M¨ªsia: ¡°He vivido siempre desgarrada, en los extremos. Es una cosa terrible pero quiz¨¢s ahora con la enfermedad me siento m¨¢s equilibrada¡±
La cantante que renov¨® el fado relata en sus memorias un viaje constante entre el cielo y el infierno: aplauso internacional, desd¨¦n de su pa¨ªs, un marido maltratador e intentos de suicidios. Su nuevo disco da la bienvenida a un tiempo de serenidad
En los 67 a?os de vida de Susana Mar¨ªa Alfonso de Aguiar hay 30 a?os de carrera como M¨ªsia, una exploradora art¨ªstica, que lo mismo cantaba con Iggy Pop que letras de Jos¨¦ Saramago. Renov¨® el fado, le abrieron los grandes teatros del mundo y la ignoraron en su pa¨ªs. Animal sentimental (Oficina do livro) es el t¨ªtulo de sus memorias, que hoy se presentan en la FNAC del Chiado, en Lisboa, y de su nuevo disco, una producci¨®n del sello alem¨¢n Galileo, que incluye versiones de un poema de L¨ªdia Jorge y temas de ...
En los 67 a?os de vida de Susana Mar¨ªa Alfonso de Aguiar hay 30 a?os de carrera como M¨ªsia, una exploradora art¨ªstica, que lo mismo cantaba con Iggy Pop que letras de Jos¨¦ Saramago. Renov¨® el fado, le abrieron los grandes teatros del mundo y la ignoraron en su pa¨ªs. Animal sentimental (Oficina do livro) es el t¨ªtulo de sus memorias, que hoy se presentan en la FNAC del Chiado, en Lisboa, y de su nuevo disco, una producci¨®n del sello alem¨¢n Galileo, que incluye versiones de un poema de L¨ªdia Jorge y temas de Rodrigo Le?o, Violeta Parra, Tiago Torres da Silva y Luis Eduardo Aute. En el libro afloran placeres y heridas igual de grandes. Tras sobrevivir a la violencia de g¨¦nero, dos intentos de suicidio y un c¨¢ncer recurrente, habla como una mujer libre. Dicen que ya no canta el fado, sino que canta su vida.
Pregunta. Ha realizado un largo camino hasta hacer las paces con la vida y con la muerte.
Respuesta. S¨ª. Y a veces es m¨¢s interesante hacer el camino que llegar. A¨²n estoy haciendo el camino. La vida y la muerte forman parte de un todo. En mi caso la reconciliaci¨®n con la vida hace que la presencia de la muerte no sea tan inquietante como hace unos a?os.
P. En el libro relata su experiencia oncol¨®gica de los ¨²ltimos a?os. ?Hay alguna cosa buena que le haya dado el c¨¢ncer?
R. Muchas. Una manera de ver la vida en muchos aspectos mejor, muchas revelaciones de cosas y simbolismos de los que antes ni me daba cuenta y una importancia enorme a los peque?os milagros cotidianos.
En Portugal sufr¨ªa invisibilidad y falta de respeto. Durante mucho tiempo yo hac¨ªa un paralelismo entre ser mal amada en mi pa¨ªs y ser mal amada en mi infancia
P. La conquista de los ahoras.
R. S¨ª, la secuencia de los ahoras tambi¨¦n.
P. Es hija de espa?ola y portugu¨¦s. En cierto momento escogi¨® ser portuguesa.
R. Nac¨ª y viv¨ª en Oporto hasta los 20 a?os, ten¨ªa muy claro que era portuguesa interiormente, pero hab¨ªa tantas llamadas de Catalu?a, la tierra de mi madre y mi abuela, y lo bien recibido que fue mi trabajo en Espa?a, que tuve titubeos. Cuando me fui de Portugal entend¨ª que era m¨¢s portuguesa que nunca. Regres¨¦ tras unos a?os en Barcelona y Madrid por la cuesti¨®n de pertenencia y el hecho de no ser bien recibida en mi pa¨ªs me hizo mucho da?o. Ten¨ªa ¨¦xito y prestigio cultural en el extranjero, donde llev¨¦ el fado a lugares donde no se hab¨ªa cantado nunca como salas de ¨®pera, mientras que en Portugal sufr¨ªa invisibilidad y falta de respeto. Ahora ya me he apartado de ese dolor, pero durante mucho tiempo yo hac¨ªa un paralelismo entre ser mal amada en mi pa¨ªs y ser mal amada en mi infancia.
