El aburrimiento, la personalidad¡
V¨ªctor Hern¨¢ndez y ?lvaro Alarc¨®n no consiguieron destacar ante una sosa, noble y desigual novillada de Fuente Ymbro
El aburrimiento. He ah¨ª el problema; o la ausencia de personalidad de los toreros. Lo que no tiene explicaci¨®n es que dos chavales con aspiraciones de ser figura, con la hierba de los veinte a?os reci¨¦n cumplidos en la boca, capacidad, valor y oficio, y en una novillada de lujo en la plaza de Las Ventas aburran a trece mil personas durante dos horas y cuarto.
Ese y no otro es el grave problema de la tauromaquia actual.
Hern¨¢ndez y Alarc¨®n han conocido este a?o el sabor de la puerta grande de Madrid, y llegaron a la Feria de Oto?o con todos los honores y la esperanza de su confirmaci¨®n como toreros del presente futuro.
Los dos tienen valor suficiente y el oficio aprendido; el primero, adem¨¢s, desprende un corte de fino artista, y demostr¨® que es capaz de dibujar hondos muletazos de los que compiten para el mejor recuerdo de los aficionados; al segundo le adorna una casta indomable y no le faltan argumentos de enjundiosa torer¨ªa. Pero ninguno de los dos fue capaz de captar la atenci¨®n de los tendidos, ninguno dio el paso necesario para superar las condiciones de sus novillos y cantar a los cuatro vientos que estaban all¨ª como antesala de su prometedor futuro. Los dos aburrieron y ese es un pecado inadmisible.
V¨ªctor Hern¨¢ndez demostr¨® en su primero que a¨²n desconoce el valor del tiempo, y esa es una asignatura que hay que aprobar cuanto antes. Le toc¨® en primer lugar un novillo de bandera, noble, humillador, generoso¡ un santo var¨®n. Y el novillero dijo que sabe torear, y se gust¨® sobradamente con ambas manos. Hubo naturales muy largos y sentidos; tan largos como su propia labor, que lleg¨® a ser cansina. Tanto es as¨ª que cuando su oponente cay¨® en la arena, el p¨²blico descans¨® y se olvid¨® de lo vivido. Soso fue su segundo y fr¨ªo, muy fr¨ªo, el torero. Mat¨®, eso s¨ª, de una gran estocada, de efecto fulminante, y se le pidi¨® con fuerza una oreja que el presidente no concedi¨®. La consigui¨® en el tercero, otro animal bonancible, al que tore¨® muy bien por naturales y acab¨® con unas manoletinas de rodillas. Pase¨® una oreja, pero qued¨® en el ambiente la sensaci¨®n de que se esperaba mucho m¨¢s.
El valeroso Alarc¨®n fue volteado espectacularmente cuando muleteaba con la mano derecha a su primer novillo, se levant¨® con la cara ensangrentada y una herida en el muslo derecho que la auxiliaron con un torniquete, y aguant¨® hasta el muerte del animal, descastado y soso. Acudi¨® por su propio pie a la enfermer¨ªa y del mismo modo sali¨® para lidiar el quinto y sexto. Lo dicho, valor y decisi¨®n no le faltan.
Al quinto, bravo en el caballo y que demostr¨® codicia y prontitud en la primera tanda, no acab¨® de cogerle el aire y su entregada labor no pas¨® de irregular; y ante el sexto, un inv¨¢lido que fue protestado, no pudo hacer nada.
El problema es el aburrimiento; o la ausencia de personalidad. Hay que tener m¨¢s br¨ªo, m¨¢s sangre en las venas, para no aburrir a miles de criaturas que acuden con el mejor ¨¢nimo para vivir una tarde emocionante.
Fuente Ymbro/Hern¨¢ndez, Alarc¨®n, mano a mano
Novillos de Fuente Ymbro, justos de presentación, desiguales en varas, blandos, nobles, sosos y descastados; destacó el primero por su calidad en el tercio final; bravo en el caballo y soso el corrido en quinto lugar, e inválido el sexto
Víctor Hernández: _aviso_ estocada desprendida y dos descabellos (ovación); gran estocada (petición y ovación); estocada (oreja);
Álvaro Alarcón: media estocada (ovación); estocada _aviso_ (silencio); pinchazo, estocada y un descabello (silencio). Resultó cogido en la faena de muleta de su primero y fue intervenido de una cornada en cara interna muslo derecho de 15 cm. que afecta a tejido subcutáneo y aponeurosis muscular, y de un puntazo en región cervical derecha. Pronóstico leve, que no le impidió continuar la lidia.
Plaza de Las Ventas. Primer festejo de la Feria de Otoño. 1 de octubre. Algo más de media entrada (13.105 espectadores, según la empresa).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.