Carlos Sobera: ¡°Me gusta ser alcahuete¡±

Carlos Sobera (Barakaldo, 62 a?os) ha hecho feliz a mucha gente. Por First Dates, el programa televisivo de citas de Cuatro, han pasado ya m¨¢s de 15.000 personas, de las que han salido siete matrimonios y ocho beb¨¦s. El amor a la hora de cenar engancha y este presentador todoterreno que tambi¨¦n es actor ¨Dse ha estrenado este verano en el Festival de Teatro Cl¨¢sico de M¨¦rida con Miles Gloriosus, de Plauto¨D, adem¨¢s de antiguo profesor de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, lo lleva con un cuajo y una retranca que lo hacen incombustible. Como eternas son sus aficiones a la lectura y a coleccionar souvenirs. Lleva a gala ser el gran alcahuete espa?ol y su fascinaci¨®n por Lorca, consciente de que todo su ser cat¨®dico viene de cl¨¢sicos como La Celestina o Bodas de sangre.

Pregunta. As¨ª que usted, donde se encuentra mejor fuera de sitio es entre libros.

Respuesta. S¨ª, yo abr¨ª una librer¨ªa, pero fue un mal negocio. Tuve que dejarlo. Tambi¨¦n me siento a gusto en las tiendas de souvenirs.

P. ?C¨®mo?

R. S¨ª, en lo m¨¢s t¨ªpico de cada pa¨ªs. Voy a Sevilla y me fijo en el toro y la bailaora de flamenco.

P. ?Adicto al t¨®pico?

R. Un friki del t¨®pico. Las tiendas de souvenirs, si est¨¢n bien dise?adas, te cuentan lo m¨¢s importante de cada sitio.

P. ?As¨ª que hay que fiarse de los t¨®picos?

R. Siempre. ?Vamos a filosofar sobre esto?

La prioridad del ser humano, antes incluso que la comida, es el amor. Lo dice el paleont¨®logo Juan Luis Arsuaga

P. No s¨¦¡­ Puede. ?No representa una realidad como salida de madre?

R. Es una llamada a la exageraci¨®n. T¨² no puedes ir a Par¨ªs y no traerte una Torre Eiffel. Por favor¡­ ?Qu¨¦ te quieres traer si no?

P. Y de Barakaldo, ?qu¨¦ nos llevar¨ªamos?

R. Pues ya no existen, pero yo me decidir¨ªa por los altos hornos de Vizcaya. Hubiera sido un llavero magn¨ªfico.

P. ?Arqueolog¨ªa industrial?

R. Muy representativo de una ¨¦poca del pa¨ªs, sustento de millones de personas. Ha cambiado mucho aquello. Un d¨ªa me despert¨¦ y vi un reportaje en Intervi¨² titulado: ¡°Los tres pueblos m¨¢s feos de Espa?a¡±. Uno era Barakaldo. No me he recuperado aun.

P. En Espa?a, viendo localidades as¨ª, se puede pensar que existe una comisi¨®n oficial secreta para hacer que lugares feos sean m¨¢s horribles. ?Qui¨¦n la dirigir¨¢?

R. Tuvimos un alcalde en los a?os cuarenta que decidi¨® que todas las calles deb¨ªan torcerse. Y dise?¨® algo como The Long and Winding Road, la canci¨®n de los Beatles. As¨ª como hay gente centrada en la belleza, existen otros dedicados a los horrores. Creo que esa comisi¨®n debe existir seguro y lo peor es que creen que lo que perpetran lo hacen con buena intenci¨®n.

P. ?Tiene contados los souvenirs?

R. No, soy incapaz de contar los l¨¢pices, las bolitas de cristal y las pelotas de b¨¦isbol que tengo. Y lo peor es que no me gusta el b¨¦isbol. Incluso cuando voy al Guggenheim de Bilbao, entro y me llevo algo.

P. ?Para sentirse extranjero de s¨ª mismo?

R. Para no sentirme tan lerdo. Cada vez que entro a una exposici¨®n, me sorprendo con lo que veo y lo que aprendo. Es un museo extraordinario.

