Laura Poitras lleva por segunda vez en la historia el documental hasta el Le¨®n de Oro del festival de Venecia
¡®All the Beauty and the Bloodshed¡¯, centrado en la vida de la fot¨®grafa Nan Goldin, triunfa en la Mostra. Cate Blanchett y Colin Farrell se llevan las Copas Volpi, y Luca Guadagnino es distinguido como mejor director
Se juntaron dos guerreras. Detr¨¢s de la c¨¢mara, la cineasta Laura Poitras, capaz de poner en jaque al Gobierno de EE UU con sus obras. Y, como sujeto de su ¨²ltimo documental, la fot¨®grafa Nan Goldin: una vida entera de batallas creativas, familiares e incluso una pelea casi imposible y, sin embargo, victoriosa contra la todopoderosa familia de millonarios Sackler. Inevitable, pues, que la pel¨ªcula, All the Beauty and the Bloodshed, tambi¨¦n ganara: este s¨¢bado ha recibido el Le¨®n de Oro del festival de Venecia. Un triunfo merecido, pero no por eso menos inaudito: es la segunda vez...
Se juntaron dos guerreras. Detr¨¢s de la c¨¢mara, la cineasta Laura Poitras, capaz de poner en jaque al Gobierno de EE UU con sus obras. Y, como sujeto de su ¨²ltimo documental, la fot¨®grafa Nan Goldin: una vida entera de batallas creativas, familiares e incluso una pelea casi imposible y, sin embargo, victoriosa contra la todopoderosa familia de millonarios Sackler. Inevitable, pues, que la pel¨ªcula, All the Beauty and the Bloodshed, tambi¨¦n ganara: este s¨¢bado ha recibido el Le¨®n de Oro del festival de Venecia. Un triunfo merecido, pero no por eso menos inaudito: es la segunda vez que un documental domina el palmar¨¦s del festival de cine m¨¢s antiguo del mundo. Sacro GRA, de Gianfranco Rosi, en 2013, fue el primero.
Poitras, al fin y al cabo, sabe de peleas complicadas: centr¨® uno de sus anteriores filmes, CitizenFour, en el exesp¨ªa Edward Snowden, que hizo p¨²blico el programa de vigilancia masiva a escala mundial por parte de la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense. La creadora gan¨® un Oscar, pero tambi¨¦n padeci¨® duras presiones y controles por parte del Ejecutivo de su pa¨ªs, como contaba ella misma estos d¨ªas. A?ad¨ªa que cree firmemente en los documentales independientes e inc¨®modos. Su receta ha vuelto a vencer.
Esta vez, filma la extraordinaria vida de Goldin. Y, de paso, narra los a?os setenta y ochenta en Nueva York, la creaci¨®n cultural independiente, el desastre del sida y de la adicci¨®n a los opi¨¢ceos. Fot¨®grafa siempre adelantada a su tiempo, con el hueco del dolor dejado por la desaparici¨®n de su hermana y de tantos amigos que se llev¨® el VIH, la artista tiene tambi¨¦n un presente como activista: empez¨® una lucha contra los Sackler, conocidos sobre todo por sus ricas donaciones a grandes museos, pero cada vez m¨¢s repudiados tambi¨¦n por las denuncias de Goldin y sus compa?eros ¡ªy del libro El imperio del dolor, de Patrick Radden Keefe¡ª. Les acusan de causar 400.000 muertos por sobredosis solo en EE UU debido a sus f¨¢rmacos opi¨¢ceos que les dieron beneficios millonarios. El Le¨®n de Oro, pues, premia a dos creadoras siempre dispuestas a pelear. Y acostumbradas a ganar.
Toda Saint-Omer, de Alice Diop, se centra en un juicio. Hay una acusada, aunque no importa tanto que sea culpable o inocente. Lo que cuenta son todas las reflexiones inc¨®modas que la directora ha sido capaz de condensar en el proceso por infanticidio que narra. Primero, obtuvo el veredicto favorable de la cr¨ªtica. Y este s¨¢bado, el Gran Premio del Jurado de la Mostra vuelve a fallar a su favor. De paso, se llev¨® tambi¨¦n el galard¨®n Luigi de Laurentiis a la mejor ¨®pera prima de ficci¨®n. En un certamen donde la calidad media es alta, pero el coraje de intentar algo muy distinto escasea, triunfa uno de los filmes m¨¢s dispuestos a arriesgar. Diop se la ha jugado. Y ha vencido. ¡°El coraz¨®n de una mujer de color puede alcanzar lo universal. Y ese es tambi¨¦n un mensaje pol¨ªtico¡±, dijo desde el escenario.
