Marta D. Riezu y ¡®Agua y jab¨®n¡¯, el triunfo de lo de toda la vida
El ensayo de la escritora catalana repite ¨¦xito en las librer¨ªas con una defensa de las costumbres y lo ¡°anticuado¡±
A Marta D. Riezu (Terrassa, 43 a?os) la han calificado como ¡°autora de culto¡± quiz¨¢ porque reh¨²ye los focos, tambi¨¦n porque ha cultivado un perfil elevado que esquiva las modas. Su ensayo Agua y jab¨®n, ¡°apuntes sobre elegancia involuntaria¡±, tuvo un ¨¦xito fulgurante en 2021 con una edici¨®n ¨²nica de 1.500 ejemplares de la editorial Terranova. Se agotaron en un visto y no visto y esta editorial, explica Riezu, no hace segundas ediciones. Los ejemplares eran objetos codiciados; quien ten¨ªa uno, pod¨ªa sentirse privilegiado. Finalmente, el libro ha vuelto a ser publicado por Anagrama, y el ¨¦xito ha vuelto a repetirse.
Agua y jab¨®n es el libro de una diletante, dif¨ªcil de clasificar, una eleg¨ªa de valores antiguos e inamovibles frente al capitalismo del exceso y tambi¨¦n frente a los nuevos dogmas de la izquierda. El t¨ªtulo es un tributo al fot¨®grafo brit¨¢nico Cecil Beaton, como se explica en la primera p¨¢gina: ¡°Preguntaron a Beaton qu¨¦ es la elegancia, y respondi¨®, agua y jab¨®n. Que es lo mismo que decir: es lo sencillo, lo honesto, lo de toda la vida¡±. Costumbre y tradici¨®n; moderaci¨®n y modales. Sin alistarse en colectivos ni ondear banderas m¨¢s all¨¢ de la de la elegancia de los genios y de las madres. ?Qu¨¦ es, por ejemplo, el feminismo para Riezu? ¡°Sospechar de todo lo f¨¢cil, servirme del trabajo para ganar respeto e independencia, no emparejarme a la brava, hacer buenas relaciones, no gastar dinero en marcas que perjudiquen a mis iguales, huir de Twitter y dem¨¢s groser¨ªas, predicar con el ejemplo¡±.
El activismo de Riezu es el de los firmantes brit¨¢nicos de un manifiesto en 1971 para que la Iglesia Cat¨®lica mantuviera las misas tridentinas ¡ªlas anteriores al Concilio Vaticano II, de espaldas a los fieles y en lat¨ªn¡ª: ¡°William Rees-Mogg, Iris Murdoch, Barbara Hepworth, Rupert Hart-Davis, F. R. Leavis, Agatha Christie, Maurice Bowra, Auberon Herbert, Robert Graves, Kenneth Clark¡ Un retrato fidedigno de lo que en el colegio llamamos los guays¡±. La autora afirma en la contracubierta que ¡°lleva la vida anticuada y tranquila que siempre so?¨®¡±. Para alguien que vive en Sant Antoni, un barrio que es uno de los bastiones de lo moderno en Barcelona, es toda una declaraci¨®n de intenciones.
La entrevista de Riezu con EL PA?S se realiza por escrito porque ¡°detesta las entrevistas y las citas¡±. ¡°Me agotan y prefiero destinar la energ¨ªa a otros fines nada elevados¡±. Sobre todo, a?ade la autora, quiere pensar lo que dice y escribe. Tambi¨¦n puede influir en ella lo que asegur¨® su admirado Tomi Ungerer, presentado as¨ª en Agua y jab¨®n: ¡°Fue el primer dibujante en publicar un cuento con un ni?o sentado en la taza, o un padre fumando, o un vecino empinando el codo. Rechazaba entrevistas porque dec¨ªa que los periodistas no entend¨ªan nada y calificaba a las galer¨ªas de ¡®timadoras¡±.
