Luke Stegemann, el australiano que escribe sobre Madrid en un rancho visitado por serpientes
El hispanista, que lleg¨® por primera vez a Espa?a con 21 a?os, ha redactado ya dos libros sobre su segunda patria y ultima un tercero sobre la ciudad que m¨¢s ama
Luke Stegemann, de 59 a?os, naci¨® en Brisbane y pas¨® su infancia en ranchos de zonas rurales y despobladas del sur y del este de Australia. Su padre fue pastor anglicano, su madre profesora y ¨¦l iba para antrop¨®logo. Pero una peque?a herencia de una abuela que gast¨® a los 21 a?os en un viaje a Europa y una estancia, en principio de tres d¨ªas, en Espa?a le cambiaron su plan vital para siempre. Fascinado sin saber muy bien por qu¨¦ con ese pa¨ªs con el que no ten¨ªa ninguna vinculaci¨®n, del que no sab¨ªa apenas nada y del que no hablaba ni una palabra del idioma, aquellos tres d¨ªas se convirtieron en un mes. Y acab¨® con una promesa y una determinaci¨®n: hab¨ªa que volver para prepararse y vivir en Espa?a. De regreso a Australia se sac¨® un t¨ªtulo de profesor de Ingl¨¦s y Literatura inglesa, se compr¨® un billete sin vuelta para Madrid y cumpli¨® la promesa que se hab¨ªa hecho a s¨ª mismo.
¡°Algunos de mis amigos me preguntaban: ¡®?Pero ese sitio al que t¨² te vas, ?d¨®nde est¨¢?¡±. Desde entonces ha simultaneado su vida entre Espa?a y Australia, pasando largas temporadas en uno u otro sitio, y ha recorrido su patria de adopci¨®n de arriba abajo por carreteras secundarias, a la australiana, aprendi¨¦ndose un pa¨ªs y un idioma a base de convivir y de mezclarse con ¨¦l. Ahora, convertido en el hispanista australiano de referencia, ultima su tercer libro, una biograf¨ªa sobre Madrid, del que tiene ya 500 p¨¢ginas.
C¨®mo un tipo es capaz de escribir 500 p¨¢ginas sobre Madrid viviendo en las ant¨ªpodas, en Queensland, en un rancho solitario rodeado de bosques y visitado por canguros y otros animales salvajes dice mucho del car¨¢cter particular de Stegemann. Hace poco encontr¨® en la cocina una serpiente venenos¨ªsima denominada taip¨¢n que mat¨® de un palazo. Su ¨²nico vecino, Phil, se encarga de las taipanes con disparos de rifle. As¨ª son las cosas all¨ª.
El primer libro de Stegemann, The beautiful obscure (La belleza oscura), publicado en 2017, es una especie de autobiograf¨ªa en la que cuenta su paulatina e indome?able espa?olizaci¨®n. ¡°Hablo de lo que me fascina de Espa?a: sus paisajes, su arte, El Greco y Ribera sobre todo, sus poetas, su m¨²sica, sus caminos, el idioma, establezco correspondencias con Australia, y tambi¨¦n hablo de m¨ª, de mi aventura espa?ola, de c¨®mo me cas¨¦ con una espa?ola y tuve una hija, Eva, lo que aument¨® a¨²n m¨¢s mi conexi¨®n sentimental con este pa¨ªs¡±. A juicio de Stegemann, la visi¨®n de un hispanista australiano es muy diferente de la de sus colegas angloparlantes. ¡°Desde las ant¨ªpodas todo se ve diferente. Adem¨¢s, mi pa¨ªs jam¨¢s ha entrado en guerra con Espa?a, ni siquiera en disputas comerciales. Hemos tardado casi dos siglos en empezar a conocernos. No hay tradici¨®n de hispanistas, y eso acarrea falta de entramado acad¨¦mico, pero tambi¨¦n implica una beneficiosa ausencia de una mirada condescendiente¡±.
