Carolina Rom¨¢n, creadora teatral: ¡°No soy futbolera, pero con la camiseta argentina y un gol me tiro al suelo a llorar¡±
La directora de escena y dramaturga indaga en el dolor y los secretos familiares con la obra ¡®Amaeru¡¯, una historia ¡°tan dom¨¦stica que se convierte en universal¡±
Es como si la Bernarda Alba de Lorca hubiera viajado a alg¨²n rinc¨®n de Argentina. As¨ª ve Carolina Rom¨¢n, actriz y dramaturga afincada en Madrid, Amaeru, la obra que escribe y dirige y con la que penetra en la herida y los secretos familiares sobre el cuidado de los otros o el dejarse cuidar. Una historia, escrita durante la pandemia, que define bien el contraste de ...
Es como si la Bernarda Alba de Lorca hubiera viajado a alg¨²n rinc¨®n de Argentina. As¨ª ve Carolina Rom¨¢n, actriz y dramaturga afincada en Madrid, Amaeru, la obra que escribe y dirige y con la que penetra en la herida y los secretos familiares sobre el cuidado de los otros o el dejarse cuidar. Una historia, escrita durante la pandemia, que define bien el contraste de Formosa, donde naci¨® en 1972, un lugar con sangre de quebrachos y piel de algodonales. Tras su ¨¦xito de Juguetes rotos, Carolina Rom¨¢n, de madre danesa y padre guaran¨ª, y pareja del tambi¨¦n actor Trist¨¢n Ulloa, con el que tiene dos hijos, espera con una mezcla de miedo y tranquilidad el estreno de Amaeru, en los Teatros del Canal, donde se representar¨¢ del 5 al 22 de enero. La obra est¨¢ protagonizada por Daniel Freire y Omar Calicchio.
Pregunta. ?Qu¨¦ significa la palabra Amaeru?
Respuesta. Es una palabra japonesa que describe el sentimiento de la benevolencia y el cuidado de una persona hacia otra. Me llam¨® la atenci¨®n que en espa?ol no existiera una palabra tan concreta para definir este sentimiento, por eso acu?o este t¨¦rmino en japon¨¦s.
P. ?Amaeru cuenta la historia de su padre?
R. S¨ª. De alguna manera, es una historia tan dom¨¦stica que se convierte en universal. Mi padre, que ahora tiene 79 a?os, se crio con su madre, una mujer soltera, su abuela y su t¨ªa. Las tres mujeres, con mi padre muy peque?o, eran exiliadas paraguayas que cruzaron la frontera de noche hacia Argentina, mientras durante el d¨ªa se escond¨ªan bajo camiones de sand¨ªas. Mi padre, que nunca conoci¨® al suyo, vivi¨® bajo los cuidados y los secretos de estas mujeres un tanto exc¨¦ntricas. Todo lo que est¨¢ encriptado y oculto es lo que m¨¢s me interesaba de esta historia.
P. ?Qu¨¦ secretos y heridas esconde?
R. Mi padre nunca ha contado mucho. Los secretos familiares han impedido que pasara p¨¢gina a su vida. Solo recalando en la herida inicial se sacan del armario los miedos. El hecho de haber sido criado sin padre, en medio del esc¨¢ndalo que supon¨ªa entonces ser madre soltera y asumir esa infancia casi secreta en una casa de mujeres, le ha tra¨ªdo mucha soledad, dolor y ha hecho de ¨¦l un hombre reservado y hosco.
P. ?Se puede escribir con objetividad de la propia familia?
R. Siempre vas a escribir desde tu lente. Lo que s¨ª tengo claro es que, investigando en el ¨¢rbol geneal¨®gico, he encontrado el humor cogido de la mano del horror. En mi familia, el humor es una especie de airbag espont¨¢neo que tenemos sin nombrarlo.
P. Esta obra nace durante la pandemia. ?Qu¨¦ le sugiere ahora despu¨¦s de casi tres a?os?
R. Fue el momento en el que experimentamos la falta del otro. Un tiempo hist¨®rico en el que qued¨® muy claro que sin el otro no somos nadie.
