Los artistas del hambre: el ayuno extremo como precursor de la ¡®performance¡¯
Un ensayo repasa la historia de c¨¦lebres ayunadores en los siglos XIX y XX que sirvieron de nexo entre los antiguos m¨ªsticos y los ¡®performers¡¯ m¨¢s radicales que vendr¨ªan despu¨¦s
Ahora lo que mola es comer. En Instagram abundan las cuentas sobre comida grasienta y los concursos de ingesti¨®n de hamburguesas. En los pa¨ªses ricos alimentarse no es solo una funci¨®n vital sino una forma de ocio, o incluso una performance: se fotograf¨ªan y comparten desayunos, almuerzos, meriendas y cenas. En seg¨²n qu¨¦ lugares, el sobrepeso es una epidemia. Pero hubo un tiempo, entre los siglos XIX y XX, en el que algunas personas practicaron el ayuno como una de las bellas artes. Lo que molaba era no comer.
El artista del hambre Jolly, nombre art¨ªstico de Siegfried Herz, era a...
Ahora lo que mola es comer. En Instagram abundan las cuentas sobre comida grasienta y los concursos de ingesti¨®n de hamburguesas. En los pa¨ªses ricos alimentarse no es solo una funci¨®n vital sino una forma de ocio, o incluso una performance: se fotograf¨ªan y comparten desayunos, almuerzos, meriendas y cenas. En seg¨²n qu¨¦ lugares, el sobrepeso es una epidemia. Pero hubo un tiempo, entre los siglos XIX y XX, en el que algunas personas practicaron el ayuno como una de las bellas artes. Lo que molaba era no comer.
El artista del hambre Jolly, nombre art¨ªstico de Siegfried Herz, era a finales de los a?os 20 una especie de estrella del rock: iba de gira por las grandes capitales y su figura serv¨ªa como reclamo publicitario de productos como la cerveza. En una de sus actuaciones permaneci¨® 44 d¨ªas sin probar bocado en el restaurante Krokodil de Berl¨ªn, por lo que recaud¨® 135.000 marcos de la ¨¦poca (hoy, alrededor de medio mill¨®n de euros) y recibi¨® la visita de 350.000 personas que pagaron entrada por ver al hungerk¨¹nstler (artista del hambre en alem¨¢n) encerrado en una celda de cristal. Personajes como este inspiraron el c¨¦lebre relato corto Un artista del hambre, que Franz Kafka public¨® en 1922.
¡°Me interesa mucho qui¨¦n iba a ver a estos artistas, y por qu¨¦¡±, dice Fernando Gonz¨¢lez Vi?as, historiador, escritor, traductor y autor del reciente libro Los artistas del hambre (o los or¨ªgenes de la performance), publicado por El Paseo, un curioso volumen que une un ensayo sobre la historia de aquellos fam¨¦licos y una novela gr¨¢fica donde el autor imagina la vida y las motivaciones de un artista ficticio. ¡°A partir de ah¨ª¡±, contin¨²a el autor, ¡°mi tesis es que aquellos artistas del hambre fueron los precursores de la performance, incluso antes del Cabaret Voltaire de los dada¨ªstas, que suele fijarse como inicio de la disciplina, y los conecta con formas de misticismo anteriores¡±.
Pasar hambre puede ser, en el peor de los casos, una condena. Pero tambi¨¦n un espect¨¢culo, un arte, una protesta (como en las huelgas de hambre) o una forma de santidad, como lo fue durante buena parte de la historia. Ese desprecio por el cuerpo terrenal que supone no alimentarse fue considerado en tiempos pret¨¦ritos como una forma sacrificial de acercarse a la divinidad. Un ejemplo notable es el de Sim¨®n el Estilita (el asceta cristiano a quien Luis Bu?uel le dedic¨® la pel¨ªcula Sim¨®n del desierto), que pas¨® 37 a?os subido a una columna en el siglo V, como una especie de performance antiqu¨ªsima, con frecuentes periodos de ayuno. Durante la Edad Media cundi¨® la moda piadosa de alimentarse solo de hostias sagradas, como si Dios fuera suficiente para sobrevivir, y durante la ¨¦poca vitoriana aparecieron las fasting girls, las mujeres que ayunaban religiosamente (y que a veces eran acusadas de fraude). Aunque, ?ojo!, tambi¨¦n se ha dicho que fueron la primera versi¨®n de las corrientes que ensalzan la anorexia en los tiempos actuales.
Una de aquelllas mujeres, Mollie Fancher, dio impulso al giro que llevar¨ªa al hambre a convertirse en arte. Fancher (1848-1916), conocida como el Enigma de Brooklyn, acab¨®, despu¨¦s de dos accidentes con caballos y calesas, postrada en la cama de por vida. All¨ª, en el lecho, su dispepsia le oblig¨® a pasar largos periodos de ayuno y de trance (hasta de nueve a?os, seg¨²n alguna cr¨®nica) que captaron la atenci¨®n del p¨²blico, que enviaba cartas por miles. Las cr¨ªticas y la desconfianza arreciaron y lleg¨® la ciencia: ?era posible resistir tanto tiempo sin ingerir alimento? La ciencia, en este caso, era el doctor Henry Tanner. El ¡°doctor hambre¡±.
