Annie Ernaux: Nobel aclamada, intelectual discutida
Las cr¨ªticas a las ideas pol¨ªticas de la escritora francesa, que este s¨¢bado recibir¨¢ el premio en Estocolmo, y su posici¨®n sobre Israel conviven con la casi un¨¢nime valoraci¨®n literaria
Parec¨ªa que la concesi¨®n del Nobel de Literatura a la francesa Annie Ernaux despertaba una rara unanimidad sobre sus cualidades como escritora y el valor de su obra. La celebraron las feministas y la izquierda, pero, m¨¢s all¨¢ de la identificaci¨®n pol¨ªtica o social, los amantes de la buena literatura eran conscientes de que una autora mayor, alguien que hab¨ªa inventado un nuevo modo de ver y de contar, recib¨ªa un premio merecido.
Pero la unanimidad sobre Ernaux, que el mi¨¦rcoles ley¨® en Estocolmo el discurso de aceptaci¨®n y el s¨¢bado participar¨¢ en la ceremonia de entrega del premio, es menos s¨®lida de lo que parec¨ªa. Los reproches apuntan no a su obra, sino a sus opiniones pol¨ªticas: a la intelectual. Donde primero se escucharon fue en Alemania. Por motivos hist¨®ricos obvios, en este pa¨ªs las alarmas se encienden enseguida ante las cr¨ªticas a Israel que puedan juzgarse excesivas. Y la autora de El lugar y Los a?os nunca ha escondido su posici¨®n en este asunto. Ha firmado manifiestos en contra de la celebraci¨®n de unas jornadas culturales Israel-Francia y en contra del festival de Eurovisi¨®n en Israel. El movimiento BDS (Boicot, Desinversi¨®n, Sanciones) que promueve el boicoteo a Israel por la ocupaci¨®n de territorio palestino, declarado antisemita por el Parlamento alem¨¢n, la felicit¨® efusivamente por el premio.
¡°La concesi¨®n del Premio Nobel de Literatura a Annie Ernaux supone un rev¨¦s para la lucha mundial contra el antisemitismo y la fobia a un grupo humano¡±, declar¨® Josef Schuster, presidente del Consejo Central de los Jud¨ªos en Alemania. El diario sensacionalista Bild, en un art¨ªculo titulado ¡®El lado oscuro de la ganadora del Premio Nobel¡¯, la describi¨® como ¡°una convencida seguidora del movimiento antisemita BDS que quiere destruir el Estado israel¨ª por medio de boicoteos y sanciones¡±.
La prensa seria ha sido m¨¢s matizada, pero la pol¨¦mica demuestra que la recepci¨®n de un Nobel va por barrios o por pa¨ªses. En Francia, con excepciones, el anuncio del premio en octubre suscit¨® una mezcla de orgullo nacional y de izquierdas. En Espa?a y otros pa¨ªses la celebraci¨®n fue en gran parte en clave feminista y generacional (¡°las veintea?eras intensas¡±, como se le¨ªa en un ir¨®nico titular de este diario). En Alemania o en Israel la lectura fue distinta.
La pol¨¦mica demuestra tambi¨¦n que no hay Nobel neutro. Ernaux tampoco es Peter Handke, que recibi¨® el Nobel en 2019 entre protestas por su defensa de Serbia durante las guerras balc¨¢nicas de los a?os 90, aunque ambos comparten una escritura desnuda que busca captar el mundo tal como es, sin artificios. Ernaux, al contrario que Handke, no ha dedicado parte de su obra a Israel y Palestina, como Handke ha hecho con Serbia y los Balcanes, ni ha ido a visitar a prisi¨®n a un dirigente juzgado por cr¨ªmenes de guerra, cr¨ªmenes contra la humanidad y genocidio, como Handke con Milosevic, ni ha le¨ªdo un discurso en el entierro de nadie parecido.
Y, sin embargo, Ernaux es, como Handke, una autora que nunca ha rehuido la pol¨¦mica, y que en sus opiniones lo ¨²ltimo que le preocupa es quedar bien o no ofender. En entrevistas, art¨ªculos y diarios ha opinado de todo. Del velo isl¨¢mico: ¡°Querer entender el sentido y la pr¨¢ctica del hiyab aqu¨ª y ahora (...) es reconocer en la que elige llevarlo la reivindicaci¨®n visible de una identidad, el orgullo de los humillados¡±. De la violencia de los chalecos amarillos: ¡°Es una violencia real que responde a una violencia simb¨®lica¡±. De lo divino y lo humano. En resumen, lo que suelen hacer los intelectuales: tienen sus obras, que pueden ser excelsas, y despu¨¦s est¨¢n sus opiniones, falibles y abiertas a discusi¨®n.
