Compositores sub-35 en la March, la m¨²sica contempor¨¢nea se resiste a dejar de nacer

El ciclo Compositores Sub-35, de la Fundaci¨®n March, lleva una buena d¨¦cada presentando obras de creadores espa?oles cuya edad se fija por debajo de ese l¨ªmite de 35 a?os, y cada edici¨®n aporta nuevos datos respecto al estado de la composici¨®n espa?ola emergente. En el concierto del mi¨¦rcoles, 7 de diciembre, se vieron siete obras de una factura t¨¦cnica m¨¢s que sobrada; los compositores ¡°j¨®venes¡± espa?oles alcanzan una madurez t¨¦cnica a la edad que les corresponde y la presente cosecha es buen ejemplo.

El concierto, de todos modos, estuvo marcado por la imponente personalidad art¨ªstica de Spanish Brass, un quinteto de instrumentos de metal (dos trompetas, trompa, tromb¨®n y tuba) que lleva m¨¢s de 30 a?os imponiendo su calidad. Estos cinco magos del metal han funcionado en Espa?a como un im¨¢n para creadores y p¨²blico, desde la m¨²sica m¨¢s seria al divertimento m¨¢s l¨²dico. Han probado todas las fusiones, jazz, flamenco, ¨¢mbitos populares, m¨²sica para ni?os, espect¨¢culos de toda ¨ªndole; y, adem¨¢s, son animadores permanentes de su familia instrumental, desde festivales, encuentros y toda clase de actividades pedag¨®gicas.

El concierto sub-35 de Spanish Brass present¨® cuatro estrenos absolutos y otras tres piezas encargadas por ellos. El retrato generacional de esta selecci¨®n muestra a dos mujeres y cinco hombres, deber¨ªan ser m¨¢s mujeres, pero todo se andar¨¢. La mayor¨ªa, todos menos uno, son del ¨¢rea valenciana y catalana, y que nadie se extra?e, ya que los festivales que Spanish Brass montan en Alcira son una verdadera religi¨®n.

Si t¨¦cnicamente los siete creadores presentados son irreprochables o un poco m¨¢s, queda la cuesti¨®n est¨¦tica, y aqu¨ª la uniformidad ni est¨¢ ni se la espera. Es signo de la ¨¦poca, quiz¨¢s, y a m¨ª personalmente me parece muy bien. Las dos mujeres, por ejemplo, Vanessa Garde y Amparo Edo Biol, practican un eclecticismo yo dir¨ªa que feliz; Garde est¨¢ especializada en cine, televisi¨®n y medios audiovisuales, y su firma ha aparecido en cintas de Bolla¨ªn, Balaguer¨®, Ma?as, Fern¨¢ndez Armero o Uribe; nada raro, pues, que su m¨²sica cuente historias y se sienta c¨®moda en una cierta narrativa muy bien conducida en su pieza Brisas de metal. Otro tanto se puede decir de Edo, trompista valenciana que ha viajado por el jazz, el pop o el flamenco, aparte de trabajar para el cine y la televisi¨®n; desenvoltura y narratividad van de la mano en su m¨²sica, y su acercamiento al quinteto de metal es profundamente idiom¨¢tico en Barandat. Alg¨²n dinosaurio de la vieja vanguardia es posible que frunza el ce?o ante los aires de todo vale de estas dos creadoras, pero la evoluci¨®n no es una recta.

En cuanto a los cinco hombres de la jornada, hay tambi¨¦n variantes, por m¨¢s que se observe en ellos m¨¢s ortodoxia estil¨ªstica. El primero del concierto, el catal¨¢n Llu¨ªs Gual i Gasull, brind¨® un estreno en el que se rastreaban sin dificultad influencias del siglo XX, Hindemith es quiz¨¢ el m¨¢s evidente, sobre todo en la fuga que cierra su Coral, Divertiment i Fuga. Buena mano y notable acercamiento a la materia instrumental de alguien que se ha forjado en la tenora catalana.

El tambi¨¦n valenciano ?lvaro de la Cruz present¨® su Quinteto para instrumentos de metal n? 1, que ya desde el t¨ªtulo, anuncia una filiaci¨®n m¨¢s ajustada a los grandes nombres de la vanguardia hist¨®rica, especialmente al polaco Witold Lutoslawski, hay una atenci¨®n al timbre y al empaste general de los cinco instrumentos, todo ello en una obra muy bien llevada desde las tensiones din¨¢micas y el eficaz empleo de los tempi.

El barcelon¨¦s Marc Mig¨® imagina para su estreno, El Dorado, una visi¨®n de la m¨ªtica ciudad americana que da t¨ªtulo a la obra. Lo hace desde una escritura musical abierta, en la que se cruzan las t¨¦cnicas semialeatorias y una cierta visi¨®n hispana de ciertas im¨¢genes, con un resultado musical excelente, una de las voces a retener de su generaci¨®n.

Jos¨¦ Ignacio Blesa, oriundo de la paradigm¨¢tica ciudad valenciana de Lliria, se centra en su pieza de estreno, Relaci¨®n anter¨®grada, en un trastorno neurol¨®gico que afecta a la memoria a consecuencia de alg¨²n evento traum¨¢tico. Esto proporciona a Blesa una gu¨ªa que juega con la memoria tem¨¢tica hasta su final reducido al m¨ªnimo musical.

El ¨²ltimo estreno de la sesi¨®n, Taula, corri¨® a cargo de Jos¨¦ Mar¨ªa Ciria, oscense, de la localidad pirenaica de Benasque, que utiliza un recuerdo terrible del valle de esa zona: el ajusticiamiento de 24 mujeres por brujer¨ªa a finales del siglo XVI en un peque?o pueblo de la zona. Ciria consigue evocar tan terrible episodio con notable pericia sin caer en guiones narrativos. Ciria hace casi llorar, gritar y quejarse lastimeramente al quinteto de metales.