El periplo bajo las bombas de medio centenar de cuadros de artistas ucranios hasta llegar al Museo Thyssen de Madrid
La pinacoteca presenta una exposici¨®n con piezas de varias instituciones de Ucrania que consiguieron salir en mitad de la mayor ofensiva rusa sobre ciudades del pa¨ªs
El dispositivo estaba preparado para el martes 15 de noviembre. Todos en Ucrania saben que Rusia suele atacar los lunes. De esa manera, los dos conductores, adem¨¢s del Museo Thyssen de Madrid y el Museo Nacional de Ucrania, se asegurar¨ªan de que 51 obras de artistas contempor¨¢neos locales podr¨ªan salir de Kiev a salvo rumbo a Madrid. El viaje no iba a ser f¨¢cil en ning¨²n caso, pero evitar las bombas lo har¨ªa m¨¢s llevadero. El lunes 14, el ej¨¦rcito ruso no atac¨® como todos hab¨ªan previsto. Fue el martes cuando Rusia lanz¨® su mayor ofensiva desde que se inici¨® la invasi¨®n contra varias ciudades de Ucrania. Dos horas antes de que empezaran a caer las bombas sobre la capital, los dos camiones, escoltados por un convoy militar, consiguieron salir de la ciudad. Unos 400 kil¨®metros despu¨¦s, los conductores vieron pasar los misiles sobre sus cabezas. El domingo 20 llegaron al Thyssen y el pr¨®ximo martes 29 se exhibir¨¢n en la muestra El ojo del hurac¨¢n. Vanguardia en Ucrania, 1900-1930.
¡°Los camiones fueron cargados en secreto para garantizar la seguridad de la mayor y m¨¢s importante exportaci¨®n de patrimonio cultural ucraniano que ha salido del pa¨ªs desde el comienzo de la guerra¡±, explica Francesca Thyssen-Bornemisza, creadora de la iniciativa de Museums for Ukraine el pasado marzo, con la que ha recaudado m¨¢s de un mill¨®n de euros para las instituciones culturales del pa¨ªs e iniciativas de este tipo. Estos cuadros, como todos los del Museo Nacional de Ucrania, estaban embalados y guardados en un b¨²nker desde que comenz¨® la guerra. En junio empezaron los primeros contactos entre el Thyssen y las instituciones ucranias, apunta Marta Ruiz del ?rbol, comisaria t¨¦cnica de la exposici¨®n y conservadora de pintura moderna del museo, que subraya el hecho de que hayan conseguido sacar adelante una exposici¨®n en cinco meses, cuando suelen trabajar con tres a?os de margen en proyectos de este tipo.
El convoy consigui¨® llegar a la frontera con Polonia a trav¨¦s de la ciudad de Lviv. Ya era la madrugada del mi¨¦rcoles. Las obras segu¨ªan a salvo. Pero en ese momento, un misil se estrell¨® en un pueblo polaco a seis kil¨®metros del borde con Ucrania. A 50 kil¨®metros de donde estaban los dos camiones con las obras, detalla Francesca Thyssen-Bornemisza. El mundo contuvo la respiraci¨®n ante una posible escalada de la guerra. La frontera se cerr¨®, las obras, como todo aquel que quisiera salir del pa¨ªs, estuvieron retenidas durante horas. ¡°La eficaz y oportuna intervenci¨®n del embajador de Ucrania en Madrid, Serhii Pohoreltsev, fue tambi¨¦n determinante para sacar la singular colecci¨®n de la zona de guerra¡±, dice la fil¨¢ntropa. ¡°Creo que el embajador no durmi¨® esa noche¡±, acompa?a Konstantin Akinsha, comisario de la exposici¨®n.
Los cuadros entraron el domingo 20 en el Museo Thyssen en Madrid. A su llegada, la ¨²nica vicisitud fue entenderse con los conductores, que solo hablaban ucranio. ¡°Ante la incapacidad de comunicarnos en ingl¨¦s durante la descarga de las obras, encontramos la soluci¨®n con un traductor online, y nos fue de maravilla¡±, cuentan desde el departamento de Registro del Museo. La empresa de transportes que finalmente traslad¨® las piezas tuvo que ser subcontratada por la ¨²nica que se present¨® al concurso p¨²blico convocado por el Thyssen, que en su primer intento qued¨® desierto. Nadie quer¨ªa arriesgarse.
