La nueva ley del flamenco: una norma sin desarrollo ni dotaci¨®n presupuestaria
El texto aprobado la semana pasada en el Parlamento de Andaluc¨ªa con la abstenci¨®n de la oposici¨®n en bloque es acogido con escepticismo entre los profesionales y aficionados
La imagen, la semana pasada, de Farruquito y Manuela Carrasco bailando delante del Sal¨®n de Plenos del Parlamento de Andaluc¨ªa, en Sevilla, dio la vuelta a Espa?a y acapar¨® portadas de los peri¨®dicos regionales: los rostros m¨¢s conocidos de este arte festejaban as¨ª ¡ªantes lo hab¨ªan hecho aplaudiendo con palmas a comp¨¢s en el interior de la sala¡ª la aprobaci¨®n de la primera Ley del Flamenco con que va a contar la comunidad. La aprobaci¨®n obtuvo solamente los 58 votos del Grupo Parlamentario Popular, que cuenta con mayor¨ªa absoluta (hay 109 esca?os), m¨¢s un apoyo, al parecer err¨®neo, de la oposici¨®n, que se abstuvo en bloque. ?Pero, qu¨¦ hay detr¨¢s de esa foto simb¨®lica a la que se quisieron sumar todos los miembros del Gobierno andaluz?
¡°El otro d¨ªa, en la puerta del parlamento, tiramos muchos cohetes al cielo, se celebr¨® a lo grande, pero esta ley, de momento, no deja de ser un reconocimiento m¨¢s. Piano piano y seamos prudentes, aunque esperanzados¡±. As¨ª lo resume a EL PA?S Francisco Viedma, presidente de la Federaci¨®n Andaluza de Pe?as Flamencas, un colectivo al que la nueva regulaci¨®n hace especial menci¨®n. ¡°Lo que se ha aprobado es una ley marco, una declaraci¨®n de principios, nada m¨¢s, todo eso est¨¢ bien, pero tenemos que esperar a ver su desarrollo y qu¨¦ presupuesto se le asigna. A¨²n no sabemos qu¨¦ tratamiento se le va a dar al tejido asociativo, qu¨¦ reconocimiento y qu¨¦ colaboraci¨®n. Las pe?as flamencas hicimos unas aportaciones a la ley como ¨²nico reducto y cord¨®n umbilical que somos de los flamencos con el p¨²blico base, y que garantiza la transmisi¨®n oral de este arte de una manera desinteresada. ?Pero, c¨®mo nos van a proteger? No lo sabemos¡±.
Efectivamente, esta nueva ley es una vieja reivindicaci¨®n de los profesionales que vertebran el sector del flamenco en Andaluc¨ªa, una actividad no solo art¨ªstica sino tambi¨¦n industrial y motor econ¨®mico que supone el 5,5% del producto interior bruto de la regi¨®n. No obstante, como indica Viedma, este marco legal es tan solo una declaraci¨®n de intenciones sobre el papel que pretende marcar un antes y un despu¨¦s en la gesti¨®n de este activo para la comunidad, pero que nace sin asignaci¨®n presupuestaria ni un desarrollo normativo, a expensas de la elaboraci¨®n de un Plan General Estrat¨¦gico del Flamenco, herramienta que previsiblemente articular¨¢ y materializar¨¢ los 36 art¨ªculos y cinco disposiciones adicionales de este texto legal, y cuya aprobaci¨®n tendr¨¢ que producirse en el plazo de 18 meses desde la entrada en vigor de la ley.
El trabajo empieza ahora para que la Ley del Flamenco de Andaluc¨ªa llegue a las pe?as, a los artistas y compa?¨ªas y a los escenarios, sirva de impulso para la actividad art¨ªstica y garantice, tal y como indic¨® el consejero de Cultura de la Junta de Andaluc¨ªa, Arturo Bernal, tras su aprobaci¨®n en el Parlamento andaluz, el pasado mi¨¦rcoles, ¡°su protecci¨®n y conservaci¨®n, as¨ª como la promoci¨®n de su conocimiento para su uso como bien social y como patrimonio cultural inmaterial de Andaluc¨ªa, asegurando as¨ª su transmisi¨®n a las futuras generaciones¡±.
La lectura de la Ley del Flamenco, por tanto, como ¡°mero reconocimiento al sector¡±, insiste Viedma, deja en ocasiones una sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ vu en algunos de sus apartados, pues se tratan aspectos que se encuentran ya normalizados o, en otros casos, no se presentan las necesarias concreciones normativas.
