¡®Kiss The Future¡¯, el documental que ilustra c¨®mo el concierto de U2 en Sarajevo dio por acabada la guerra de Bosnia
El filme, estrenado en la Berlinale, reconstruye el sitio de la ciudad bosnia en los noventa, c¨®mo una idea loca de un periodista logr¨® que la banda de rock actuara all¨ª en 1997 y sus ecos con la invasi¨®n de Ucrania
A inicios de julio de 1993, el estadounidense Bill Carter encaraba 13 minutos fundamentales en su vida. Carter hab¨ªa llegado meses antes a Sarajevo, la ciudad sitiada por tropas serbias, como parte de un equipo de ayuda humanitaria, y se qued¨® all¨ª trabajando para la televisi¨®n p¨²blica bosnia. En una loca lluvia de ideas sobre c¨®mo seguir llamando la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n extranjeros sobre el infierno que estaban sufriendo, Carter propuso entrevistar y realizar una oferta a U2, que en aquel momento era la gran banda de rock: la que m¨¢s vend¨ªa, la m¨¢s influyente, la m¨¢s abierta a subrayar desigualdades sociales y conflictos pol¨ªticos. Y que el 3 de julio iba a actuar, dentro de la gira Zoo TV, en Verona (Italia), relativamente cerca de Bosnia. Tras unas divertidas vicisitudes, Carter logr¨® ponerse delante de Bono. Y nunca una entrevista de tan solo 13 minutos dio tanto juego.
Esa entrevista est¨¢ en el coraz¨®n de Kiss The Future, el documental que ayer domingo se estren¨® mundialmente en la Berlinale. El filme de Nenad Cicin-Sain, esloveno criado en EE UU de madre serbia y padre croata, ejemplo del c¨®ctel humano que conviv¨ªa en la antigua Yugoslavia, cuenta con Carter como coguionista, pero no se centra en el concierto del 23 de septiembre de 1997 de U2 en Sarajevo, sino que ilustra c¨®mo la m¨²sica, y el arte en general, cre¨® un hilo de esperanza para los ciudadanos de la capital bosnia, un sentimiento tan necesario como el agua y la comida. En realidad, adem¨¢s de las entrevistas a Bono y The Edge y a todos los que participaron en aquel show, en pantalla los protagonistas son diversos bosnios con alguna implicaci¨®n en el proceso, como Vesna Andree Zaimovi?, que se cas¨® al inicio de la guerra, vivi¨® los 1.425 d¨ªas de sitio dentro de la ciudad, y ha sido la productora encargada de buscar las historias locales que ilustran el documental. Cicin-Sain contaba en la presentaci¨®n a la prensa que las vivencias de Zaimovi? fueron las ¨²ltimas en entrar en el montaje porque ella se resist¨ªa. ¡°Viv¨ª tiempos muy extra?os porque yo estaba enamorada, me cas¨¦ al inicio del asedio y eso se mezcl¨® con la brutalidad de la guerra¡±, respond¨ªa Zaimovi?, a lo que Carter subray¨®: ¡°No es f¨¢cil revisitar los recuerdos de aquellos momentos, y solo puedes hacerlo porque el proceso merezca la pena¡±. Y record¨®: ¡°A las dos semanas de llegar a Sarajevo, pens¨¦ en volverme. Me qued¨¦ por la gente que re¨ªa y bailaba, me infect¨® el poder de ese esp¨ªritu¡±.
Cicin-Sain llevaba a?os queriendo hacer una pel¨ªcula de ficci¨®n sobre aquel concierto de U2 que uni¨® de nuevo a los bosnios, y mientras trabajaba en un guion con Ben Affleck y Matt Damon, este le coment¨® que conoc¨ªa a Bono. Por eso este domingo en Berl¨ªn estaba Damon como uno m¨¢s de la multitud de productores. Seg¨²n el actor, ¡°esta pel¨ªcula requer¨ªa de toda esta gente porque tiene muchas ramificaciones; yo solo hice el contacto con Bono y me dediqu¨¦ despu¨¦s a ver diferentes montajes del documental, para afinar en su producci¨®n¡±. A su lado, el director asegur¨® que siempre tuvo claro que los m¨²sicos de U2 nunca se involucrar¨ªan en un filme centrado en el concierto, y de ah¨ª usar como base del guion el libro de Carter Fools Rush in: A Memoir y abrir la pantalla a aquella generaci¨®n de j¨®venes bosnios amantes del rock.