De la ciencia al arte
Tanner, para demostrar que el largo ayuno era posible, permaneci¨® 40 d¨ªas sin comer en 1880, saliendo a dar una vuelta por el parque por las tardes (bajo vigilancia), y luego, despu¨¦s de miles de visitas, no pocos v¨®mitos y la p¨¦rdida de 15 kilos de peso, rompi¨® su ayuno con un trozo de melocot¨®n y un mel¨®n. En 1893 Tanner se suicid¨®, reivindicando su derecho a disponer de su vida y quej¨¢ndose de¡ haber pasado hambre. Pero m¨¢s all¨¢ de lo cient¨ªfico, la primera persona que concibi¨® el ayuno como arte, y como encierro, fue el italiano Giovanni Succi, que ten¨ªa un gran ego y logr¨® tal celebridad que cuando asisti¨® a la ¨®pera en la Scala de Mil¨¢n fue preciso detener la funci¨®n del revuelo que provoc¨®.
Inspirado por Tanner, en uno de sus ayunos, de 45 d¨ªas, en 1890, acab¨® muy mal, pero acab¨®: ¡°Casi agotado f¨ªsicamente, sus nervios literalmente destrozados y sus m¨²sculos debilitados. Los m¨¦dicos dicen que estaba al borde del colapso¡±, seg¨²n public¨® entonces The New York Times. El fin de fiesta tambi¨¦n fue otra performance ante el p¨²blico, la de ingerir ¡°sopa de arroz, sardinas, pollo, codorniz asada, vino, caf¨¦ y fruta¡±. Luego vendr¨ªan otros artistas de renombre: Papus, Merlatti, Sacco, Nicky, Daisy, Wolly, Ventego, Garni¨¦ o el d¨²o ayunador Harry y Fastello, que, al final de sus actuaciones, posaba para la prensa en compa?¨ªa de se?ores con sobrepeso, para que se notase el contraste.
Solo queda registrada, seg¨²n confirma Gonz¨¢lez Vi?as, una muerte por ayuno, la de un tal Mass. El reto no era solo f¨ªsico, sino tambi¨¦n psicol¨®gico, como escribe el investigador: ¡°Una mente encerrada durante d¨ªas y noches en un espacio reducido, obligada a luchar contra los deseos de su cuerpo, se ve¨ªa adem¨¢s trastornada, en ocasiones torturada, por los visitantes, que preguntaban, irritaban y llegaban a llevar comida con ellos con ¨¢nimo de fastidiar¡±. En uno de sus ayunos, el artista Wolly se levant¨® y rompi¨® su jaula de cristal para salir, abandonando su ¡°pose de caballero elegante¡±: la gota que colm¨® el vaso fue el ataque de risa de un espectador.
De ¡®freaks¡¯ a dandis
Los artistas del hambre ganaron gran notoriedad en su ¨¦poca, primero asociados brevemente a los circos de freaks (como la mujer barbuda, los siameses, el tragasables o el hombre tatuado, que entonces era raro y hoy es moda), pero luego actuando por libre e incluso trabajando cierta imagen de dandi elegante y displicente. Pero su popularidad no se ha mantenido a trav¨¦s de la historia: hoy casi nadie se acuerda de los hungerk¨¹nstler. ?Qu¨¦ llevaba al p¨²blico a querer mirar a un tipo que no hace nada, ni siquiera comer? ¡°Yo creo que a la gente le interesa presenciar la transformaci¨®n, por eso muchos van varias veces a ver al que ayuna. Es una velocidad de cambio que no se suele apreciar en los cuerpos que se alimentan¡±, dice Gonz¨¢lez Vi?as, ¡°tambi¨¦n la atracci¨®n por el que sufre, por ver lo mal que lo est¨¢ pasando otro para sentirte t¨² vivo y tranquilo¡±.
El arte del hambre pasa por varias etapas: una edad de oro, antes de la Primera Guerra Mundial, y un resurgir en forma de edad de plata hasta la Segunda, despu¨¦s de la cual los artistas del hambre desaparecen. En esas etapas de crisis, guerra y posguerra, cuando el hambre se generaliza y se convierte en colectiva, deja de tener inter¨¦s en su faceta individual. En tiempos m¨¢s recientes, algunos artistas como David Blaine o Cen Jianmin han imitado a los artistas del hambre. Ambos se colgaron de gr¨²as en jaulas transparentes. El segundo, en China, alcanz¨® los 49 d¨ªas de ayuno. El primero, en Londres, a?o 2003, aguant¨® 44 d¨ªas y perdi¨® 25 kilos. Gener¨® cierta animadversi¨®n: la gente le ense?aba el culo o le lanzaba hamburguesas, huevos, pelotas de golf o botellas de cerveza. Un dj se dedic¨® a martirizarle con m¨²sica todo volumen durante 24 horas seguidas.
Gonz¨¢lez Vi?as ve en aquellos artistas del hambre a los precursores de buena parte de la performance que vino despu¨¦s, sobre todo de aquella que pone en jaque al cuerpo y busca experiencias extremas. ¡°Eran artistas cuya sola presencia ya bastaba para hacer arte, lo mismo que propone Marina Abramovic en algunos de sus trabajos¡±, se?ala, ¡°una presencia despojada de todo, hasta del alimento¡±. Tambi¨¦n busca conexiones con otros artistas como Joseph Beuys, que en 1974 se encerr¨® en una galer¨ªa durante tres d¨ªas con un coyote; Chris Burden, que en 1971, adem¨¢s de pegarse un tiro en un brazo, pas¨® cinco d¨ªas encerrado en la min¨²scula taquilla de un colegio, o el espa?ol Abel Azcona, que en 2013 pas¨® 42 dos d¨ªas metido en un peque?o habit¨¢culo a oscuras y aliment¨¢ndose solo mediante una pajita (y acab¨® en urgencias). ¡°De lo que ten¨ªan realmente ganas los artistas del hambre, m¨¢s all¨¢ de ayunar o de ganar de dinero, era de trascender¡±, concluye al autor.