Por ejemplo, la nueva norma prev¨¦ que las creaciones individuales y colectivas del flamenco puedan ser inscritas en el Cat¨¢logo General del Patrimonio Hist¨®rico Andaluz (Cgpha), a la vez que se inscribe al flamenco como Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) y se declara el 16 de noviembre como D¨ªa del Flamenco en el ¨¢mbito de la comunidad aut¨®noma andaluza. Esta fecha ya fue establecida por el Gobierno andaluz en 2011, presidido en aquel momento por Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, del PSOE, tras el reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco en 2010. Respecto a la declaraci¨®n de BIC, ya en 1999 los registros sonoros de Pastora Pav¨®n, La Ni?a de los Peines, fueron declarados BIC en la categor¨ªa de Patrimonio Documental.
El cap¨ªtulo m¨¢s sensible, no obstante, es el que presta especial atenci¨®n a la ense?anza del flamenco en el sistema educativo andaluz, que pretende abarcar las distintas etapas de la ense?anza no universitaria, mediante la inclusi¨®n de contenidos curriculares y el desarrollo de actividades relacionadas con el flamenco. Julio de Vega coordina el proyecto de flamenco en las aulas del IES Santa Isabel de Hungr¨ªa, en el barrio de Santiago de Jerez de la Frontera ¡ªdonde han nacido algunas de las mayores glorias de este arte¡ª y pionero en estas pr¨¢cticas docentes. De Vega, como otros docentes consultados, ve con buenos ojos la inclusi¨®n de la ense?anza del flamenco en la ley, pero advierte de que para que esta sea verdaderamente efectiva debe tener un reflejo directo en los curr¨ªculos oficiales y en la legislaci¨®n educativa: ¡°Si lo establecido en los art¨ªculos 23, 24, 25 y 26 del T¨ªtulo IV no se traduce en una presencia real y sistematizada del flamenco en los curr¨ªculos de los distintos niveles educativos y en los programas de formaci¨®n del profesorado, todo quedar¨¢ en una mera declaraci¨®n de intenciones y seguiremos dependiendo en gran medida del voluntarismo e implicaci¨®n de docentes con inquietudes flamencas¡±, se?ala De Vega.
Lo que bien es cierto es que con este acto concluye un proceso de oficializaci¨®n del arte flamenco, que arranca muy atr¨¢s en el tiempo y en el que se encuentran hitos de mayor o menor importancia con los que la Junta ha actuado en defensa de un arte que se considera identitario de esta tierra. Dentro de esa l¨ªnea temporal habr¨ªa que remontarse a 1994, cuando se cre¨® la Compa?¨ªa Andaluza de Danza (CAD), germen de lo que es el Ballet Flamenco de Andaluc¨ªa (BFA).
Dos a?os despu¨¦s ech¨® a andar el ciclo Flamenco viene del Sur, que programa actuaciones en teatros p¨²blicos andaluces. Todo ello antes de que en 2005 se crease la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco (AADF), posteriormente convertida en el Instituto Andaluz del Flamenco (IAF), dependiente de la Agencia de Instituciones Culturales (A.II.CC.) de la Consejer¨ªa de Turismo, Cultura y Deportes. De ese instituto, dirigido en aquel momento por el periodista Francisco Perujo, parti¨® la iniciativa de presentar la candidatura para inscripci¨®n del flamenco en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, una aspiraci¨®n que se vio colmada en noviembre de 2010.
Pero, sin duda, la apuesta m¨¢s fuerte de la Junta por el flamenco se produjo con la reforma del Estatuto de Autonom¨ªa de 2007, que en su art¨ªculo 68, punto 1, estableci¨® que ¡°corresponde a la Comunidad Aut¨®noma la competencia exclusiva en materia de conocimiento, conservaci¨®n, investigaci¨®n, formaci¨®n, promoci¨®n y difusi¨®n del flamenco como elemento singular del patrimonio cultural andaluz¡±. Tal declaraci¨®n fue objeto de no poca controversia. Como paradoja ante la actual aprobaci¨®n de la ley por parte del Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla (PP), esta formaci¨®n entonces se opuso y su presidente regional, Javier Arenas, calific¨® como ¡°rid¨ªculo y disparatado¡± que Andaluc¨ªa pretendiera contar con esas competencias exclusivas, ya que el flamenco es un arte ¡°universal¡±.
Sin embargo, ese esp¨ªritu, y con parecida literalidad, est¨¢ recogido en la ley, pues la citada norma, como se puede leer, tiene como objetivo ¡°garantizar la salvaguarda para la protecci¨®n, conservaci¨®n, difusi¨®n e investigaci¨®n, as¨ª como la promoci¨®n para el conocimiento del flamenco para su uso como bien social¡±.
Al final, los hechos demuestran que el flamenco ha sido un goloso objeto de deseo para las fuerzas pol¨ªticas, que no han dudado en llevar la contraria para terminar defendiendo lo mismo a lo que una vez se opusieron. Eso s¨ª, todos quieren salir en la foto.
Babelia
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