Mireia Sallar¨¨s: ¡°Cuanto m¨¢s ama una mujer, m¨¢s colabora a su empobrecimiento¡±
En su segunda entrega de la ¡°trilog¨ªa sobre los conceptos basura¡±, la artista visual investig¨® el poder del amor en Serbia. Tras ganar el Ciutat de Barcelona, ahora exhibe su obra en Sarajevo
Existe una expresi¨®n de los Balcanes, popular en su cancionero tradicional, a la que se recurre para decir te quiero: ¡°Kao Malo Vode Na Dlanu¡±. Traducida, vendr¨ªa a ser como ¡°te sostengo como un poco de agua en la palma de la mano¡±. Toda una met¨¢fora sobre ese ejercicio de equilibrismo que supone el acto de amar. ¡°Es un dicho fant¨¢stico. Si alguna vez lo has intentado, es muy dif¨ªcil. Con muy poca no haces mucho y si eres ambicioso, se derrama. Si cierras la mano demasiado o te pasas abri¨¦ndola, se escapa. Lo importante es que siempre te mojas¡±, cuenta con entusiasmo Mireia Sallar¨¨s, una ma?ana bochornosa en un chiringuito de playa en Montgat, municipio en el que reside a unos 15 minutos de Barcelona.
A sus 49 a?os, y tras exposiciones como la que investigaba los tab¨²s del placer femenino ¡ªLas muertes chiquitas (2006-2009), en la que acu?¨® el imbatible ¡°los orgasmos, como la tierra, son de quien los trabaja¡±¡ª o Se escap¨® desnuda. Un proyecto sobre la verdad (2011-2012), esta artista visual barcelonesa exhibe, del 17 al 22 de septiembre en el Pravo Ljudski Film festival de Sarajevo, Kao Malo Vode Na Dlanu, un proyecto de amor en Serbia. Esta segunda investigaci¨®n en la ¡°trilog¨ªa de los conceptos basura¡±, centrada en el poder subversivo del amor desde esa zona de conflicto, pas¨® por la Fabra i Coats de Barcelona en 2019, gan¨® el Ciutat de Barcelona en 2020 y ha sido adaptada en formato ensayo en catal¨¢n y castellano en Como un poco de agua en la palma de la mano en la editorial Arcadia.
Pregunta. ?Qu¨¦ son los conceptos basura?
Respuesta. La verdad, el amor y el trabajo. Son conceptos que se retroalimentan y que a la vez son los m¨¢s defenestrados en los momentos que vivimos. Los necesitamos, creemos que son refugios, pero los hemos destrozado con m¨²ltiples trampas.
P. ?Qu¨¦ propone para recomponerlos?
R. Redefinirlos y descolonizarlos. Yo empec¨¦ este proyecto en Venezuela hace once a?os, cuando una mujer en Caracas me dijo que ¡°la verdad necesita ser amada¡±. As¨ª que en Am¨¦rica estudi¨¦ la verdad ¡ªporque es algo a lo que todo el mundo parece haber renunciado, aunque solo porque no puedas detectar, poseerla y mantenerla no quiere decir que no exista¡ª. El amor decid¨ª estudiarlo en Serbia. Con el trabajo todav¨ªa no me he puesto.
P. ?Por qu¨¦ en esas dos localizaciones tan dispares?
R. Porque me gustan las provocaciones y necesito salir de mi territorio para poder encontrarme. Yo era una chavala cuando pas¨® la Guerra de los Balcanes. En Barcelona celebr¨¢bamos los Juegos Ol¨ªmpicos mientras todo aquello suced¨ªa a hora y media en avi¨®n desde nuestras casas. Simult¨¢neamente, se iniciaba el mayor proyecto de gentrificaci¨®n y privatizaci¨®n del espacio p¨²blico sobre nuestra ciudad. Construimos muchos prejuicios con aquel conflicto.
P. ?En qu¨¦ sentido?
R. Se convirti¨® en una met¨¢fora, un fantasma que podr¨ªa invadir al resto de Europa: la balcanizaci¨®n de los estados. En catal¨¢n, amor y muerte (mort) suenan fon¨¦ticamente parecidas. Cada vez que me preguntaban en mi idioma con qu¨¦ estaba trabajando, respond¨ªa que con un proyecto sobre el amor en Serbia. Todo el mundo, siempre, entend¨ªa que estaba trabajando sobre la muerte.
A quienes apelan a que hagan las cosas por amor, a quienes se lo recuerdan m¨¢s, son aquellas personas que menos garantizados tienen sus derechos
P. Cu¨¢ndo habla de los conceptos basura, dice que ¡°amar es de pringados¡±.
R. Tal vez la respuesta m¨¢s breve es porque los hombres gobiernan y las mujeres amamos. El amor es de pobres y marginados. A las mujeres nos lo han conducido a trav¨¦s del trabajo reproductivo y los cuidados. Y se hace sin cobrar porque es en nombre del amor.
P. ?Esa es la trampa?
R. A quienes apelan a que hagan las cosas por amor, a quienes se lo recuerdan m¨¢s, son a las personas que menos garantizados tienen sus derechos y no est¨¢n en igualdad de condiciones con el resto.
P. ?Qu¨¦ propone para remediarlo?
R. Problematizar a quienes te animan a hacer las cosas por amor. Vivimos un amor malentendido que no nos permite ser felices. Una frase de la antrop¨®loga Mari Luz Esteban me dej¨® muda y lo explica a la perfecci¨®n: ¡°Cuanto m¨¢s cuida una mujer, m¨¢s est¨¢ colaborando a su falta de reconocimiento social y su empobrecimiento econ¨®mico¡±. A m¨ª me gusta cambiar ah¨ª el cuidar por el amar.
