Serrano triunfa ante el Talavante m¨¢s sombr¨ªo

Mientras Sergio Serrano se marchaba feliz a hombros de sus paisanos por la puerta grande, en el sentido contrario, una sombra vestida de catafalco y oro abandonaba la plaza, cabizbajo y entre pitos. Esa sombra era Alejandro Talavante. En su regreso a Albacete, el extreme?o volvi¨® a evidenciar que a¨²n no ha vuelto de su retirada. Talavante no est¨¢, pero s¨ª se le espera.

Su actuaci¨®n fue m¨¢s propia de un torero en retirada, que de otro que ha vuelto tras varios a?os fuera de los ruedos. Tan f¨¢cil como ap¨¢tico, dej¨® escapar a un nobil¨ªsimo segundo toro que mereci¨® mucho m¨¢s.

El de Jandilla, al que ¨²nicamente le dieron un picotazo en el caballo, lleg¨® al ¨²ltimo tercio con la movilidad justa para seguir la muleta siempre fijo y obediente. Pero Talavante estaba en otra cosa. Salvo un bell¨ªsimo natural abrochado a la cadera, anduvo muy despegado en una faena que nunca rompi¨®.

Lejos de redimirse, frente al quinto estuvo a¨²n peor. Visiblemente inc¨®modo, no se puso ni una vez en el sitio ante un mansito y noble astado, que se movi¨® con la cara suelta. Por si fuera poco, despu¨¦s, se puso a pinchar en los blandos¡­

As¨ª pues, con la figura de turno fuera de juego, la tarde fue de Sergio Serrano. Arropado en todo momento por el p¨²blico, el albacete?o firm¨® una actuaci¨®n de entrega total. Con una larga de rodillas recibi¨® a su primero; y tambi¨¦n de rodillas, esta vez frente a la puerta de chiqueros, al sexto. Adem¨¢s, anduvo variado con el capote y puso todo lo que le falt¨® a su lote.

Un toro sumiso fue el que hizo tercero; as¨ª que, Serrano, acostumbrado a batallar con las ganader¨ªas m¨¢s duras y exigentes, pudo relajarse y acab¨® peg¨¢ndose un arrim¨®n ante el bendito. Antes, dej¨® muletazos largos y templados por ambas manos, aunque casi siempre logrados al hilo del pit¨®n.

El ¨²ltimo, que acab¨® cantando la gallina, se afligi¨® pronto y empez¨® a defenderse. Lejos de arrugarse, Serrano se mantuvo firme en un trasteo m¨¢s pasional que lucido. La estocada, desprendida, pero no tan baja como la que cobr¨® en su primer turno, fue mortal y le abri¨® de par en par la puerta grande.

De telonero actu¨® Diego Ventura, el rejoneador elegido para encabezar este engendro de la corrida mixta. Y sin estar mal, tampoco fue su mejor tarde.

Poco dijo con el noble primero, justo de casta y transmisi¨®n, pero que tuvo cierta movilidad; y a mejor nivel se mostr¨® con el muy parado cuarto, frente al que tuvo que tirar de recursos. Lo mejor fueron las banderillas que clav¨® en dos arriesgados quiebros en los que se dej¨® llegar al toro al mismo estribo.

Por cierto, el reglamento taurino permite que los toros lidiados en los espect¨¢culos de rejoneo sean despuntados para proteger a los caballos. Pero una cosa es que los despunten y otra que les quiten medio pit¨®n. Hab¨ªa que ver esas astas mutiladas hasta la cepa de los dos ejemplares de Los Espartales. Qu¨¦ verg¨¹enza.