P. ?Ha cambiado algo desde la pandemia, como parec¨ªa que iba a ocurrir?
R. Toda esa solidaridad y energ¨ªa que vivimos con los aplausos a los sanitarios parece que se ha esfumado. El mundo parece m¨¢s agitado y sacudido por conflictos de invasiones, guerras y tragedias clim¨¢ticas. Parece que nos enfrentamos a m¨¢s urgencias. Los egos han salido a relucir m¨¢s que nunca. Hablando de m¨ª, creo que he cambiado la perspectiva, desechando todo aquello que me complica y buscando el crecimiento de la empat¨ªa.
P. ?Es pesimista?
R. Gen¨¦ticamente soy todo lo contrario. Me gustar¨ªa creer que hay c¨¦lulas activadas por el mundo para dar guerra a los pesimistas.
P. Despu¨¦s de su ¨¦xito con Juguetes rotos, ?hay m¨¢s miedo o mayor tranquilidad?
R. Tengo m¨¢s miedo, pero revisito la pel¨ªcula El club de los poetas muertos y me da tranquilidad. Es como si me pusiera de pie encima de una mesa y lo miro desde otra perspectiva. Amaeru es fiel a las preguntas que yo me planteo como familia.
P. Lleva en Madrid casi 25 a?os. ?Qu¨¦ echa de menos de Argentina?
R. Soy muy impulsiva. Vine aqu¨ª porque me enamor¨¦ de alguien que no conoc¨ªa bien. Me tir¨¦ a la piscina, la piscina se vaci¨® y nosotros seguimos nadando porque seguimos siendo muy buenos amigos. Hoy echo de menos el teatro argentino, las charlas de caf¨¦, los mates en las casas y a mi familia.
P. ?Es de las que son adictas al mate y al dulce de leche?
R. M¨¢s mate que dulce. Me hice adulta el d¨ªa que pis¨¦ Madrid y lo primero que hice fue ir a comprar un termo y el mate. El mate da espacio a la escucha y la charla con el otro. Tambi¨¦n da espacio a pensar en silencio.
P. Durante las comidas, junto a su pareja, el actor Trist¨¢n Ulloa, y su hijo, Max, que ha hecho su primer papel en cine, ?se habla de Shakespeare, Lope de Vega o Juan Mayorga?
R. No, en absoluto. No hablamos de lo que hacemos fuera de casa. Tenemos la cabeza en la luna y los pies en la tierra. Vamos a trabajar como el que va a plantar boniatos y vuelve. Hablamos de comidas, de viajes, de la econom¨ªa, y nos refugiamos en ciclos de cine. Trist¨¢n no conoce muchos de mis escritos y, a veces, va a mis estrenos sabiendo poco o nada. Amaeru es uno de ellas.
P. ?Es usted futbolera?
R. Me vuelvo futbolera con el Mundial. S¨¦ que la elecci¨®n de Qatar ha sido un desprop¨®sito, con un mensaje muy negativo, pero con la camiseta argentina y un gol me tiro al suelo a llorar.
P. ?Tiene en su casa una camiseta con el n¨²mero 10?
R. No, tenemos una del Boca. Del 10 de Messi no, porque no he tenido tiempo de comprarla, si no la hubiera tenido.
P. ?Qu¨¦ le suscita el nombre de Leo Messi?
R. Messi es sin¨®nimo de trabajo, esfuerzo, humildad, compa?erismo y empat¨ªa. Es lo que m¨¢s admiro de ¨¦l. Es un diez jugando, pero tambi¨¦n es un diez como persona.
P. ?Qu¨¦ valor le da a la pel¨ªcula Argentina,1985?
R. Tiene un enorme valor hist¨®rico. Tenemos la obligaci¨®n de mirar a esos a?os en los que ocurrieron cosas tan brutales. Aunque la historia duela hay que contarla para que no vuelva a ocurrir. La memoria hist¨®rica hay que contarla desde el cine, el teatro, la poes¨ªa, la pintura o la danza. Yo estoy escribiendo un texto sobre los montoneros y los militares.