Las pinturas se expondr¨¢n en algunas de las salas de la colecci¨®n permanente donde este jueves Akinsha y Katia Densova, otra de las comisarias de la muestra, supervisaban el montaje con la satisfacci¨®n que da la calma de comprobar que todo hab¨ªa salido bien. En sus sonrisas se intu¨ªa otra raz¨®n. Akinsha saca su tel¨¦fono y muestra im¨¢genes de dos museos en Jers¨®n, la ciudad liberada de los rusos a inicios de noviembre. Las fotos que ense?a funcionan como un antes y un despu¨¦s. Pasa el dedo por la pantalla y una vitrina repleta de ¨¢nforas griegas se llena y se vac¨ªa. ¡°Est¨¢n expoliando los museos¡±, comenta Densova. ¡°Lo m¨¢s probable es que se est¨¦n llevando las obras a Rusia, a Crimea, siempre han considerado que son suyas, como nuestro pa¨ªs¡±, concluye.
¡°Todos sab¨ªamos que poner a salvo estas obras no estaba exento de riesgos, pero se hab¨ªa convertido en una prioridad ante las constantes faltas de respeto a los pactos de la Convenci¨®n de La Haya y el saqueo masivo en todos los territorios ocupados, as¨ª como la destrucci¨®n de 500 edificios culturales¡±, contin¨²a Francesca Thyssen-Bornemisza. Estas 51 piezas y otra decena m¨¢s procedentes tambi¨¦n de colecciones privadas se podr¨¢n ver en Madrid hasta el 30 de abril. Luego viajar¨¢n a Alemania, donde se expondr¨¢n hasta final de 2023. ?Y despu¨¦s? Los comisarios y los museos est¨¢n tratando de llegar a acuerdos con otras instituciones para que, por el momento, no regresen a Ucrania.
Un milagro
No es la primera vez que estas piezas sobreviven a la guerra, el expolio y la censura. Las vanguardias de Ucrania se desarrollaron en el contexto de la Primera Guerra Mundial, de la revoluci¨®n de 1917, de la guerra de independencia de Ucrania, de la creaci¨®n de la Ucrania sovi¨¦tica y, por tanto, la represi¨®n estalinista contra todas aquellas manifestaciones art¨ªsticas que no respondieron a un canon socialista. Es decir, la vida de un artista o el futuro de su obra pod¨ªan decidirse por algo tan aparentemente sencillo como incluir una bandera roja en una de sus pinturas, como sucede en El 1 de mayo de 1929, de Viktor Palmov. V¨ªa libre, pod¨ªa seguir creando, siempre que no se saliera del canon. ¡°O dedicarse al paisajismo, tal vez al costumbrismo¡±, relata Akinsha frente a algunas de las obras de la exposici¨®n que tuvieron el visto bueno.
El resto fueron destruidas o vandalizadas, como sucedi¨® con muchos frescos. La otra opci¨®n fue un intento de olvido o de apropiaci¨®n cultural. Muchas piezas acabaron guardadas en malas condiciones en los fondos de los museos. Los rusos las marcaron con un 0. ¡°Valor 0¡å, aclaran los comisarios. La categor¨ªa con la que tambi¨¦n etiquetaron a una generaci¨®n de artistas que fueron asesinados o se exiliaron. Fue gracias al esfuerzo de muchos de los trabajadores de estas instituciones ¡ª¡±Las escondieron un poco m¨¢s al fondo¡±, cuenta Densova¡ª lo que hizo que perduraran. Tras la muerte de Stalin, en los a?os cincuenta, volvieron a las paredes de los museos.
¡°Esta guerra no es solo por territorio, sino por la conquista de nuestra cultura e identidad¡±, dice Densova. ¡°Putin considera que Ucrania no debe existir, que es parte de Rusia. Esta exposici¨®n es tan importante porque muestra que tenemos nuestra propia cultura. Estamos luchando por ella, por nuestra herencia, la que nos han negado y queremos ense?¨¢rselo al mundo. Llevamos 30 a?os de independencia, tratando de recuperarla y otra vez intentan destruirla de una manera brutal¡±.
Babelia
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