Talavante, despacio, despacio
El diestro extreme?o cort¨® una merecida oreja al m¨¢s noble toro de una desquiciada corrida de Domingo Hern¨¢ndez y Garcigrande
Alejandro Talavante torea despacio, tan despacio como lenta es su recuperaci¨®n art¨ªstica desde que reapareci¨® en San Isidro del a?o pasado. Hoy ha cortado una oreja al segundo de su lote con merecimiento, aunque qued¨® en el ambiente la sensaci¨®n de que sus toros ofrec¨ªan m¨¢s posibilidades de las que ¨¦l aprovech¨®.
Mantiene su innata calidad, la hondura y el perfume de un toreo que es puro sentimiento, pero parece a¨²n un poco perdido, de modo que es capaz de dibujar muletazos monumentales, pero se empe?a en dar pases cambiados por la espalda y arrucinas, y no acierta a rematar una faena redonda.
Sale al ruedo con mucho ¨ªmpetu, se le nota la confianza, y todo ello con la misma celeridad con la que, de pronto, se deshace el hechizo y se convierte en un pegapases anodino.
No obstante, la impresi¨®n de su segunda tarde ha sido muy positiva. A su primero lo recibi¨® con un manojo de preciosas ver¨®nica con la pierna contraria flexionada que hicieron albergar las mejores esperanzas. Inici¨® la faena de muleta con unos airosos ayudados por alto, seguidos de unos naturales templados a un toro nobil¨ªsimo y de dulce embestida. Con la muleta en la mano derecha son¨® la m¨²sica, y ah¨ª se rompi¨® el encanto. El toro dio muestras de agotamiento, y Talavante se entretuvo en mirar al tendido mientras citaba y a torear despegado. En fin, que la banda ech¨® el cierre, y una espada otra vez err¨¢tica lo dej¨® todo en una cari?osa ovaci¨®n.
Igualmente dulce, con algo m¨¢s de movimiento, era el quinto, al que solo pudo recibir con una ver¨®nica que quedara en el recuerdo. Acudi¨® el toro con br¨ªo en banderillas, y lleg¨® al tercio final con el ¨¢nimo de contribuir a la rehabilitaci¨®n del torero. Un comienzo acelerado por derechazos tras unos ayudados, dio paso a una templada tanda con la zurda, y otra extraordinaria con la derecha que acab¨® con un muy largo cambio de manos que supo a gloria. Hubo despu¨¦s m¨¢s naturales hermosos, con escasa ligaz¨®n, eso s¨ª, y un circulare, y unas finales bernadinas ce?idas.
En fin, que bien, con detalles de toreo excelso, sin que sea posible todav¨ªa echar las campanas al vuelo.
El Juli no tuvo toros y se mostr¨® t¨¦cnico, expeditivo y fr¨ªo. Lo mejor, quiz¨¢, las cinco ver¨®nicas y la media con las que recibi¨® al que abri¨® plaza. Y se acab¨®. Ese toro era tan bonancible como tonto, sin fortaleza y rajado, y el torero lo mulete¨® perfilero y ventajista. El cuarto era inservible, una birria, parado y sin vida.
Y Tom¨¢s Rufo pretendi¨® reverdecer su triunfo principesco del pasado a?o, pero sus toros no se lo han permitido. Particip¨® en quites por delantales y chicuelinas con mucho garbo, lo intent¨® en su lote con una encomiable entrega, y no pudo ser. Arranc¨® al tercero muletazos estimables a base de insistir, y en su ¨¢nimo de encontrar el triunfo se puso cansino y aburrido. El sexto, el m¨¢s cornal¨®n del festejo y el ¨²nico perteneciente al hierro titular no ten¨ªa cara de buenos amigos; deslucido, parado y reserv¨®n, acab¨® con las ilusiones del joven torero.
Garcigrande/El Juli, Talavante, Rufo
Cinco toros de Domingo Hernández y uno -el sexto- del hierro titular, Garcigrande, correctos presentación, a excepción del cuarto, mansos, blandos, sosos, descastados y nobles.
El Juli: estocada (silencio); estocada (silencio).
Alejandro Talavante: pinchazo y estocada tendida y trasera (ovación); estocada (oreja).
Tomás Rufo: estocada (ovación); estocada atravesada y un descabello (silencio).
Plaza de La Maestranza. 25 de abril. Novena corrida de abono. Más de tres cuartos de entrada en tarde calurosa.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.