba en ruinas y en desuso para el culto desde los a?os setenta del siglo pasado. Hab¨ªa perdido la cubierta. Este licenciado en Econ¨®micas fue elegido en 2001 presidente de la junta administrativa de Quintanilla de Ebro y se puso de inmediato a llamar a todas las puertas para sacar al pueblo de la decadencia y, sobre todo, impedir que el templo se viniera abajo.

¡°Lo primero que hice fue hablar con el Obispado para conseguir que cedieran la iglesia a la comunidad. Cost¨® mucho porque no quer¨ªan desprenderse de ella. Despu¨¦s solicitamos al Gobierno vasco su declaraci¨®n como Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC). Eso sucedi¨® en 2004. Comenzamos a pedir ayudas econ¨®micas a las instituciones para restaurarla¡±, explica Castro. Logr¨® 500.000 euros de la Diputaci¨®n de ?lava, otros 110.000 euros del Gobierno vasco y 780.000 euros del programa 1% cultural del Ministerio de Fomento. Con estas aportaciones se pudo rehacer el tejado, conservar la b¨®veda, recuperar el coro arruinado y el conjunto de las capillas, la sacrist¨ªa y la torre campanario.

Con la iglesia remozada, catalogada como edificio protegido y desacralizada, el siguiente empe?o de Castro fue dotarla de contenido. El alcalde ped¨¢neo aprovech¨® una l¨ªnea de subvenciones que Ribera Baja reservaba a actividades culturales: ¡°Hemos realizado talleres de arqueolog¨ªa y ornitolog¨ªa para ni?os, conciertos de m¨²sica cl¨¢sica, arias de ¨®pera, zarzuela, coros, grupos de rock y pop en fiestas. Hasta hace tres a?os sol¨ªamos celebrar San Patricio, porque mi mujer es irlandesa¡±. Tambi¨¦n ha creado la asociaci¨®n cultural Hontoria.

Pero el plato fuerte del a?o es el jazz, el coqueto concierto de junio que atrae a medio centenar de personas. El a?o pasado, remarca su alcalde, tuvo como espectador al director del Festival de Jazz de Vitoria, I?igo Zarate, y a?os atr¨¢s lleg¨® a actuar Javier Alzola, saxo de Fito y los Fitipaldis. Cuenta con la ayuda de la asociaci¨®n MiraJazz de Miranda de Ebro y recibe asesoramiento de Marcelo Escrich, contrabajista de origen argentino y profesor en el Conservatorio de Pamplona. ¡°La ¨²nica condici¨®n que pongo¡±, cuenta Castro, ¡°es que me traigan grupos de jazz audible, que no sea jazz sofisticado¡±. Este a?o act¨²a The Octet, una agrupaci¨®n creada para la ocasi¨®n que forman David Fern¨¢ndez (saxo alto), Isabel ?scar (saxo tenor), Javier Cebas (saxo bar¨ªtono), Enrique Cardama (trompeta), Olmo de Andr¨¦s (tromb¨®n), Isaac Killian Gonz¨¢lez (guitarra), Mar¨ªa Vi?as Cebrecos (bater¨ªa) y Marcelo Escrich (contrabajo). ¡°Cobran menos que un m¨²sico de verbena, pero todos los que vienen a Quintanilla quieren repetir¡±, dice Castro, elegido ¡°alav¨¦s del mes¡± en 2012 por El Correo.

En Quintanilla se hace todo ¡°con mucho amor al arte¡± y ¡°con mucha dedicaci¨®n¡±, a?ade el regidor, a quien este a?o le faltar¨¢ la ayuda de Fernando Ortiz de Luna, su ¡°brazo derecho¡± en la organizaci¨®n de JazzArtean. Este agricultor era ¡°el alma del pueblo¡± y falleci¨® recientemente a los 74 a?os. El concierto del 10 de junio (20.30 horas) ser¨¢ una suerte de homenaje a este labrador difunto.

Todos aquellos que acudan a esta cita musical se encontrar¨¢n en un entorno que va renov¨¢ndose sin soluci¨®n de continuidad. Poco a poco, se?ala el alcalde, ha conseguido recuperar elementos del patrimonio que estaban descuidados, como la imponente torre de telegraf¨ªa ¨®ptica (la ¨²nica restaurada en el Pa¨ªs Vasco), o las antiguas escuelas del siglo XIX, que ahora albergan el centro social. Castro insiste en que tambi¨¦n se han restaurado el molino, del XVIII, la picota o el lavadero. Todo el empedrado de las calles est¨¢ renovado y ahora la lucha se centra en ¡°conseguir que nos instalen la fibra ¨®ptica para que nos llegue Internet en condiciones¡±. Castro apunta que el principal quebradero de cabeza para la veintena de habitantes de Quintanilla de la Ribera es ¡°impedir que el tren de alta velocidad (TAV) atraviese por el valle¡±. Han tramitado un requerimiento judicial, previo a una demanda por la v¨ªa contencioso-administrativa, para que la l¨ªnea del AVE Vitoria-Burgos no pase a unos 300-400 metros en l¨ªnea recta de la iglesia y estropee el encanto que tiene ahora esta aldea ubicada entre los r¨ªos Bayas y Zadorra.