Todo naci¨® de los 13 minutos de Carter con Bono. La entrevista empieza con el m¨²sico casi tumbado en un sof¨¢; poco a poco, a causa del inter¨¦s de la charla, se va irguiendo. El estadounidense le habla de la ciudad, de la pasi¨®n por el rock en los pisos con ventanas tapiadas, y salta la chispa: Bono tambi¨¦n viene de un pa¨ªs con choques entre bandos que ¡°se escudan en la religi¨®n para justificar la violencia¡±, reflexiona el artista. Se emociona y Carter le suelta el ¨®rdago. Si U2 visita la ciudad, los medios volver¨ªan a recordar su situaci¨®n; se sent¨ªan abandonados por el mundo (el documental describe toda la guerra, la cadena de mentiras creadas desde la parte nacionalista serbia, y cuenta con im¨¢genes de archivo y entrevistas al expresidente de EE UU Bill Clinton y a la estrella de la CNN Christiane Amanpour). Bono acepta.
Con lo que no contaba el m¨²sico era con el manager de la banda: la gira de Zoo TV estaba ya agendada, y actuar en Sarajevo ser¨ªa colocar delante de los francotiradores serbios a miles de bosnios. A cambio, Carter volvi¨® a Bosnia ¡ªen la televisi¨®n nacional, anonadados, repetir¨ªan durante semanas el v¨ªdeo ¨ªntegro de la entrevista hasta cuatro veces al d¨ªa¡ª, y en la siguiente decena de shows de la Zoo TV, a mitad de los conciertos, Bono dio paso v¨ªa televisi¨®n a Carter en Sarajevo, que aparec¨ªa con invitados bosnios con relaci¨®n con la localidad en la que se celebraba cada evento. Bono y The Edge recuerdan aquellos momentos como abrumadores, se sienten orgullosos de la idea, aunque a la vez fueran cubos de agua fr¨ªa sobre la audiencia. En una de las ¨²ltimas conexiones, tres chicas dicen: ¡°Sabemos que no vais a hacer nada por nosotros. Volver¨¦is a vuestro concierto de rock, olvidar¨¦is que existimos. Y aqu¨ª todos nosotros vamos a morir¡±.
No se olvidaron. U2 compuso el tema Miss Sarajevo, inspirados en un documental de Carter de 1994 sobre el concurso de belleza, que se cerr¨® con las candidatas detr¨¢s de una pancarta en donde se le¨ªa: ¡°Por favor, no dej¨¦is que nos maten¡±. Firmados los acuerdos de paz, el grupo irland¨¦s cumpli¨® su promesa. En pantalla, los bosnios recuerdan llorar al ver llegar los camiones con el escenario (el de la gira PopMart) al aparcamiento del estadio Ko?evo. M¨¢s de 45.000 espectadores asistieron al concierto, en el que Bono se qued¨® sin voz. Varios de los presentes aseguran en pantalla: ¡°Sentimos que si U2 estaba actuando all¨ª, la guerra hab¨ªa acabado. Ellos supusieron para muchos de nosotros el final del conflicto¡±.
En Berl¨ªn, los responsables del filme han remarcado el paralelismo entre las guerras de Bosnia y Ucrania, entre las vivencias de los habitantes de Sarajevo y Kiev y su uso de la cultura para superar el d¨ªa a d¨ªa. Bono, en el filme, afirma: ¡°Todos usamos la m¨²sica para protegernos, como un escudo contra las fuerzas oscuras que habitan en nuestra cabeza. As¨ª sintieron la m¨²sica en Sarajevo, durante la guerra¡±. Por su parte, Matt Damon ha confirmado que est¨¢ ¡°en la preproducci¨®n de un documental sobre Ucrania¡±; y Cicin-Sain, que Kiss The Future mut¨® justo hace un a?o: ¡°Hab¨ªamos arrancado las grabaciones seis meses antes y al atacar Rusia cambiamos muchas cosas¡±. En pantalla, en el videowall con el que se cierra los ¨²ltimos segundos del metraje, se ven a Zelenski en un monitor y a Putin en otro. Zaimovi?, la gran testigo de esta historia, llor¨® en Berl¨ªn al recordar: ¡°Pens¨¦ en aquellos momentos en que no hab¨ªa paz para todos, y en su eco hoy, cuando debemos preservar el planeta y las democracias. Sarajevo no es una ciudad creada por la moda actual de la globalizaci¨®n, sino que lleva siglos con sinagogas, iglesias y mezquitas conviviendo pared con pared. Solo as¨ª sobrevivir¨¢n los valores europeos. Y como ese d¨ªa nos dijo Bono desde el escenario: ¡®¡®Que se joda el pasado, besad el futuro¡±.
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