Y Peter Gabriel quer¨ªa estudiar cine
As¨ª es el legado de Charisma Records, una de las discogr¨¢ficas m¨¢s audaces de los a?os setenta
Veo que Peter Gabriel anuncia nuevo ¨¢lbum, i/o. Buena noticia, ya que lleva 20 a?os sin publicar una colecci¨®n de canciones nuevas. Y eso que cuenta con estudios propios, presupuesto para experimentar y una cabeza en perpetua ebullici¨®n.
Pudo ser diferente. En 1970, Gabriel y su grupo estaban desmoralizados. Hab¨ªan debutado en 1969 con From Genesis to Revelation, un pinchazo: la liquidaci¨®n de su discogr¨¢fica, Decca Records, especificaba que ese a?o hab¨ªan vendido 650 copias. Ellos ven¨ªan de la clase media acomodada y los padres insist¨ªan que volvieran al mundo real. Los chicos bajaron la cabeza y pidieron plaza en universidades; Gabriel quer¨ªa estudiar cine en la London School of Film Techniques.
Pero se dieron una ¨²ltima oportunidad. Se juntaron en un chalet en las colinas de Cotswold y buscaron bolos en Londres, a 150 kil¨®metros de distancia. Lograron tocar los martes en Upstairs at Ronnie¡¯s. Suena muy prestigioso pero era un local improvisado sobre el Ronnie Scott¡¯s, club de jazz que quer¨ªa competir con el cercano Marquee. Y el p¨²blico del rock no pic¨®.
La actuaci¨®n del 24 de marzo de 1970 s¨ª que atrajo a un pu?ado de curiosos. Trabajaban para la discogr¨¢fica Charisma y estaban encabezados por el fundador de la compa?¨ªa, Tony Stratton Smith. Algo ocurri¨® esa noche ya que inmediatamente fueron fichados. Stratton Smith les pidi¨® que se trasladaran a Londres, prometiendo pagar 10 libras semanales a cada miembro (en realidad, ofreci¨® 15 libras pero los m¨²sicos no quisieron abusar).
La historia se cuenta en Strat! (Bedford, Wymer Publishing), de Chris Groom, una biograf¨ªa de Tony Stratton Smith que ha pasado un tanto desapercibida, tal vez por salir al mercado en los d¨ªas aciagos de la covid, cuando corr¨ªa la llamada cepa brit¨¢nica. O puede que el texto rompa el consenso de que los disqueros (y los managers, ya que Tony a veces combinaba las dos facetas) son la peor subespecie humana.
Stratton Smith romp¨ªa los esquemas. Alcanz¨® cierta fama como periodista deportivo en los a?os cincuenta: estuvo a punto, en 1958, de subirse al avi¨®n del Manchester United que se estrell¨® en M¨²nich. Viaj¨® mucho y en Brasil entendi¨® que el f¨²tbol ya era global: inaugur¨® una serie de anuarios llamados International Fooball Book que le proporcionar¨ªa ingresos regulares.
Puede que Stratton Smith viera al pop como el juego m¨¢s excitante en la ciudad durante los sesenta. Adem¨¢s, la industria brit¨¢nica se concentraba en el Soho y calles adyacentes: se solapaba con el ambiente gay que atra¨ªa a artistas y managers. Tony Stratton Smith estaba a gusto y tuvo la paciencia para aguantar los a?os sin ¨¦xito hasta que llegaron las vacas gordas con Genesis (y todos sus sat¨¦lites), Van der Graaf Generator, Lindisfarne, Julian Lennon, etc¨¦tera. Apechugaba con todo: desde un denso doble LP conceptual como The lamb lies down in Broadway a media docena de ¨¢lbumes de Monty Python y los recitados musicados del poeta John Betjeman.
Ten¨ªa una asombrosa predisposici¨®n para meterse en complicados fregados. Tras una charla con Leonard Cohen, puso en marcha una editorial, Charisma Books. Tambi¨¦n, bendito sea, meti¨® dinero a fondo perdido en revistas musicales como Zigzag. Arrebatos puntuales que destapaban sus crecientes problemas econ¨®micos: aficionado al llamado ¡°deporte de reyes¡±, invirti¨® millones en crear una cuadra de caballos de carreras. En 1983 vendi¨® Charisma a un voraz competidor: Richard Branson, de Virgin. Al poco, se iba a Las Palmas de Gran Canaria, por cuestiones fiscales. Desde all¨ª, pudo contemplar el primer n¨²mero uno de Peter Gabriel, Sledgehammer. Tony Stratton Smith muri¨® de repente en 1987, con 53 a?os.
Babelia
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