As¨ª es el archivo Berlanga
72 cajas y dos carpetas albergan la vida familiar y profesional del cineasta. La Filmoteca Espa?ola ha catalogado 17 cajas en ocho meses y ha permitido a EL PA?S acceder a una muestra del material
?Cu¨¢nto puede costar el contenido de 72 cajas y dos carpetas? Depende, obviamente, del interior. Si dentro de esos 74 continentes est¨¢ el contenido acumulado tras una rica vida personal y f¨ªlmica como la de Luis Garc¨ªa Berlanga, el valor es incalculable, pero el precio pagado por el Ministerio de Cultura y Deporte a la familia del cineasta ...
?Cu¨¢nto puede costar el contenido de 72 cajas y dos carpetas? Depende, obviamente, del interior. Si dentro de esos 74 continentes est¨¢ el contenido acumulado tras una rica vida personal y f¨ªlmica como la de Luis Garc¨ªa Berlanga, el valor es incalculable, pero el precio pagado por el Ministerio de Cultura y Deporte a la familia del cineasta el pasado mes de diciembre fue de 375.000 euros. V¨ªctor L¨®pez, responsable del archivo de la Filmoteca, se pone guantes de l¨¢tex antes de tocar cualquiera de los objetos de esa colecci¨®n. ¡°Para m¨ª tambi¨¦n es un tesoro¡±, dice delante de los objetos berlanguianos. La Filmoteca Espa?ola ha ense?ado algunas de las piezas ya catalogadas de esa documentaci¨®n a EL PA?S, y la regla vale para todos: se mira, pero no se toca.
En vida, el cineasta valenciano lo guard¨® todo. Todo. L¨®pez, el encargado de abrir las cajas, asegura: ¡°Es muy emocionante, porque te asomas a su intimidad¡±. En ocho meses ¡ªse comenz¨® antes de concretar la compra¡ª se han catalogado 17. Para ello, la Filmoteca cuenta con el apoyo de la Fundaci¨®n La Caixa, que colabora en esta digitalizaci¨®n e indizaci¨®n. Cuando acabe el proceso, ¡°se realizar¨¢ una gran exposici¨®n centrada en un enfoque ¨ªntimo y personal de Berlanga, a trav¨¦s de documentos in¨¦ditos y objetos curiosos¡±, aseguran en la instituci¨®n. El plan es inaugurar la muestra en CaixaForum Valencia durante la temporada 2023-2024 y posteriormente hacerla viajar por distintas ciudades espa?olas durante dos a?os. Despu¨¦s, seg¨²n el ministro de Cultura, Miquel Iceta, recalar¨¢ en Valencia en un edificio buscado y acondicionado por la Generalitat.
Pero antes est¨¢n las manos de V¨ªctor L¨®pez: ¡°Hay innumerable cantidad de dibujos, porque todo lo visualizaba. Tambi¨¦n bastantes proyectos cinematogr¨¢ficos que no se llevaron a cabo. Su creatividad era infinita¡±. Y apunta que por encontrar, han encontrado ¡°hasta un trozo de moqueta de su primer piso¡±. Esa labor de catalogaci¨®n se est¨¢ realizando en la sede de la Filmoteca Espa?ola en la madrile?a calle de la Magdalena, en el palacio del Marqu¨¦s de Perales. La directora de la instituci¨®n, la historiadora Valeria Camporesi, describe el recorrido: ¡°Desde el almac¨¦n, donde reposan envueltas, en el s¨®tano se suben a esta segunda planta, y tras indizarse vuelven a bajarse ya ordenadas. Se abren al azar, porque adem¨¢s el material est¨¢ desordenado. Hasta que no acabemos no podemos plantearnos un orden tem¨¢tico¡±. Es un trabajo largo, aunque Camporesi subraya: ¡°Cada material viene con mucha informaci¨®n gracias a su familia¡±. Y como catedr¨¢tica de Historia de Cine y Cultura Audiovisual, lo encuentra estimulante: ¡°Como historiadora, me fascina la heterogeneidad del conjunto del archivo porque encaja con su manera de filmar, con planos precisos rebosantes de informaci¨®n. Demuestra que luch¨® toda su vida por crear bregando contra los l¨ªmites impuestos¡±.
