Calder¨®n de la Barca combate en Kiev
J¨®venes actores ucranios se sumergen en ¡®La vida es sue?o¡¯ desde la capital de su pa¨ªs para representarla en el festival de Almagro en 2023
El teatro obra milagros. Y en tiempos de guerra, m¨¢s. Ignacio Garc¨ªa gesticula mientras interpreta algunos de los versos que la pluma de Calder¨®n de la Barca nos dej¨® en La vida es sue?o. Se concentra en una obra que domina y le sigue emocionando. Seg¨²n recita, se gira dentro del medio c¨ªrculo que forman las sillas de una docena de alumnos a los que intenta motivar y estimular. Todos atienden embelesados pese a que ninguno entiende el castellano. Y menos el del siglo XVII. Garc¨ªa, director de la Fundaci¨®n del Festival Internacional de Teatro Cl¨¢sico de Almagro (Fitca), ha viajado a Kiev, donde hasta hoy lunes imparte un taller de cuatro d¨ªas junto al dramaturgo Jos¨¦ Gabriel Antu?ano. Los ¨²ltimos ataques llevados a cabo este mes por el Ej¨¦rcito ruso sobre la capital de Ucrania, donde siguen sonando las alarmas de manera cotidiana ante posibles bombardeos, no han frenado esta aventura cultural. ¡°?Imagina, los polacos se rebelan en nombre de su libertad frente al ducado de Moscovia!¡±, exclama Garc¨ªa abriendo bien los ojos y haciendo referencia a la pertinencia coyuntural de la trama.
El objetivo es que este grupo de j¨®venes actores, licenciados en Interpretaci¨®n que cursan un m¨¢ster de Arte Dram¨¢tico, se zambullan, comprendan y hagan suyo el texto de Calder¨®n. Tras los ensayos de la pr¨®xima primavera, lo representar¨¢n en ucranio en 2023 en el corral de comedias de la localidad manchega durante el festival de julio. Olga Nahirniak, de 22 a?os, reconoce que, m¨¢s all¨¢ de William Shakespeare, no hab¨ªan tenido mucho contacto con el teatro en verso, pero se siente atra¨ªda por el Barroco y el doble sentido que hay que descubrir en sus textos. Espera, en todo caso, estar a la altura cuando llegue el momento de salir a escena en Espa?a. Mientras tanto, agradece que, pese al conflicto, haya quien supere el miedo y se atreva a participar en la iniciativa viniendo desde fuera.
¡°Es antiguo y feo¡±, les advierte con una media sonrisa Garc¨ªa sobre los versos que les lee y que su ¡°¨¢ngel de la guarda¡±, la int¨¦rprete Olga Tarnovska, traduce sobre la marcha a la lengua local. Es la manera del director de empujarles a que piensen en su propia adaptaci¨®n, porque, insiste, deben ser ellos mismos los que resignifiquen y reinterpreten La vida es sue?o para que esta misi¨®n del festival de Almagro no acabe convertida en mero ¡°colonialismo cultural¡±. Eso s¨ª, recomienda a los alumnos que afronten el reto de huir de una excesiva prosificaci¨®n del texto que pueda acabar diluyendo en exceso la belleza original.
La libertad, la justicia y la dignidad, presentes en la obra, ¡°tienen un valor enorme en Ucrania¡± hoy, a?ade Ignacio Garc¨ªa. Y lo desgrana: ¡°La dignidad de un pueblo que no acepta una imposici¨®n injusta, la justicia como un planteamiento irrenunciable y la libertad para ser el pa¨ªs que ellos quieren ser y no lo que se les impongan desde fuera¡±. Antu?ano recalca que ¡°el teatro est¨¢ vivo, tiene que contar el momento presente y, si no lo hace, aunque sea un texto de hace cuatro siglos, no es teatro sino un museo arqueol¨®gico¡±. Los dos, convencidos de la universalidad de la herencia del Siglo de Oro, han acometido ya anteriormente iniciativas similares en Costa de Marfil, India, Polonia o Hungr¨ªa.