Riezu no cree que sea pol¨ªticamente incorrecta, pero citar al columnista Salvador Sostres, uno de los machistas, clasistas y opinadores m¨¢s groseros del panorama medi¨¢tico espa?ol, es una prueba de que lo que piensen de ella, poco debe importarle. Recuerda en Agua y jab¨®n sus maratones de cine cuando estudiaba la carrera de comunicaci¨®n audiovisual, de directores que idolatra y que hoy, en su opini¨®n, las pasar¨ªan canutas. ¡°A¨²n faltaba mucho para que la correcci¨®n pol¨ªtica lo tocase todo con sus manos aceitosas¡±, escribe Riezu, y concluye que ¡°cada producto cultural hoy va acompa?ado de un dudoso an¨¢lisis ideol¨®gico¡±.
Su literatura no es del lamento, m¨¢s bien es de la responsabilidad particular. ¡°Si de eso ya se ocupa el Ayuntamiento¡¯. Frase que explica muchos de nuestros males¡±, puede leerse en Agua y jab¨®n. Otra reflexi¨®n en el mismo sentido: ¡°Alguien que no tiene tiempo ni energ¨ªa para velar por sus intereses y espera que lo haga por ¨¦l un Gobierno, una empresa o una marca va listo¡±. Riezu afirma en la entrevista que ella tambi¨¦n se queja, pero no lo difunde por redes sociales y lo compensa ¡°con acciones concret¨ªsimas e inmediatas¡±. ¡°Antes ve¨ªa un vaso de latte abandonado en los bancos del and¨¦n del metro y me herv¨ªa la sangre, porque s¨¦ lo que hay detr¨¢s de ese analfabetismo civil, de esa desidia¡±, explica, y acto seguido detalla c¨®mo reacciona hoy: ¡°Ahora lo tiro y aprovecho mi indignaci¨®n para enviar alg¨²n mail pidiendo una factura de aut¨®nomos atrasada¡±.
Riezu public¨® anteriormente otro libro con Anagrama, el ensayo La moda justa, una defensa ac¨¦rrima de la ropa de calidad frente al consumo excesivo e insostenible. ¡°Ikea no es democratizar¡±; ¡°una de las ruindades de esta era: la obsolescencia programada¡±, son algunas de las ideas que aparecen en Agua y jab¨®n. Y otra: ¡°Como las buenas adquisiciones duran d¨¦cadas, no hay que recomenzar la b¨²squeda cada temporada. No hay mayor tortura para el alma que ir de compras¡±.
Las vivencias familiares de Riezu son constantes y ricas en ense?anzas. ¡°He visto suficientes pel¨ªculas de sobremesa para intuir la fortuna que supone crecer en una familia normal¡±. ?Y qu¨¦ era normal, seg¨²n su relato? ¡°Una casa en la que no se hablaba de sentimientos y nadie dec¨ªa jam¨¢s ¡®te quiero¡¯. Una en la que el mueble bar criaba telara?as. Con diccionarios, enciclopedias y tocadiscos. En la despensa no hab¨ªa nada con nombres que mi madre no supiera pronunciar. Una casa donde a la hora de comer, con puntualidad suiza, se apagaba la televisi¨®n¡±. Una familia normal, seg¨²n cuenta Riezu, era aquella en la que ¡°no te daban atenci¨®n continua: hab¨ªa que distraerse solo y ganarse la escucha¡±.
Lo anticuado triunfa en Agua y jab¨®n porque se presenta como unos principios a los que aferrarse, como besar el trozo de pan que cae al suelo, o presentarse bien vestido a los suegros. ¡°En qu¨¦ cabeza cabe conocer a los suegros con una camiseta de Star Wars. ¡®Es que yo soy as¨ª'. Bueno, pues no seas as¨ª¡±, lanza la autora en el libro. Preguntada sobre qu¨¦ hay que hacer si son los suegros quienes visten camiseta de Star Wars, Riezu no lo duda: ¡°Es que lo primero es buscarse un suegro que jam¨¢s lleve camisetas de Star Wars¡±. Dice que ella ha tenido suerte con los padres de sus novios, y termina la entrevista recordando a un desafortunado amigo: ¡°Tuvo que aguantar a un suegro que hac¨ªa paellas al aire libre, se rascaba el trasero y luego manipulaba los alimentos con esa misma mano¡±. Las misas tridentinas casan poco con ello.
Babelia
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