[Por ¡®First Dates¡¯] Pasa gente normal y paranormal. Pero todos son muy aut¨¦nticos. No hay actor tan bueno capaz de hacer lo de los participantes en el programa

P. ?C¨®mo se llamaba su librer¨ªa?

R. Le va a sorprender¡­

P. ?Barakaldo?

R. No. ?Huatulco! La ten¨ªamos en Alcobendas [norte de Madrid]. Soy un gran amante de las culturas precolombinas, especialmente de las mexicanas. De ah¨ª el nombre. De todas formas, creo que el d¨ªa que la abr¨ª decid¨ª cerrarla. Tres a?os dur¨¦. Fuera de las navidades, vender un libro es una haza?a.

P. ?Lee desde peque?ito?

R. Desde los cinco a?os. Pero mi gran cambio se produce a los 14, cuando a mi hermana mayor le regalaron una antolog¨ªa de Federico Garc¨ªa Lorca, con sus obras de teatro. Una tarde me puse a leerlo y no lo pude dejar. De ah¨ª vino mi afici¨®n por el teatro, aunque los curas ya hab¨ªan hecho lo suyo al darme un papel de burro en una funci¨®n.

P. Siguiendo con la literatura trasladada al prime time televisivo, ?es usted el gran alcahuete espa?ol?

R. ?C¨®mo me gusta esa expresi¨®n! Pocos idiomas tienen la belleza del nuestro. Me gusta ser alcahuete. S¨ª, s¨ª. Vamos por 1.500 programas.

P. ?Con la trama del amor antes de cenar?

R. La prioridad del ser humano, antes incluso que la comida, es el amor. Lo dice el paleont¨®logo Juan Luis Arsuaga.

P. First Dates es tambi¨¦n una sociolog¨ªa.

R. Pasa gente normal y paranormal. Pero todos son muy aut¨¦nticos. No hay actor tan bueno capaz de hacer lo de los participantes en el programa.

Soy incapaz de contar los l¨¢pices, las bolitas de cristal y las pelotas de b¨¦isbol que tengo. Y lo peor es que no me gusta el b¨¦isbol. Incluso cuando voy al Guggenheim de Bilbao, entro y me llevo algo

P. ?Por qu¨¦ seremos tan exhibicionistas?

R. No tengo tan claro que sea exhibici¨®n. Creo que m¨¢s bien tiene que ver con la necesidad de relacionarnos. A m¨ª me gusta lo que hago, pero creo que me gusta m¨¢s contar lo que hago. Si no, no tendr¨ªa sentido. Cuando vienen aqu¨ª hacen un acto de generosidad compartiendo experiencias.

P. ?Se come bien en el restaurante de First Dates?

R. Se come bien, hay poca variedad pero est¨¢ muy rico. Yo lo cato todo: el vino, la comida. Si no me gusta, no se sirve.

P. Es que adem¨¢s de alcahuete, usted es maitre.

R. Otra palabra bonita. Y m¨¢s su funci¨®n. Hacer agradable y facilitar la vida a los dem¨¢s. Ser educado y cort¨¦s, que te cuiden y te muestren cari?o. Lejos de poner en aprietos a nadie, lo que tratamos es de que los participantes disfruten.

P. ?Para provocar la qu¨ªmica? ?Se ve venir?

R. S¨ª, se ve, se ve. La qu¨ªmica existe, eso es verdad. Hay gente que conecta al segundo y otros que nada. Cuando se produce esa atracci¨®n m¨¢gica ves la chispa.

P. ?Ser¨¢ porque a usted le ha pasado?

R. A m¨ª me ha pasado y la he visto aqu¨ª. De repente, se les ilumina la cara, los ojillos les hacen pim pim y las pupilas se les dilatan. Y todo fluye. No hacen falta preguntas idiotas del tipo: qu¨¦ estudias. Se produce un torrente. Aqu¨ª ya hemos propiciado siete bodas y nos han nacido ocho hijos.