P. Hay quien sostiene que las feministas son infelices porque de tanto deconstruir al amor, se quedar¨¢n solas y amargadas.
R. Eso es una tonter¨ªa. La soledad no existe. Somos relaciones. Cuando est¨¢s sola, no lo est¨¢s. ?Ya te gustar¨ªa estarlo! Ah¨ª est¨¢s con alguien muy importante, y muy cabrona, que se llama t¨² misma. Y mantener una relaci¨®n contigo misma, m¨¢s o menos saludable, es fundamental.
P. Dice que amar a nuestros semejantes es peligroso.
R. Es mucho m¨¢s f¨¢cil amar a quien se parece a ti, a quien habla tu idioma, a quien tenga tus mismas ideas, cultura y educaci¨®n. Es mucho m¨¢s c¨®modo, da menos trabajo. Cuidado con esto.
P. ?Por qu¨¦?
R. Es algo que escuch¨¦ al fil¨®sofo Michael Hardt: esta soluci¨®n de arrimarte al amor del que se te parece, el f¨¢cil, el que te empuja a hacerlo, debe encendernos una alarma. Entre el amor identitario y el fascismo, hay un paso. Todos llevamos un fascista dentro, si no te das cuenta, solo vas a querer que te den la raz¨®n y te quieran siempre los mismos.
P. ?Lo contrario al amor es la indiferencia?
R. S¨ª, esto me lo ense?aron unos veintea?eros, hijos de soldados que lucharon en el bando serbio, que conoc¨ª en Banja Luca, donde Ratko Mladic tuvo su campamento base. Esos chavales hab¨ªan crecido con muchos silencios en su familia. Me dec¨ªan: ¡°Mi padre no me cont¨® por amor y yo no le pregunt¨¦ por lo mismo¡±. Los que dicen que lo contrario al amor es el odio se equivocaron. En realidad, el odio es un amor al que le fue mal. Es quien amaste un d¨ªa y sientes que te ha traicionado.
La soledad no existe. Cuando est¨¢s sola, no lo est¨¢s. ?Ya te gustar¨ªa estarlo! Ah¨ª est¨¢s con alguien muy importante, y muy cabrona, que se llama t¨² misma. Y mantener una relaci¨®n contigo misma saludable es fundamental¡±
P. ?Es peor la indiferencia?
R. Sin duda, es donde vivimos todos instalados ahora, la actitud general de supervivencia y la peor que pod¨ªamos tener.
P. ?El amor es un derecho?
R. No. Y hay que aceptarlo. El amor no puede ser regulado, incorporarse en la Declaraci¨®n de los Derechos Humanos. Una cosa es que se regule la violencia, como la violencia de g¨¦nero, que quiere enmascararse bajo un amor malentendido. Pero el amor no es una deuda. A ti te pueden amar, pero t¨² no est¨¢s obligado a devolver ese amor. T¨² no puedes ir a denunciar y decir ¡°?Es que no me aman!¡±.
P. ?Por qu¨¦ dice que ¡°el amor de muchas madres es como el Fondo Monetario Internacional: nunca puedes devolverle el cr¨¦dito porque siempre est¨¢s pagando los intereses¡±?
R. Es algo que me dijo Lore Aresti de la Rosi en M¨¦xico. Las madres son el iceberg del amor incondicional. Es esa mujer de nuestra sociedad que ha renunciado a todo por ti. ?C¨®mo devuelves ese amor? Siempre estar¨¢s pagando intereses frente a esa deuda incalculable.
P. ?Por eso dice que quien mejor ha pensado el amor son los anarquistas?
R. Son los que m¨¢s ca?a han metido al amor, m¨¢s lo critican y m¨¢s lo quieren recuperar. Quieren un amor liberado, que no libre, porque si se ha liberado se acepta que ese amor ha pasado por trincheras, se ha ca¨ªdo y se ha tenido que levantar.
P. Pero no aportan soluciones al mal de amores.
R. Y eso es genial, porque asumen que es imposible ponerse de acuerdo para dejar de sufrir. Nadie puede dejar de quererse exactamente a la vez. Eso no va a pasar. Errico Malatesta, en Mal d¡¯amore, asume que ese dolor, a¨²n respetando la libertad del otro, no tiene soluci¨®n. Las propuestas anarquistas lo que piensan es c¨®mo minimizar el desastre del amor rom¨¢ntico: legalizar el divorcio, adoptar el poliamor o incorporar las amistades a las redes de apoyo social.
El amor no es una deuda. A ti te pueden amar, pero t¨² no est¨¢s obligado a devolver ese amor. T¨² no puedes ir a denunciar y decir ¡°?Es que no me aman!¡±
P. ?Usted ha sido capaz de amar de esa manera liberada que defiende?
R. Desde siempre me asolaba una duda. Me preguntaba qu¨¦ me dar¨ªa m¨¢s miedo: tener que decir que no he sabido amar o que no me han sabido amar. Antes de hacer este proyecto respond¨ªa una cosa y ahora pienso otra.
P. ?Y qu¨¦ piensa ahora?
R. Como he entendido que hay un concepto de propiedad en el amor que no me gusta nada, que no me siento c¨®moda con esa idea del ¡°nadie te va a amar c¨®mo yo te he amado¡±, antes pensaba que no hab¨ªa nada m¨¢s triste que no haber sabido amar.
P. Entonces, ?no hay nada m¨¢s triste que no nos hayan sabido amar?
R. Te contestar¨¦ como una transexual maravillosa que conoc¨ª en M¨¦xico. Ella me dijo que estaba intentando educarse como una hereje. Hereje, etimol¨®gicamente, es el que elige. Supongo que yo tambi¨¦n me estoy intentando educar como una hereje. No lo he conseguido todav¨ªa, pero algo de camino llevo recorrido.
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