Ense?anzas en los versos
Algunos de los actores no han tardado en exprimir ense?anzas de los versos de Calder¨®n. ¡°Ahora que conozco esta obra, mi sufrimiento es muy parecido al de Segismundo, el protagonista¡±, reconoce Leonid Sherevera, de 24 a?os, el primero que atiende a la llamada de Ignacio Garc¨ªa y se lanza a los medios del aula a recitar y representar fragmentos de La vida es sue?o delante de sus compa?eros. La sesi¨®n del s¨¢bado tiene lugar en una estancia con dos pianos, un equipo de m¨²sica, una pared de espejos y barra para practicar ballet. En ella se encuentra tambi¨¦n el profesor y actor Oleh Zamyatin, de 50 a?os, que ejerce de tutor del grupo. ¡°La literatura del Siglo de Oro espa?ol es un material muy potente y estos actores pueden ver otros enfoques, otros matices que aqu¨ª no les ense?amos¡±, considera Zamyatin. De la clase contigua llegan notas de m¨²sica cl¨¢sica que se funden con la lectura de los versos de Calder¨®n.
Durante su estancia en Kiev, Ignacio Garc¨ªa tiene muy presente el s¨ªmbolo del teatro de Mari¨²pol, ciudad del sur de Ucrania, donde se refugiaban de la guerra cientos de vecinos cuando fue bombardeado por los rusos en marzo, al mes siguiente de que comenzara la invasi¨®n. El Gobierno de Ucrania calcul¨® en un primer momento que murieron unas 300 personas. Una investigaci¨®n posterior de la agencia Associated Press elev¨® esa cifra a casi 600. ¡°Aqu¨ª queremos trabajar eso, el teatro como refugio. Los espacios de cultura como espacios de protecci¨®n espiritual y an¨ªmica, el lugar en el que cuidarnos de la barbarie. Y los b¨¢rbaros siempre quieren aniquilar esos espacios de libertad¡±, comenta el director de la Fundaci¨®n en uno de los pasillos de la Universidad Karpenko-Kary, especializada en artes esc¨¦nicas, que acoge el taller en colaboraci¨®n con la Embajada de Espa?a en Ucrania.
¡°La industria cultural se ha detenido y los j¨®venes tienen un futuro laboral incierto. (¡) siento que todo esto tambi¨¦n me va a impactar a m¨ª personal y econ¨®micamente¡±, teme Leonid Sherevera. Olga Nahirniak tambi¨¦n es consciente del mazazo cultural, pero entiende que en estos momentos haya prioridades como la financiaci¨®n del Ej¨¦rcito. ¡°Entendemos nuestro trabajo como una forma de lucha, porque no todos podemos coger un fusil y el arma de un artista es su palabra y su cuerpo¡±, concluye la joven.
Zamyatin, el profesor, trata de cuadrar estos d¨ªas su agenda para asistir al taller sin faltar a los ensayos y representaciones en las que sigue trabajando en el teatro. Kiev y otras ciudades de Ucrania van recuperando su vida cultural. Pero lo hacen a trompicones porque para los misiles de largo alcance y los drones kamikazes rusos todo este pa¨ªs de algo m¨¢s de 600.000 kil¨®metros cuadrados es la l¨ªnea del frente. ¡°Rezamos para que la obra no sea interrumpida¡±, reconoce el actor, pero eso no siempre es posible. Algunas tardes, las alarmas por un posible ataque a¨¦reo imponen su ley. La funci¨®n ha de ser entonces interrumpida de inmediato, dando paso al drama de la vida real. El patio de butacas se vac¨ªa y el p¨²blico se refugia en el t¨²nel del metro m¨¢s pr¨®ximo, m¨¢s seguro que el teatro de Mari¨²pol.
Babelia
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