Los siguientes objetos han sido seleccionados de una treintena mostrada por la Filmoteca. Entre ellos, una carpeta rebosante de todo tipo de material de ?Bienvenido, mister Marshall!, incluidos los falsos d¨®lares impresos para la promoci¨®n. ¡°Mi padre nunca tuvo grandes cr¨ªticas positivas. Hasta La escopeta nacional no triunf¨®. Solo hab¨ªa ido bien antes ?Bienvenido, mister Marshall!, porque todo el mundo le hablaba bien de ella¡±. ?Y no le doli¨® el veto en el festival de Cannes de Edward G. Robinson, miembro del jurado, que, indignado, neg¨® otorgarle cualquier premio? ¡°Siendo mi padre una persona muy negativa, nunca se quej¨®. Viv¨ªa en un fatalismo mediterr¨¢neo¡±.
En la Divisi¨®n Azul para evitar represalias pol¨ªticas
Con 20 a?os, Berlanga sirvi¨® en la Divisi¨®n Azul, el contingente espa?ol que viaj¨® al frente sovi¨¦tico durante la Segunda Guerra Mundial. De esa manera evit¨® represiones pol¨ªticas por el cargo de gobernador civil que su padre hab¨ªa desempe?ado durante la Rep¨²blica. Al conservador V¨ªctor L¨®pez estos son los objetos que m¨¢s le han emocionado. ¡°Es impresionante que haya guardado algo tan delicado como un paquete de tabaco¡±. Fuera de este archivo se conservan tambi¨¦n sus cuadernos de dibujos, diarios y poemas. Aqu¨ª los objetos son m¨¢s prosaicos. Como explica su hijo, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa-Berlanga, el cineasta solo fum¨® en aquella ¨¦poca, aunque hay bastante tabaco ruso. ¡°Adem¨¢s, yo creo que nunca dispar¨® un tiro¡±.
Anotaciones juveniles
Aunque en el cuaderno ponga ¡°Notas desde 1944¡å, su hijo y un vistazo r¨¢pido a las p¨¢ginas confirman que Berlanga empez¨® mucho antes a escribir en ¨¦l. Incluso antes de la Guerra Civil. ¡°Yo no lo conoc¨ªa¡±, asegura su v¨¢stago. ¡°Vi otros cuadernos escolares llenos de anotaciones, dibujos y poemas a chicas que le gustan de Valencia. Pero ese no lo hab¨ªa visto¡±. Los textos llegan al frente de Rusia, donde mataron a su mejor amigo, ¡°momento en que dej¨® de escribir¡±.
¡®La vaquilla¡¯, el proyecto de toda una vida
En 1948, el cineasta escribi¨® un guion titulado Los aficionados. Fue su primer intento de sacar adelante la historia de La vaquilla (1985). Se le hab¨ªa ocurrido en el frente de Teruel, donde combati¨® en el bando republicano: estuvo solo un par de meses, al final de la guerra. En el archivo est¨¢n todas las versiones ¡ªredactadas primero en solitario y luego con Azcona¡ª que fue creando durante d¨¦cadas, y dibujos sobre el tema, como esta vaquilla de 1975, con una banderilla con la ense?a republicana y otra con la nacional. Ninguna versi¨®n pas¨® jam¨¢s la censura.
La correspondencia con su amigo Rafael Azcona
El archivo est¨¢ repleto de misivas recibidas por Garc¨ªa Berlanga. ¡°De Azcona, te puedes imaginar, hay innumerables¡±, apunta Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Berlanga. Estas son de finales de 1969, desde el neoyorquino hotel Roosevelt. ¡°Suelen referirse al trabajo que llevan entre manos, a cu¨¢ndo vuelve Rafael a Madrid o, como estas, sobre qu¨¦ objetos quiere mi padre que le compre su amigo, habitualmente libros er¨®ticos¡±, cuenta su hijo. ¡°Por cierto, ?qu¨¦ bonita letra ten¨ªa Azcona!¡±.
Las mujeres y la erotoman¨ªa berlanguiana
No est¨¢ claro si estos dibujos de mujeres con movimientos de canc¨¢n y sombreros y tacones de post¨ªn son obra del cineasta, adquiridos o regalados. ¡°La verdad es que no lo sabemos, y cuando abrieron las cajas hace poco no pude asegurarlo. Pintaba mucho. En verano, por ejemplo, pintaba muy r¨¢pidamente con mi hermano Carlos al ¨®leo, y empezaba uno, segu¨ªa el otro, se relevaban...¡±, rememora su hijo. Por el trazo, s¨ª parecen producto de la erotoman¨ªa berlanguiana.