Tras The beautiful obscure, publicado en 2021, Stegemann abord¨® en otro un otro tema m¨¢s controvertido. El libro se titula Amnesia Road (La carretera de la amnesia) y en ¨¦l compara las dos formas que han tenido sus dos pa¨ªses de enfrentarse a la memoria hist¨®rica, de arbitrar e impartir la justicia hist¨®rica. En el caso de Australia, habla del asesinato y el robo de tierras de los abor¨ªgenes; en el caso de Espa?a, describe y analiza los asesinatos cometidos en algunos pueblos de Andaluc¨ªa por el bando nacional durante la Guerra Civil. A juicio del escritor, hay paralelismos: ¡°Las desapariciones, los enterramientos en fosas comunes, una violencia inusitada, la historia terrible que late debajo de la belleza del paisaje¡¡±. Pero tambi¨¦n percibe diferencias: ¡°En Australia, aunque hay negacionistas, podemos decir que la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n est¨¢ a favor de la reconciliaci¨®n, de asumir los errores y los cr¨ªmenes que se hicieron a la poblaci¨®n aut¨®ctona; en Espa?a veo que a¨²n no se ha asumido esa herida hist¨®rica, que a¨²n subsiste en cierta forma de polarizaci¨®n pol¨ªtica¡±, a?ade. El volumen mereci¨® dos prestigiosos premios para libros de no ficci¨®n en Australia y fue finalista de otro.
Mientras, el escritor se volv¨ªa activo en las redes colgando, o bien im¨¢genes de sus viajes por Espa?a, bien escenas del remoto paisaje australiano que rodea su casa en Queensland. Tambi¨¦n se volvi¨® una voz conocida en su pa¨ªs durante el proc¨¦s: ¡°Los medios australianos compraron al principio todo el mensaje independentista, sin ning¨²n filtro. Y yo, que hab¨ªa vivido durante a?os en Barcelona, que entiendo el catal¨¢n aunque no lo hablo, me vi en la obligaci¨®n de intervenir y explicarles a mis compatriotas la versi¨®n espa?ola del conflicto, que no todo era tan simple¡±. Ninguno de estos dos vol¨²menes ha sido traducido al espa?ol.
Estos d¨ªas se encuentra en Espa?a, donde ha venido, entre otras cosas, a recoger alguna documentaci¨®n precisa que necesita para ultimar su tercer libro, que en principio se va a titular: Village, empire, city, world: a new biography of Madrid. Es un viejo proyecto: ¡°El de describir y contar a mis compatriotas y al mundo anglosaj¨®n la ciudad que m¨¢s amo, por encima de ninguna otra¡±. A juicio del escritor, la capital de Espa?a es la gran desconocida para los lectores en ingl¨¦s, al contrario que Barcelona, Granada, Sevilla o San Sebasti¨¢n¡±.
¡°No hay muchos libros sobre Madrid. De hecho, fuera de las gu¨ªas tur¨ªsticas, no hay casi nada. Madrid tiene mala fama, arrastra una leyenda de ciudad fea o sucia, lo que evidentemente no es del todo cierto. Es una ciudad dif¨ªcil de entender, como dec¨ªa Ram¨®n G¨®mez de la Serna, y por eso es tan atractiva¡±, a?ade. A esto se ha dedicado ¨Dmientras da tambi¨¦n clases en un instituto situado a 50 kil¨®metros¨D en ese rancho aislado adonde llegan los canguros y las serpientes y los koalas. ¡°He trabajado mucho con la memoria, pero tambi¨¦n con la documentaci¨®n que hay en internet, o en TVE o en Youtube. Hoy en d¨ªa nadie est¨¢ aislado completamente. Desde all¨ª tengo acceso a documentaci¨®n como para escribir sobre Madrid la vida entera¡±.
En el fondo, precisa, todos sus libros ¨Dy posiblemente los que escriba en el futuro¨D obedecen al mismo impulso: ¡°Trato de adivinar qu¨¦ me atrajo de Espa?a, qu¨¦ me hizo quedarme un mes en ese viaje cuando ten¨ªa 21 a?os, qu¨¦ me ha hecho pasarme media vida en Espa?a. Una vez, medio en broma, medio en serio, me hice un an¨¢lisis gen¨¦tico para saber si ten¨ªa sangre hispana. Pero no: escocesa y alemana, pero no espa?ola¡±. Y a?ade: ¡°Una grand¨ªsima parte de lo que me atrae de Espa?a se debe a los espa?oles. A veces se dice que los australianos son los espa?oles de habla inglesa, porque son m¨¢s abiertos o, dicen, m¨¢s rebeldes. Pero hay algo m¨¢s. A veces pienso que lo que me hechiza de los espa?oles es su capacidad ¨²nica para emocionar y emocionarse¡±.
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