De Keith Richards al Chelsea F. C.
Antigua periodista musical, Barbara Charone alterna las labores de promocionera con sus compromisos futbol¨ªsticos
Supongo que en alg¨²n momento tendremos que abrir una categor¨ªa especial para los discos y los libros del confinamiento. En la creaci¨®n musical tal vez no sea tan evidente: el modelo Juan Palomo tiene ya larga tradici¨®n y los avances tecnol¨®gicos facilitan su expansi¨®n en determinados g¨¦neros. Se nota mejor en los libros, que evidencian la soledad de su elaboraci¨®n, la carencia de feedback, el onanismo de las personas muy ocupadas que repentinamente tienen una agenda vac¨ªa.
Eso me sugiere Access All Areas, el texto autobiogr¨¢fico de Barbara Charone (Chicago, 70 a?os), escrito durante los meses del encierro. Presenta a una joven afortunada, con padres mel¨®manos y tolerantes, que a principios de los setenta se instal¨® en Londres y aprovech¨® para escribir simult¨¢neamente para publicaciones musicales inglesas y estadounidenses. Desinhibida y fiestera, intim¨® con The Rolling Stones, particularmente con Keith Richards. Que entonces todav¨ªa estaba eclipsado por el carisma de Mick Jagger y ten¨ªa m¨¢s mala fama que reputaci¨®n como creador.
Eso hay que arreglarlo, le dijo a Richards, a quien propuso retratar en una biograf¨ªa. Un proyecto que permiti¨® a Charone acompa?arle en momentos de baj¨®n ¡ªla peripecia judicial en Toronto¡ª y en circunstancias m¨¢s felices: conciertos, grabaciones con y sin los Stones. Alto grado de intimidad: el libro se redact¨® en Redlands, la casa campestre de Keith, temporalmente vac¨ªa.
Un golpe de suerte que no ocultaba la realidad: la cr¨ªtica y el periodismo musical era un campo esencialmente masculino; se pod¨ªan contar con los dedos de una mano las mujeres que escrib¨ªan regularmente sobre rock. Como la vida de freelancer adem¨¢s era demasiado azarosa, en 1982 Charone fich¨® por el departamento de prensa de WEA, ahora Warner Music. Un lugar perfecto para observar la m¨¢quina de hacer estrellas a pleno funcionamiento. Acompa?¨® a Madonna cuando era una desconocida que hac¨ªa playback de dos o tres canciones en discotecas londinenses hasta su coronaci¨®n en estadios con la Gira de la Ambici¨®n Rubia. Tambi¨¦n coincidi¨® con el esplendor de la revista Smash Hits y conect¨® especialmente con un periodista muy culto que ocultaba malamente sus ambiciones musicales: era Neil Tennant, luego mitad de Pet Shop Boys.
En 1992, Barbara Charone y una compa?era dejaron Warner para fundar MBC, agencia de promoci¨®n y relaciones p¨²blicas. Con una base de artistas procedentes de Warner, pronto ampliaron su cartera de clientes con figuras tan variadas como Robert Plant, Elton John, Pearl Jam y ¡ªsu favorito¡ª Rufus Wainwright. Desdichadamente, en el libro se reserva las an¨¦cdotas que podr¨ªan humanizar a sus representados. Solo se palpa cierta amargura cuando, tras 25 a?os de trabajar con R.E.M., el representante de la banda le inform¨® de que cambiaban de agencia de relaciones p¨²blicas. Esper¨® infructuosamente a que los m¨²sicos llamaran al menos para despedirse. Nada. Y eso que hab¨ªa tenido que batirse el cobre por el guitarrista, Peter Buck, detenido y procesado en Londres por un altercado en un vuelo de British Airways. Fue un juicio con jurado y Charone debi¨® torcer el brazo a sus contactos en los peri¨®dicos para evitar que aquello se describiera medi¨¢ticamente como ¡°estrella del rock ataca a la tripulaci¨®n de un avi¨®n¡± (Buck lo explic¨® como el desdichado resultado de combinar somn¨ªferos con el alcohol gratuito en primera clase).
No, la gratitud no forma parte necesariamente del ADN de los artistas. Por el contrario, en el mundo del f¨²tbol ha sido reconocida: hincha feroz del Chelsea F. C., ahora forma parte del consejo de administraci¨®n del club. El ¨²nico problema es cuando el equipo pierde: ¡°Est¨¦ donde est¨¦, Rod Stewart llama para burlarse¡±.
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