Una muy generosa Puerta del Pr¨ªncipe para el influencer Roca Rey

Andr¨¦s Roca Rey es un influencer de libro; no tiene tiempo, claro est¨¢, de hacer uso de las redes sociales, pero su imagen y su toreo han calado muy hondo en el espectador que acude a las plazas a entretenerse, divertirse y emocionarse con las maneras de un toreo valiente, entregado y con un gran sentido del espect¨¢culo.

La Maestranza ha vibrado hoy como en sus tardes m¨¢s gloriosas. Cuando Roca Rey cobr¨® una estocada hasta la bola en el sexto toro de la tarde, los tendidos, abarrotados de admiradores del torero, se poblaron de blanco y exigieron las dos orejas. El presidente Fern¨¢ndez-Figueroa, con fama de exigente, sac¨® los dos pa?uelos para evitar el riesgo de ser linchado por una multitud enfervorecida.

Y as¨ª, en loor de asistentes apasionados y borrachos de triunfalismo, sali¨® Roca a hombros por la Puerta del Pr¨ªncipe, la primera de su carrera, a los gritos de ¡®torero, torero¡¯.

Este es el signo de los nuevos tiempos, la confirmaci¨®n de un ¨ªdolo de masas, -como en sus tiempos lo fue El Cordob¨¦s-, que conmueve, arrebata y entusiasma a un p¨²blico que acude a la plaza con el pa?uelo en la mano. Qu¨¦ m¨¢s da la profundidad o no del toreo si el joven matador conecta con el tendido, lo divierte y le permita amortizar el alto precio de la entrada.

No se puede negar a Roca Rey que es un ser humano nacido para ser torero. Su planta erguida y su chuler¨ªa en los andares durante el pase¨ªllo lo delatan; con qu¨¦ suficiencia sostiene el capote, con qu¨¦ gallard¨ªa se enfrenta al toro¡­ qu¨¦ derroche de valor en cada esquina, c¨®mo planta las zapatillas en la arena, c¨®mo aguanta las miradas de sus oponentes, c¨®mo obliga a embestir y de qu¨¦ modo tan seguro se perfila para la suerte suprema¡­ Roca Rey es un espect¨¢culo en s¨ª mismo.

Asunto distintos es el toreo que ha desgranado hoy en La Maestranza, pero ese es un tema menor en estos tiempos.

El torero se ha encontrado con dos toros sosones, muy nobles, bobalicones, sin apariencia alguna de fiereza, poder¨ªo o vibraci¨®n. Y se ha movido en sus contornos como quien sale a dar un paseo. En su primero, ha conseguido trazar tres naturales largos y hondos en el conjunto de una larga labor intermitente y desigual. Aun as¨ª, ha cortado una oreja.

Y sali¨® a darlo todo, todo, en el sexto. No hubo lucimiento alguno con el capote, brind¨® al tendido, la montera cay¨® boca arriba y Roca ni se inmut¨®. Y se hinc¨® de rodillas -c¨®mo conoce los resortes para enardecer al p¨²blico- para muletear por alto y dar dos vibrante pases cambiados por la espalda.

Enhiesto ya fue otro cantar. Toreo acelerado, superficial, ligado, eso s¨ª, con la mano derecha en dos tandas mediocres. El animal quiso tirar la toalla, desfondado, pero el peruano lo oblig¨® a embestir metido entre los pitones, mientras los tendidos rug¨ªan de emoci¨®n.

El resto ya es historia. Se abri¨® la Puerta del Pr¨ªncipe para el torero m¨¢s moderno que arrastra multitudes por razones que van m¨¢s all¨¢ del toreo. Y se acab¨®.

Con el peruano estuvieron Diego Urdiales, desanimado ante un lote deslucido y descastado, y Manzanares, al que se le vio desganado y muy ventajista en su zona de confort que es esta Sevilla que lo tiene acogido como hijo predilecto. Dio muchos pases anodinos y fall¨® con estr¨¦pito con el estoque y descabello.

Fue una tarde de buenos picadores: Paco Mar¨ªa, Oscar Bernal, Manuel Burgos y Jos¨¦ M. Quinta se lucieron en la ejecuci¨®n de la suerte, aunque no tuvieron ocasi¨®n para emplearse por la feble condici¨®n de los astados.

Y a un banderillero, Antonio Chac¨®n, le tocaron la m¨²sica por un excelente par al sexto toro de la tarde.

Hubo buen toreo -todo no consiste en dar pases- y un espect¨¢culo divertido. Es la confirmaci¨®n de una nueva tauromaquia.