Daniel Ruiz, exitoso criador de toros sumisos
El Juli, Roca Rey y el toricantano Jos¨¦ Fernando Molina se reparten cuatro orejas de una nobil¨ªsima y blanda corrida
Que Daniel Ruiz Yag¨¹e es un ganadero exitoso nadie deber¨ªa ponerlo en cuesti¨®n. El albacete?o hace tiempo que logr¨® el objetivo que siempre persigui¨®: criar un toro para el uso y disfrute de las llamadas figuras del toreo. Otra cosa es que ese animal no tenga nada que ver con el toro bravo y encastado.
Porque Daniel Ruiz no es un ganadero de bravo; es un criador de toros sumisos. Para ¨¦l -bueno, para ¨¦l y para gran parte de los que forman el mundo del toro, ¡°aficionados¡± incluidos-, el toro tiene una ¨²nica funci¨®n: servir de colaborador perfecto para que el torero de turno corte las orejas. Y eso pasa, claro, por limitar al m¨¢ximo la dosis de casta brava.
Los toros de Daniel Ruiz y de la inmensa mayor¨ªa de ganader¨ªas comerciales son tan nobles que rozan (y, a veces, alcanzan) la sumisi¨®n. El torero puede hacer con ellos lo que quiera. Ellos, siempre fijos y obedientes, acudir¨¢n a su cita, seguir¨¢n la muleta como perritos falderos y no har¨¢n el m¨¢s m¨ªnimo extra?o.
Todo, por supuesto, tras pasar de puntillas por el tercio de varas. En estas corridas, los picadores solo cumplen una funci¨®n decorativa. Ellos salen, se colocan en el sitio correspondiente, hacen como que pican, el p¨²blico les recrimina si osan hacer su trabajo y vuelven al patio de caballos tan campantes. ?Vaya chollo de curro!
Una corrida de esta clase es la que se ha lidiado este jueves en la plaza de toros de Albacete. Todo estaba dispuesto para que la tarde fuera apote¨®sica. Los tendidos a rebosar de un p¨²blico triunfalista; dos m¨¢ximas figuras, El Juli y Roca Rey, en el cartel; y, por si fuera poco, la alternativa de un torero local, Jos¨¦ Fernando Molina. Ah, claro, y seis escogidos toritos de Daniel preparados en chiqueros.
Pero, por unas cosas o por otras, el guion no termin¨® de cumplirse. El guion establec¨ªa, por si hubiera alguna duda, que todos los protagonistas deb¨ªan marcharse a hombros entre el delirio general. Lamentablemente para director y guionistas solo Roca Rey se fue en volandas. Y porque le regalaron las dos orejas tras un bajonazo en su primero, que si no¡
Ese tercero de la tarde, impresentable por su apariencia de novillo, sali¨® como todos: cay¨¦ndose. Incluso hubo algunos espectadores heroicos que protestaron esa falta de fuerza y trap¨ªo. Pero el animalito, que en sus entra?as albergaba algunos gramos de casta, se recuper¨® tras un primer tercio simulado y en el ¨²ltimo se comport¨® como el perfecto toro posmoderno.
Roca Rey, sobrado de valor y oficio, lo tore¨® a placer en tandas de muletazos muy largos, pero rematados, casi todos, en l¨ªnea. Asentado, sin mover un ¨¢pice las zapatillas, se pas¨® al astado por aqu¨ª y por all¨¢ y le falt¨® subirse encima e irse de paseo a la feria. Despu¨¦s, como no pod¨ªa ser menos, enloqueci¨® a los tendidos con el arrim¨®n de turno y un manojo de luquesinas y bernadinas.
El entregado p¨²blico estaba deseoso de concederle tambi¨¦n las dos orejas del quinto, que se movi¨® con calidad y soser¨ªa, pero el peruano se conform¨® con una ovaci¨®n tras una faena en la que cit¨® siempre fuera cacho en sucesivas tandas de mec¨¢nicos muletazos.
Tampoco anduvo a la altura del sexto Jos¨¦ Fernando Molina, que se convirti¨® en matador de toros con el inv¨¢lido y descastado primero, al que cort¨® una orejita tras un simulacro de faena. Tres veces lo intent¨® por el pit¨®n derecho y una vez m¨¢s por el izquierdo, resultando imposible la ligaz¨®n. Al segundo pase, el toro se derrumbaba. ?Qu¨¦ hizo entonces Molina? Recurrir a los circulares invertidos y al p¨¦ndulo entre los pitones.
El ¨²ltimo tuvo algo m¨¢s de vida, pero el albacete?o no logr¨® cuajarlo. En su desigual labor hubo de todo, desde alg¨²n redondo y natural compuesto y templado, hasta numerosos enganchones que lo deslucieron todo. Encima, se dej¨® el premio en el fallo con el descabello.
El Juli, el mayor y m¨¢s brillante especialista con los sumisos toros de Daniel, no tuvo opci¨®n con el blando y descastad¨ªsimo segundo bis, pero se sac¨® la espinita ante el cuarto, muy soso tambi¨¦n, pero al que extrajo el poqu¨ªsimo fondo que pose¨ªa a base de quietud y firmeza. Muy despegado en las primeras series, meti¨® pico a destajo, para acabar dej¨¢ndose llegar los pitones a la taleguilla en celebrados circulares y dem¨¢s repertorio populista.
En fin, que sin ser nada del otro mundo, la corrida no fue del todo aprovechada. La llegan a coger tres toreros de otra ¨¦poca y le cortan hasta las patas¡ Mala suerte, Daniel.
Ruiz / Juli, Roca Rey, Molina
Toros de Daniel Ruiz (el 2º como sobrero), justos de presentación (el 2º titular y el 3º, impresentables), sospechosos de pitones, mansos, nobles, blandos y muy justos de casta. 3º, 5º y 6º tuvieron movilidad.
El Juli: estocada trasera y atravesada (palmas); pinchazo y estocada trasera y atravesada (oreja).
Roca Rey: bajonazo (dos orejas); pinchazo hondo y un descabello (saludos).
José Fernando Molina, que tomó la alternativa: estocada muy baja y atravesada (oreja); estocada corta trasera, desprendida y atravesada -aviso- y siete descabellos (saludos).
Plaza de toros de Albacete. 15 de septiembre. Octava de abono de la Feria de la Virgen de los Llanos. Lleno de “no hay billetes”.
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