¡°Es una escritora fant¨¢stica¡±, dice, en un caf¨¦ parisino, el novelista y cr¨ªtico Pierre Assouline, que ha aplaudido sin ambages el Nobel. ¡°Al mismo tiempo, la ciudadana Annie Ernaux, en cuanto toma posiciones pol¨ªticas, abdica de toda la inteligencia cr¨ªtica, de toda la sensibilidad, de toda la delicadeza de juicio que sabe desplegar en su trabajo¡±. Assouline alude a su adhesi¨®n al pol¨ªtico euroesc¨¦ptico y anticapitalista Jean-Luc M¨¦lenchon y a los chalecos amarillos, o su defensa del boicoteo a Israel.
De todo esto Assouline habl¨® unos d¨ªas antes, el 26 de noviembre, con la periodista de Le Monde Rapha?lle Leyris y el fil¨®sofo conservador Alain Finkielkraut en R¨¦pliques, el programa de radio de Finkielkraut en la emisora p¨²blica France Culture. En la primera parte del programa, comentaron y elogiaron la obra de la escritora. En la segunda, Finkielkraut y Assouline cuestionaron sus posiciones pol¨ªticas, lo que indign¨® a algunos admiradores de la autora.
¡°Es la extrema izquierda, pero hay algo obsesivo que da a pensar¡±, dijo Finkielkraut en el programa tras enumerar varios episodios de cr¨ªtica a Israel. Assouline afirm¨® que, para entender las posiciones de Ernaux, quiz¨¢ habr¨ªa que regresar al establecimiento que regentaban los padres de Ernaux, y donde ella creci¨®, en un pueblo de Normand¨ªa: ¡°Habr¨ªa que volver al caf¨¦-colmado de Yvetot y preguntarse qu¨¦ tipo de conversaciones hab¨ªa en este caf¨¦ en los a?os cincuenta. Hay un fondo racista ah¨ª que pide ser explorado¡±.
¡°?Ha enloquecido France Culture?¡±, se pregunta en su ¨²ltima cr¨®nica en Lib¨¦ration el cr¨ªtico de medios Daniel Schneidermann, dedicada a Finkielkraut y Assouline. Schneidermann tambi¨¦n critica al escritor Marc Weitzmann por decir, en su programa en la misma emisora: ¡°El premio Nobel a Annie Ernaux, escritora de la identidad fija, social y sexual, a partir de la cual interpreta el mundo, tambi¨¦n es el no-Nobel a Salman Rushdie, escritor del cosmopolitismo y de la identidad, pues, cambiante¡±. Rushdie, habitual nobelable y condenado por una fetua del im¨¢n Jomeini en 1989 tras publicar Los versos sat¨¢nicos, fue apu?alado este verano y ha perdido la vista en un ojo y la movilidad en una mano.
La soci¨®loga de la literatura Gis¨¨le Sapiro, en un art¨ªculo en la publicaci¨®n En attendant Nadeau, en referencia a Finkielkraut y Assouline, sostiene que ambos ¡°se libraron a una denuncia p¨²blica que deformaba el sentido de las palabras [de Ernaux] y sus compromisos¡±. Y denuncia ¡°la amalgama frecuente entre antisemitismo y la cr¨ªtica leg¨ªtima al Gobierno israel¨ª por los territorios ocupados¡±.
En su Conferencia Nobel, el mi¨¦rcoles, Ernaux parec¨ªa consciente de todo este debate al abordar la pol¨ªtica. Acusada de defender el velo isl¨¢mico en Francia, mencion¨® a las mujeres iran¨ªes que se quitan el velo y ¡°se levantan contra la forma m¨¢s violenta y m¨¢s arcaica¡± del poder masculino. Pr¨®xima a M¨¦lenchon, un pol¨ªtico al que se ha reprochado su complacencia con la Rusia de Vlad¨ªmir Putin, denunci¨® ¡°la violencia de una guerra imperialista dirigida por el dictador al frente de Rusia¡±. Israel no figur¨® en el discurso.
¡°No confundo esta acci¨®n pol¨ªtica de la escritura literaria, sujeta a la recepci¨®n del lector o la lectora, con las posiciones que me siento obligada a adoptar en relaci¨®n con los acontecimientos, los conflictos y las ideas¡±, resumi¨®. O, como ha escrito el diario alem¨¢n Frankfurter Allgemeine Zeitung a prop¨®sito de sus posiciones sobre Israel: ¡°No hay ninguna raz¨®n para edulcorar la cr¨ªtica de Israel que hace Annie Ernaux: sobre esto hay que discutir. Pero tampoco hay ninguna raz¨®n para, con esto, desacreditar su creaci¨®n literaria: en esto deber¨ªa haber unanimidad¡±.
Babelia
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