P. ?Lleg¨® antes de tiempo?
R. Eso dicen algunos cr¨ªticos.
P. Hoy hay fadistas con una est¨¦tica no fadista.
R. Hoy hay voces extraordinarias, pero digo voces¡ El nuevo fado no consiste en que alguien sea joven y se vista de forma moderna, hoy d¨ªa incluso puede ense?ar la ropa interior mientras canta a Cam?es, pero no es eso. Paulo Bragan?a y yo hicimos algo mucho m¨¢s subversivo, ten¨ªamos una visi¨®n, no solo era poner una bater¨ªa y vestirse moderno, trabaj¨¢bamos con poemas, a veces ahora no se trabaja tanto el contenido, hay m¨¢s una banalizaci¨®n en el fado. Son cosas diferentes el entretenimiento y el arte y la cultura, casi como oficios distintos.
P. ?Cree que hoy habr¨ªa generado una respuesta distinta?
R. No se habr¨ªan escandalizado con muchas cosas, no solo por el paso del tiempo, tambi¨¦n porque hay internet, canales extranjeros. Yo soy muy cosmopolita, si canto fados es para poder comunicar con el mundo. A la mayor¨ªa de las personas que les gustaba mi voz, recib¨ªan un shock cuando me ve¨ªan. Se empez¨® a decir que yo era solo marketing e imagen. Era una mujer sola sin ninguna validaci¨®n masculina, en aquella ¨¦poca casi todas las fadistas estaban casadas con un guitarrista o eran protegidas por el due?o de una televisi¨®n o de una casa de fados o por los dos jomeinis del fado, digamos as¨ª, Carlos do Carmo y Jo?o Braga.
P. Iba por libre.
R. Yo no fui a pedirle permiso a nadie, no mir¨¦ si era prematuro, estaba concentrada con mi esencialidad art¨ªstica y convencida de que si daba lo mejor de m¨ª me aceptar¨ªan y fue al rev¨¦s. Cuando cantaba en Espa?a dec¨ªan M¨ªsia, mitad espa?ola, mitad portuguesa, mientras que en Portugal me llamaban la fadista japonesa porque ten¨ªa ¨¦xito en Jap¨®n.
Carlos Saura me propuso [para participar en la pel¨ªcula ¡®Fados¡¯], pero la persona que hac¨ªa la programaci¨®n dijo que no y Saura tuvo que aceptarlo
P. Era m¨¢s f¨¢cil comprar sus discos en Osaka que en Oporto.
R. Durante m¨¢s de 20 a?os mis discos no estaban en ninguna tienda de Portugal y no ten¨ªa agente art¨ªstico que me diera conciertos. Estaba considerada como una persona dif¨ªcil porque no sab¨ªan en qu¨¦ caj¨®n guardarme y entonces lo mejor fue la invisibilidad, y yo tuve que acostumbrarme a eso. Si no fuera por los contratos en el extranjero, habr¨ªa desaparecido art¨ªsticamente.
P. En el libro cuenta que fue vetada para la pel¨ªcula Fados a pesar de que su director, Carlos Saura, la quer¨ªa.
R. Fui vetada para eso y para otras cosas porque los patriarcas del fado ten¨ªan mucho poder. Al rev¨¦s de lo que ocurri¨® con Flamenco, porque Carlos Saura entend¨ªa de flamenco, tuvo que ser aconsejado porque no entend¨ªa de fado, fue un encargo del ayuntamiento. Carlos Saura conoc¨ªa a Amalia Rodrigues, que est¨¢ s¨²per mal tratada en la pel¨ªcula, y me conoc¨ªa a m¨ª y me propuso, pero la persona que hac¨ªa la programaci¨®n dijo que no y Carlos Saura tuvo que aceptarlo. Visto el resultado de la pel¨ªcula, estoy feliz de no estar en ella, y no lo digo resabiada.
P. Leyendo el libro da la sensaci¨®n de que su vida ha sido un ir y venir entre el cielo y el infierno.
R. He vivido siempre desgarrada, en los extremos. Es una cosa terrible pero quiz¨¢s ahora con la enfermedad me siento m¨¢s equilibrada. Antes lloraba casi todos los d¨ªas, aunque no se notaba por fuera. Tengo un lado almodovariano, cabaretero y teatral pero por dentro va la procesi¨®n, creo que es elegante ahorrar el dolor a los dem¨¢s. Soy capaz de fingir muy bien y esas mentiras forman parte de mi verdad, revelan lo que yo soy. No he tenido calma nunca.
