Tina Turner, la gran superviviente
Gran artista de directo, la cantante fue evolucionando desde el soul hasta el rock, conquistando a p¨²blicos cada vez mayores
Tina Turner era esencialmente una superviviente. Nacida Anna Mae Bullock en 1939, la vocalista, fallecida este mi¨¦rcoles, abandon¨® su vida en el sur rural de Tennessee cuando se instal¨® con su madre en San Luis, en Misuri. De cantar en la iglesia pas¨® a frecuentar los locales nocturnos de la ciudad. All¨ª conoci¨® en 1957 a Ike Turner, el l¨ªder de los Kings of Rhythm, con los que comenz¨® a cantar. Ike era un veterano que subsist¨ªa en un negocio duro, siempre en la frontera con la ilegalidad; entendi¨® que hab¨ªa un fil¨®n en la fiereza interpretativa de Tina y la convirti¨® en su esposa en 1962.
Como Ike & Tina Turner, acumularon ¨¦xitos en las listas de rhythm and blues, es decir, en el mercado afroamericano. Las jugadas de Ike, que prefer¨ªa ir saltando entre discogr¨¢ficas, no ayudaron a establecerlos como primeras figuras. Sin embargo, en 1966 aceptaron una propuesta para grabar con el productor Phil Spector, que en realidad solo quer¨ªa trabajar con Tina. El resultado fue un tema org¨¢smico, River Deep, Mountain High, que fracas¨® en Estados Unidos, pero impact¨® en Europa. En el Reino Unido, Tina se convirti¨® en artista de culto. La fascinaci¨®n de Mick Jagger, Rod Stewart o David Bowie desembocar¨ªa en su llegada al mainstream.
Los Rolling Stones contratar¨ªan a Ike & Tina Turner para su gira estadounidense de 1969: el p¨²blico blanco se qued¨® boquiabierto ante la sexualidad turbo de Tina y sus bailarinas, las Ikettes. Ike, que rara vez pensaba m¨¢s all¨¢ del corto plazo, comprendi¨® que era el momento para establecerse en el mercado del rock. Lo hicieron con versiones t¨®rridas de ¨¦xitos como Proud Mary (Creedence Clearwater Revival) y Come together (The Beatles), aparte de rotundos temas originales como Nutbush City Limits, una creaci¨®n de Tina que celebraba sus or¨ªgenes.
Lo que Tina se callaba era que la vida con Ike, cocain¨®mano, era infernal. Hasta que en 1976 lo abandon¨® en Dallas (Texas) y pidi¨® el divorcio. Ese ser¨ªa el punto central de su maquillada autobiograf¨ªa, luego reflejada en el correspondiente biopic ¡ªdonde fue encarnada por Angela Bassett¡ª y en el musical Tina.
Tuvo que empezar de nuevo y debi¨® aceptar todo tipo de bolos alimenticios, flirtear con la disco music y aparecer en el circuito de nightclubs o, para su eterna verg¨¹enza, en la Sud¨¢frica del apartheid. No fue f¨¢cil: precisamente, tal d¨ªa como hoy, en 1979, debut¨® en Espa?a con un concierto en el Palacio de los Deportes barcelon¨¦s¡ que no llen¨® (volver¨ªa m¨¢s veces, ya con ¨¦xito de p¨²blico).
Ese mismo a?o, conect¨® con Roger Davies, un manager australiano que desarroll¨® un inteligente plan para potenciar su carrera. Firm¨® con la multinacional Capital Records y se dedic¨® a hacer discos con canciones seleccionadas para resaltar su imagen de mujer sensual y empoderada; a fin de garantizar la potencia de su oferta, contaba con diferentes productores que cubr¨ªan desde el techno pop al rock. Su ¨¢lbum Private dancer (1984) vender¨ªa millones y ser¨ªa el prototipo de una nueva manera de entender el pop de amplio espectro, imitada luego en el lanzamiento de Whitney Houston y otras divas.
Domin¨® las ondas y los escenarios durante los ochenta y los noventa. Lo cierto es que no par¨®: se apuntaba a duetos con sus admiradores brit¨¢nicos y apareci¨® poderosa en una pel¨ªcula de la saga Mad Max. Y rehizo su vida con un ejecutivo discogr¨¢fico, el alem¨¢n Erwin Bach, con el que compart¨ªa creencias budistas. Se retir¨® en 2000, aunque todav¨ªa protagonizar¨ªa una gira de despedida en 2008. Para entonces, ya resid¨ªa en Suiza, pa¨ªs que se port¨® bien con ella. En agradecimiento, en 2013 se naturaliz¨® suiza y renunci¨® a la nacionalidad estadounidense.
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