Internado en Suiza con ocho a?os
Con ocho a?os, la familia Garc¨ªa Berlanga env¨ªa a su v¨¢stago peque?o y al tercero de sus hijos, Fernando, al internado Beau Soleil, en Villars-sur-Ollon, en los Alpes suizos. As¨ª se resolver¨ªan sus problemas pulmonares, razonaron al cineasta y a su hermano, dos a?os mayor, sus padres. Pasaron mucho fr¨ªo, tomaron litros de aceite de ricino, dieron largos paseos bajo cero, y se hicieron amigos de Blanca y Yolanda Belmonte, las hijas del m¨ªtico torero. No le dej¨® mucha huella... pero se guard¨® un folleto de promoci¨®n del colegio.
Felicitaciones navide?as
Un cl¨¢sico del archivo Berlanga. Las recibe de amigos y colegas, y esos comprenden desde el recientemente fallecido Carlos Saura hasta Pedro Almod¨®var. ¡°Se admiraban mutuamente. Hay una carta, que ya aparecer¨¢, en la que Gilles Jacob, entonces delegado general del festival de Cannes, responde a la recomendaci¨®n de mi padre de que programe Pepi, Luci, Bom y otras chicas del mont¨®n. Ah¨ª Jacob le escribe: ¡®?Pero c¨®mo puede recomendarme, se?or Berlanga, esta pel¨ªcula si es una mierda pornogr¨¢fica!¡¯. Luego f¨ªjate lo que ha sido y es Almod¨®var en Cannes¡±, relata Jos¨¦ Luis Garc¨ªa-Berlanga.
Pl¨¢cido, un rodaje al l¨ªmite
En el archivo Berlanga hay material variado de sus rodajes. De Pl¨¢cido se puede ver el ¨¢lbum que le regal¨® el cineclub de Manresa, donde se filmaron casi todos los exteriores de esta tragicomedia, una de sus obras maestras. Sin embargo, la mejor fuente de informaci¨®n sobre la pel¨ªcula no es su creador, sino Juan Estelrich, que en aquella ocasi¨®n ejerci¨® de ayudante de direcci¨®n y que tom¨® notas durante la producci¨®n para publicarlas en la revista Temas de cine en agosto de 1961, texto recuperado en el libro Juan Estelrich, el eslab¨®n necesario en el cine espa?ol. El cineasta habla de las complejidades de una obra singular, de la meticulosidad de Berlanga en el apartado t¨¦cnico, los miedos con que Cassen estuviera a la altura, el d¨ªa en que Manuel Alexandre casi abandona la filmaci¨®n, las premuras de tiempo. Estelrich es la sombra de Berlanga, a quien conoc¨ªa bien, y por ello describe los momentos buenos... y los no tan buenos: ¡°?l tiene un esquema muy claro de lo que quiere y debe ser su pel¨ªcula. Acepta todo lo que pueda mejorar dicho esquema: por ello, admite sugerencias, vengan de quien vengan, pero rechaza de lleno y con tozudez todo lo que le aparte de su idea¡±. Y sobre la t¨¦cnica de direcci¨®n, apunta: ¡°Luis es un director muy meticuloso [...]. A ¨¦l le repugna rodar descuidadamente¡±. La filmaci¨®n arranc¨® el 27 de febrero de 1961 en Manresa, que se volc¨® con Pl¨¢cido [un t¨ªtulo al que llegaron tras oponerse la censura a nombres previos, como Siente un pobre a su mesa, Los desgraciados o Los bienaventurados] y se acab¨® en un estudio el 29 de abril. Y una curiosidad: fueron siempre tan apremiados de tiempo, con el posterior montaje y doblaje de voz, que llegaron justos a entregarla a la censura el lunes 31 de julio. Por desgracia, los censores ya se hab¨ªan ido de vacaciones el s¨¢bado 29, nadie pudo valorarla, y Pl¨¢cido perdi¨® la oportunidad de estrenarse en el festival de Venecia. Sin sello oficial, no pod¨ªa proyectarse.
Otros tesoros
Adem¨¢s de la respuesta negativa del certamen de Cannes sobre Pepi, Luci, Bom y otras chicas del mont¨®n, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa- Berlanga avisa sobre otro tesoro que saldr¨¢ en la indizaci¨®n: ¡°En los a?os cincuenta, mi padre escribi¨® un guion para Charles Chaplin. Y por supuesto, contact¨® con ¨¦l para ver si era posible rodar esa pel¨ªcula. Guard¨® la respuesta del abogado de Chaplin, que le dijo que este solo actuaba en sus propias pel¨ªculas¡±.