A Luca Guadagnino, ya en la alfombra roja previa a la gala, le brillaban los ojos. Quiz¨¢s ni ¨¦l se esperara un doble reconocimiento: Le¨®n de Plata a la mejor direcci¨®n para Bones and All y premio Marcello Mastroianni al mejor int¨¦rprete revelaci¨®n para Taylor Russell, la protagonista de la obra. El italiano, pues, devor¨® el palmar¨¦s con su relato del viaje de una joven can¨ªbal por los EE UU profundos y en busca de s¨ª misma. Y eso que las cr¨ªticas ¡ªsalvo las de su pa¨ªs¡ª hab¨ªan dejado alg¨²n mordisco doloroso, que parec¨ªa lastrar las opciones del filme.
El cineasta adapta la novela hom¨®nima de Camille DeAngelis, y sigue a una chica que se queda sola con su aterradora pulsi¨®n hacia la carne humana y con todos los fantasmas que la asaltan. A la caza de respuestas por la carretera, se cruza con otros ¡°comedores¡± como ella. Es cierto que la pel¨ªcula est¨¢ bien filmada: el problema es que desaprovecha tan intrigante premisa, y se convierte en un relato algo can¨®nico. Aunque para Guadagnino Bones and All habla del amor y de la identidad. Est¨¢ claro que el jurado estuvo de acuerdo con ¨¦l y su c¨¢mara. ¡°Gracias por creer que hay un sitio en el mundo para los monstruos¡±, dijo Guadagnino al jurado. Y dedic¨® el galard¨®n a Jafar Panahi, Mohammad Rasoulof y Mostafa Aleahmad, los tres creadores iran¨ªes recientemente encarcelados en su pa¨ªs. ¡°Viva la subversi¨®n y viva el cine¡±, agreg¨® el creador.
El primero de los tres tambi¨¦n recibi¨® un premio en la gala, justo poco antes. Porque el Gobierno de Ir¨¢n cree que Panahi se dedica a la propaganda contra el r¨¦gimen, y por eso le ha condenado a seis a?os de c¨¢rcel. El festival de Venecia, en cambio, considera que hace un cine extraordinario, tanto que le ha entregado el premio especial del jurado, por su ¨²ltimo filme, No Bears. El creador, encerrado en el centro de detenci¨®n de Evin, no pudo recoger el galard¨®n. Adem¨¢s de la libertad, pues, le han privado de tan glorioso momento. Recogieron el premio dos de sus int¨¦rpretes. Pero la represi¨®n de los ayatol¨¢s no pudo impedir que el filme llegara a la Mostra, enamorara a la cr¨ªtica y, finalmente, tambi¨¦n al jurado. En el largo, adem¨¢s, Panahi se interpreta a s¨ª mismo y reflexiona sobre el estricto control del Estado. Es decir, una victoria doble para el director. Y Poitras tambi¨¦n le dedic¨® al iran¨ª su Le¨®n de Oro.
El rostro de Cate Blanchett es inconfundible. Pero cuando empieza T¨¢r la int¨¦rprete es capaz de desaparecer detr¨¢s de su personaje. El p¨²blico solo ve a Lydia T¨¢r, una magistral directora de orquesta: descubre su talento, su firme convicci¨®n y, poco a poco, sus sombras. Inevitable que Blanchett recibiera la Copa Volpi a la mejor actriz. No debe haber ni una toma de la pel¨ªcula de Todd Field, presente en la entrega, sin ella. Y en todas acapara miradas y asombro. Hace a?os la australiana so?aba con recibir, alg¨²n d¨ªa, un papel en alem¨¢n y en Berl¨ªn. Al fin lleg¨® Field con ello, y mucho m¨¢s: dice el director que escribi¨® el guion solo para ella. Si Blanchett hubiera dicho que no, sostiene que ni habr¨ªa filmado. Pero la actriz acept¨®, aprendi¨® el idioma e incluso a liderar una orquesta, se pas¨® noches insomnes trabajando su interpretaci¨®n.
