Un arrebatado Morante culmin¨® en Ubrique su temporada centenaria
A pesar del fallo con la espada, cort¨® las dos orejas al ¨²ltimo toro del a?o al que banderille¨® primorosamente
Un Morante de la Puebla arrebatado y emocionado culmin¨® en la localidad gaditana de Ubrique la corrida n¨²mero 100 de la temporada m¨¢s especial, exitosa y sorprendente de su ya larga carrera como matador de toros.
Eran casi las ocho y media de la tarde cuando sal¨ªa a hombros en compa?¨ªa de su hijo peque?o y sus dos compa?eros de cartel entre el entusiasmo y la algarab¨ªa de unos espectadores cautivados por la singular personalidad de este torero, artista y valiente, irregular, veleidoso y barroco.
Morante lleg¨® a la plaza dispuesto a cerrar el a?o por todo lo alto, pero el err¨¢tico manejo de la espada le impidi¨® pasear todos los trofeos a los que, sin duda, se hizo merecedor ¡ªno se olvide que Ubrique es plaza de tercera categor¨ªa¡ª por sus destellos de inspiraci¨®n ante un par de toros nobles pero no artistas de Carlos N¨²?ez con los que desgran¨® faenas tan imperfectas como cuajadas de detalles sublimes.
Ni ¨¦l mismo pudo imaginar, seguro, que en la tarde de su despedida destacar¨ªa, especialmente, con las banderillas, una suerte que no suele ejercitar a menudo. Ocurri¨® en el quinto toro de la tarde, al que clav¨® dos pares ¡ªsegundo y tercero¡ª primorosos, de poder a poder el primero, y al quiebro junto a las tablas el segundo.
El ¨ªmpetu inicial de su lote le impidi¨® el lucimiento a la ver¨®nica, si bien destac¨® en un par de medias, un quite por chicuelinas en el primero, y otro por tafalleras en el quinto. Y no alcanz¨® el vuelo deseado su primera faena ante un oponente de buen son pero con cierta aspereza.
Brind¨® el otro a su amigo y apoderado Pedro Jorge Marques, y ambos se fundieron en un largo en el que brotaron las l¨¢grimas. Inici¨® su labor sentado en el estribo, y surgieron buenos muletazos por ambas manos en una labor larga, tan inspirada como imperfecta, en el que hubo naturales ce?idos, remates singulares y un derroche de improvisaci¨®n. Toda una labor presidida por el arrebato emocionante de un torero entregado; pero fall¨® en la suerte suprema, lo que no impidi¨® que paseara las dos orejas exigidas por un p¨²blico conmovido y generoso.
Abri¨® la tarde el rejoneador Andr¨¦s Romero, que sustituy¨® al lesionado Alfonso Cadaval. Lidi¨® un par de toros bravos de Ferm¨ªn Boh¨®rquez -al cuarto se le dio la vuelta al ruedo-, y destac¨® sobremanera con ese ¨²ltimo con una labor vibrante en compa?¨ªa de una buena cuadra. Los quiebros con el caballo Coimbra fueron espectaculares.
Cerr¨® el cartel Pablo Aguado, que firm¨® una labor correcta, propia de un torero de grandes cualidades y corto de ambici¨®n. Ni ¨¦l ni Morante pasaron apuros con los toros, pero Aguado se conform¨® con dos faenas cogidas con alfileres, con chispazos bonitos de su contrastada clase, pero sin la entrega que su lote merec¨ªa.
Boh¨®rquez-N¨²?ez/Romero, Morante, Aguado
Dos toros despuntados para rejoneo de Fermín Bohórquez, bravos y codiciosos ambos, en especial el lidiado en cuarto lugar, al que se le dio la vuelta al ruedo, y cuatro de Carlos Núñez, muy cómodos de cabeza, mansurrones, codiciosos y nobles.
Andrés Romero: dos pinchazos y rejonazo (ovación); rejón en lo alto (dos orejas y rabo).
Morante de la Puebla: pinchazo, media estocada desprendida y un descabello (ovación); dos pinchazos y casi entera ladeada _aviso_ (dos orejas).
Pablo Aguado: pinchazo y casi entera baja (oreja); pinchazo hondo, un descabello y el toro se echa (oreja). Los tres salieron a hombros.
Plaza de Ubrique (Cádiz). 29 de octubre Corrida número 100 de Morante de la Puebla. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Jesús Quintero, fallecido en esta localidad. Lleno.
Babelia
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