Muere a los 67 a?os la interiorista Nina Mas¨®, premio Nacional de Dise?o
A trav¨¦s de la empresa Santa & Cole ense?¨® a iluminar a varias generaciones y construy¨® una marca c¨¢lida de dise?o espa?ol atemporal y universal
Ten¨ªa poca paciencia para las modas. A la editora y dise?adora Nina Mas¨® (Barcelona, 1956¡ª2023) le molestaba que las l¨¢mparas se publicaran silueteadas, fuera de un contexto, alejadas de la luz que eran capaces de proyectar. Le parec¨ªa mal porque es la luz, y no la l¨¢mpara, lo que transforma los espacios. Hab¨ªa hecho de esa lecci¨®n aprendida su cruzada desde que, siendo una joven veintea?era, se asoci¨® con su novio (el dise?ador Gabriel Ordeig Cole) y su amigo Javier Nieto Santa para fundar una editora de mobiliario con la que poder producir las l¨¢mparas que a ellos les gustaban. Esas l¨¢mparas eran audaces, emocionantemente sencillas, pero era la luz c¨¢lida, tenue, una luz ¡°que se presta a las confidencias¡± la que aprendieron a fabricar.
En la empresa que uni¨® los dos apellidos maternos de Nieto y Ordeig, Santa & Cole, Nina establec¨ªa el baremo de lo que merec¨ªa la pena, el esfuerzo, y lo que no deb¨ªa formar parte de su aventura. Sobre todo tras la prematura muerte de Ordeig en 1994. As¨ª, la firma en la que hoy conviven todas las l¨¢mparas de Miguel Mil¨¢ (de la TMM a la Cesta, o la Cestita) se inici¨® con una ambici¨®n rom¨¢ntica y salvaje, a la vez que, en 1999, les vali¨® el Premio Nacional de Dise?o. Pero lo suyo fueron los ochenta. La l¨¢mpara Colilla, que dise?ara Carlos Riart ¨Cun fumador empedernido¡ª tiene la luz roja que dejaba ver, entonces, un cigarrillo en un bar. Esa luz es un misterio que Ordeig describi¨®, as¨ª figuraba en el cat¨¢logo, como ¡°luz para hacer el amor¡±. No ofrec¨ªa iluminaci¨®n de lectura ni serv¨ªa para alumbrar una estancia. Desde Santa & Cole explicaban con ella lo que era una luz de ambiente.
Como lo importante era la luz y no la l¨¢mpara, convirtieron luminarias en lienzo (La Bella Durmiente) donde pintaban los artistas irreverentes del pop barcelon¨¦s. Hicieron l¨¢mparas a la ambiciosa medida de los locales de la ¨¦poca dorada de los bares de Barcelona, los a?os ochenta. Suya era la l¨¢mpara del S¨ª,s¨ª,s¨ª ¨Cel inolvidable nombre de este bar¡ª el Boliche, la Fonda Espa?a o el Cibeles.
Fueron esas l¨¢mparas las que hicieron despegar a la empresa Santa & Cole, que luego llegar¨ªa a los muebles, a los bancos y a las papeleras de la calle de muchas ciudades del mundo. Les interesaba la calle, pero sus or¨ªgenes ¨Cah¨ª donde estaba Nina¡ª estaban en la vida c¨¢lida y, por eso, en lo que no deber¨ªa perderse. La de los libros de autores que escrib¨ªan sobre dise?o fue otra de las grandes colecciones que capitane¨® Mas¨®. Tambi¨¦n la de cl¨¢sicos inolvidables: las butacas de Federico Correa y Alfonso Mil¨¢, las estanter¨ªas de Garc¨ªa de Paredes... Lo maravilloso de Santa & Cole es que el rescate de los antiguos era imposible de distinguir de las obras nuevas. La luz parec¨ªa haber detenido el tiempo. Fue as¨ª, de la mano del ingenio de Miguel Mil¨¢ (y todo su arsenal de cl¨¢sicos inolvidables) como Nina y su equipo llegaron hasta Toni Arola, su actual dise?ador estelar, que construy¨® la luz como cambio, no como objeto.
De la misma manera que Santa & Cole hab¨ªa comenzado a vender por el mundo la idea de una vivienda, mediterr¨¢nea, c¨¢lida y cercana ¡ªla de la Ibiza de los a?os setenta, que la propia Mas¨® hab¨ªa dise?ado con sus socias¡ª en el Pabell¨®n austriaco de la feria del 29, que rescataron como showroom, apareci¨® una idea del lujo que tiene m¨¢s que ver con el confort que con los materiales o las formas. Eso es Santa & Cole, el confort como lujo. La nobleza de lo que sabe envejecer dej¨¢ndose tocar. Ind¨®mita, independiente y con poco tiempo para las tonter¨ªas, Nina era a la vez de carcajadas y rapapolvos. Durante la ¨²ltima feria del Mueble de Valencia dio una conferencia que dur¨® casi dos horas. Nadie tosi¨®. Lo hab¨ªa dispuesto todo en un patio del barrio del Carmen y comenz¨® a llover. Solt¨® cuatro tacos y apret¨® las sillas. El catering llevaba horas esperando, pero nadie se movi¨® en el tiempo que ella comenz¨® a hablar y, a medida que lo hac¨ªa, empez¨® a encender luces. Estaba contando la historia de su vida. Muy pocos sab¨ªan que ten¨ªa un c¨¢ncer. Ella estaba plet¨®rica. Dura y dulce a la vez, cont¨® la historia de Santa & Cole y volvi¨® a ense?ar a iluminar.
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