Menos mal, dir¨ªan los cin¨¦filos: porque la pel¨ªcula ofrece un solid¨ªsimo retrato de la tensi¨®n creativa, donde se mezclan redes sociales, abuso de poder y cultura de la cancelaci¨®n. Una interpretaci¨®n tan sensacional que hasta sabote¨® al filme, de alguna manera. El premio a Blanchett se antoj¨® obligatorio, lo que imped¨ªa que T¨¢r aspirara al Le¨®n de Oro, por el reglamento interno de la Mostra. Entre tantos m¨¦ritos, uno m¨¢s: la competencia. Tanto Ana de Armas, por su retrato de Marilyn Monroe en Blonde, de Andrew Dominik, como Trace Lysette, la solitaria transexual de M¨®nica, de Andrea Pallaoro, habr¨ªan podido merecer el premio. Su ¨²nico problema fue toparse con Blanchett. ¡°Quiero dar las gracias a quien hace arte y deja a un lado su ego para crear algo magn¨ªfico. Todd [Field], eres uno de los pocos capaces de hacerlo¡±, afirm¨® la actriz.
El triunfo de Colin Farrell con la Copa Volpi al mejor actor demostr¨® dos cosas: que el int¨¦rprete hace un trabajo estupendo en Almas en pena de Inisherin, de Martin McDonagh. Y que no para de encadenar proyectos importantes, tanto que no estuvo en la gala y se conect¨® desde Los ?ngeles. El cineasta recogi¨® el premio en su lugar. Farrell se impone al favorito Brendan Fraser, que lideraba las quinielas, pero hay argumentos poderosos para entender al jurado: el int¨¦rprete encarna a un hombre que, de golpe, pierde a su mejor amigo. ¡°Ya no me gustas¡±, le suelta el otro, simplemente. Y Farrell compone una clase magistral de silencios, dolor, incredulidad, ternura y hasta humor. Tanto ¨¦l como Brendan Gleeson, en la piel de su nuevo mejor enemigo, son uno de los pilares que sustentan la pel¨ªcula. Aunque el filme tiene mucho m¨¢s que ofrecer. Como demostraci¨®n, el otro galard¨®n que obtuvo, para McDonagh, al mejor guion.
El premio para el cineasta fue el mismo que hace cinco a?os, por Tres anuncios en las afueras. Pero el dramaturgo y director puede sonre¨ªr por m¨¢s razones: en 2017, la victoria en Venecia fue el arranque de un recorrido que llev¨® su pel¨ªcula hasta los Oscar. Nada impide que la historia se repita. Y, adem¨¢s, toda la cr¨ªtica se rindi¨® ante su nueva pel¨ªcula, incluso m¨¢s que hace un lustro. Porque McDonagh mantiene sus virtudes: pulso narrativo, personajes fascinantes, cuestiones profundas de fondo. Y mejora sus tradicionales defectos: se reduce aqu¨ª la tendencia de sus guiones a intentar encadenar una frase brillante tras otra. En Almas en pena de Inisherin hay m¨¢s pausa, emoci¨®n, para hablar de masculinidad t¨®xica y cabezona o la estupidez de los conflictos.
Argentina, 1985, de Santiago Mitre, tuvo que conformarse con el galard¨®n que otorga la Federaci¨®n Internacional de Cr¨ªticos Cinematogr¨¢ficos (FIPRESCI). Aunque quiz¨¢s la principal victoria ya sea haber logrado que por primera vez el gran cine argentino relate el llamado Juicio de las Juntas, el proceso a los nueve l¨ªderes de la dictadura que aterr¨® al pa¨ªs entre 1976 y 1983. Mitre, adem¨¢s, se lleva para casa el recuerdo de los tres aplausos que el filme recibi¨® en la proyecci¨®n para la prensa: tras la arenga final del fiscal Julio Strassera, con el c¨¦lebre ¡°nunca m¨¢s¡±; despu¨¦s de la condena; y, c¨®mo no, ante los t¨ªtulos de cr¨¦dito.
El cineasta chileno Fernando Guzzoni se llev¨® el reconocimiento al mejor guion de la secci¨®n Horizontes por Blanquita. Y el brasile?o Pedro Harres recibi¨® el Gran Premio del Jurado en la categor¨ªa de realidad virtual por From the Main Square. Fue aplaudido cuando subi¨® al escenario a recoger el galard¨®n, como todos los ganadores. Pero logr¨® una ovaci¨®n a¨²n mayor con la frase final de su discurso: ¡°Somos todos antifascistas¡±. Quiz¨¢s fue lo ¨²nico de la noche que puso de acuerdo a la Mostra entera.