P. Hasta ahora.
R. Ahora tengo una calma envenenada, pero s¨ª.
Mi exmarido ten¨ªa cuentas pendientes con la personalidad de su madre. Le gustaba mi poder¨ªo, mi frontalidad y mi poder de afirmaci¨®n, pero era lo que despu¨¦s quer¨ªa doblar y quebrar
P. Dice que ha escrito sin hacer ajustes de cuentas. ?Es por eso que no da nombres de las personas que le hicieron da?o?
R. Todos tenemos derecho a nuestra patolog¨ªa. Y si esas personas tienen su patolog¨ªa y su patolog¨ªa a m¨ª me ha hecho da?o, la m¨ªa ha permitido que me lo hicieran. Creo que no tengo derecho a juzgar y ser¨ªa indigno hacia m¨ª misma la venganza.
P. Pero tambi¨¦n dice que escogi¨® mal a sus amores.
R. Escog¨ª muy mal, mis casting mistakes, como yo les llamo, y eran siempre todos iguales, muy atractivos por fuera y por dentro¡ pero es as¨ª la vida. Mi problema es que yo repet¨ªa el modelo de mi infancia, por eso me dej¨¦ atrapar por esas personas.
P. Vivi¨® una relaci¨®n en la que sufri¨® maltrato.
R. Es la primera vez que lo digo.
P. ?Por qu¨¦ necesit¨® hacerlo ahora?
R. Creo que las mujeres con aire de fuertes e independientes a veces somos las mayores v¨ªctimas porque hay un tipo de hombres que no nos soportan, aunque se sientan atra¨ªdos. Mi exmarido ten¨ªa cuentas pendientes con la personalidad de su madre. Le gustaba mi poder¨ªo, mi frontalidad y mi poder de afirmaci¨®n, pero era lo que despu¨¦s quer¨ªa doblar y quebrar. Hay muchas mujeres fuertes y fr¨¢giles, por ejemplo Tina Turner, que somos la diana de ese tipo de hombres.
P. ?C¨®mo ve a la sociedad portuguesa respecto a la concienciaci¨®n con la violencia machista?
R. En la portuguesa, la espa?ola, la mexicana¡ sigue habiendo muchas muertes. La violencia forma parte de una educaci¨®n que habr¨ªa que trabajar desde el colegio. Por ejemplo, hoy se accede con gran facilidad a pel¨ªculas pornogr¨¢ficas que vehiculizan una imagen de una mujer como un objeto con agujeros, eso somos nosotras en las pel¨ªculas pornogr¨¢ficas que los adolescentes ven. Para que ellos entiendan que ese no es el modo de tratar a sus novias¡ hay muchas cosas que arreglar, no solo en las leyes, tambi¨¦n en la pr¨¢ctica.
P. Vistos desde ahora, ?qu¨¦ reflexiona sobre sus dos intentos de suicidio?
R. Fue bastante inconsciente. Yo, que desde peque?a he pensado en la muerte, el d¨ªa que pens¨¦ en suicidarme no pens¨¦ ni en c¨®mo quer¨ªa ser enterrada. Queda extra?o decirlo, pero el momento desde que tom¨¦ los medicamentos hasta que me dorm¨ª fue de los m¨¢s felices de mi vida. Ahora no lo har¨ªa. La segunda vez fue como una reverberaci¨®n de la primera, un trabajo sucio, mal hecho, una chapuza. Sal¨ª del cuarto de ba?o de la estaci¨®n [donde intent¨® colgarse] de una autopista alemana toda avergonzada pensando en el trabajo que estaba dando a todas aquellas personas. En el suicidio tambi¨¦n quer¨ªa ser educada y correcta. Pero la primera vez fue de verdad y una inconsciencia, no un acto pensado. Mi psiquiatra dijo que fue un suicidio de inscripci¨®n, para inscribirme en la vida de mi madre, mi padre, del p¨²blico portugu¨¦s, para existir verdaderamente. Consideraba que era transparente, que no me ve¨ªan. Ten¨ªa valor para m¨ª colaborar con William Christie, que es un dios de la m¨²sica barroca, o la actriz Fanny Ardant, pero lo que yo quer¨ªa era que mi vecina portuguesa me quisiera y me aceptara. Cualquier cosa venida de Portugal me pon¨ªa en el cielo o en el infierno.