Susan Rogers sabe por qu¨¦ no puedes sacarte esa canci¨®n de la cabeza
La que fuese ingeniera de sonido de Prince, profesora en el prestigioso Berklee College of Music de Boston, analiza las claves de la ciencia psicoac¨²stica
Como pasa con los grandes acontecimientos de la historia, casi todo el mundo recuerda d¨®nde estaba cuando su cerebro hizo bum al escuchar la canci¨®n que marc¨® su educaci¨®n sentimental. Es f¨¢cil que se nos quede grabado qu¨¦ hac¨ªamos cuando son¨® ese tema clave que allanar¨ªa el camino para definir nuestro gusto y moldear nuestra personalidad. A Susan Rogers (California, 66 a?os) le pas¨® de ni?a, en el sal¨®n de su casa, mientras trasteaba con los vinilos paternos. ¡°Escuch¨¦ Papa¡¯s Got a Brand New Bag, de James Brown, y ah¨ª lo entend¨ª: esa ser¨ªa mi droga. La calle en la que vivo pertenece al soul¡±, cont¨® la semana pasada a la periodista cultural y directora de Radio Primavera Sound, Marta Salicr¨², en una charla en el auditorio del Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB), programada en el cartel del Primavera Pro, una cita que se celebr¨® paralela al Primavera Sound de Barcelona, en la que se debati¨® sobre los retos y novedades con profesionales del sector musical.
Ingeniera de sonido del artista Prince en su etapa de Purple Rain (¡°todav¨ªa sigo d¨¢ndole las gracias, a principios de los ochenta no hab¨ªa ingenieras en la industria y Prince me dio un sitio en la mesa¡±), Rogers ha trabajado con artistas como David Byrne o Lana del Rey (¡°ella s¨ª que sabe de letras, por algo tiene tatuado los apellidos de Walt Whitman y Vladimir Nabokov en su brazo¡±). Fue la primera mujer en recibir el Premio del Sindicato de Productores Musicales por Contribuciones Sobresalientes a la M¨²sica del Reino Unido y es profesora de neurociencia cognitiva en el prestigioso Berklee College of Music de Boston, donde han estudiado Quincy Jones, Diana Krall o Annie Clark (St Vincent), entre much¨ªsimos otros. El a?o pasado public¨® This Is What It Sounds Like: What the Music You Love Says About You (?W. W. Norton, 2022), un ensayo coescrito con Ogi Ogas sobre por qu¨¦ nos gustan las canciones que nos gustan y qu¨¦ pasa en nuestro cerebro mientras las escuchamos, que traducir¨¢ al castellano Blackie Books en unos meses y cuyas claves descifr¨® en su charla en Barcelona.
Solo hay siete variables para que te guste una canci¨®n
Y no se tienen que cumplir todas para que se quede estancada en tu cerebro. Para recibir lo que Rogers define como una ¡°sacudida del placer¡±, un tema puede conectar contigo por una de estas cuatro posibilidades: melod¨ªa, letra, ritmo/ timbre o el sonido mismo. Por eso, tal y como explica, ¡°una canci¨®n no hace falta que hable tu mismo idioma, puede ser la melod¨ªa lo que te haga conectar con ella al instante¡±.
A las cuatro dimensiones musicales, Rogers a?ade tres m¨¢s de car¨¢cter est¨¦tico que se aplican m¨¢s all¨¢ de las canciones, y se extienden a otros formatos como pel¨ªculas, series de televisi¨®n o novelas: autenticidad en su expresividad, novedad/familiaridad (escuchar aquello que nos rompe esquemas o decantarnos por aquello que ya conocemos) o el realismo frente a la abstracci¨®n (preferir obras que est¨¦n basadas en la realidad o escoger aquellas que reflejen un mundo imaginario). ¡°Cada dimensi¨®n es distinta. Yo suelo conectar con la disonancia y las letras, pero hay gente que eso mismo le pasa cuando escucha la guitarra de Led Zeppelin. Todo es cuesti¨®n de encontrar aquello con lo que nuestro cerebro se entienda¡±.
No existe ni buena ni mala m¨²sica
¡°Me duele mucho cuando la gente rechaza a otros artistas solo porque no le gustan. Nos equivocamos al pensar que porque algo es mejor para nosotros, tambi¨¦n deber¨ªa ser mejor para el resto. Esa gente cuyos gustos nos horrorizan tambi¨¦n sabe qu¨¦ quiere. Esto es como con la ropa o la comida: eres m¨¢s de un estilo que de otro, puedes pagar much¨ªsimo dinero por una comida supuestamente exquisita, pero tambi¨¦n puedes disfrutar de lo que se considera popularmente como comida basura. Lo que ocurre con las canciones es que al ser capaces de seleccionar ese arte de tres minutos de duraci¨®n que consideramos que es el mejor para nosotros, hacemos juicios sobre los gustos del resto. Pero si una canci¨®n nos gusta, es porque simplemente nos funciona¡±.
Por qu¨¦ amas las canciones que amas
¡°El cerebro decide antes de que pienses conscientemente. Cuando escuchamos m¨²sica, se provocan conexiones neuronales, y cuando algo nos gusta, segregamos dopamina. Aqu¨ª, el prec¨²neo (una parte del l¨®bulo parietal) se convierte en nuestro polic¨ªa interno. Es el encargado de determinar si aquello que escuchamos nos va a gustar o no. Cuando escuchas m¨²sica que no te gusta, tu prec¨²neo se desconecta. Se dice a s¨ª mismo: ¡°Rechazo esto y no quiero implicarme o asociarme con ello¡±. El cerebro se cierra en banda y por eso nos bloqueamos ante lo que no nos gusta. Y nos pasa con artistas como nos pasa con determinados sabores en la comida¡±.
S¨ª, puedes enfermar si te machacan con esa canci¨®n odiosa
¡°Si algo no te gusta, te puede provocar estr¨¦s y subir tus niveles de cortisol. Si pasas mucho rato interactuando con esa canci¨®n, puede llegar a romperte las defensas. Tiene sentido que una mala experiencia musical te haga sentir mal¡±.
Pensar que la m¨²sica de antes era mejor es una falacia
¡°Es normal refugiarse en aquellas canciones que consideramos placenteras cuando nuestro cerebro se estaba desarrollando, como aquel tema que sonaba en el coche familiar cuando ibas de vacaciones y que asocias a un momento feliz. O aquella canci¨®n con la que conectaste en tu juventud porque estabas en un instante vital inolvidable. Lo que pasa realmente es que para muchos de nosotros es muy dif¨ªcil reconstruir nuestro perfil de escucha¡±.
Las canciones que triunfan en TikTok no son peores
¡°Tengo alumnos que se han especializado en remezclar v¨ªdeos de 15 segundos para su viralidad. Ahora mismo, hay m¨¢s m¨²sica que nunca y, adem¨¢s, su sonido es port¨¢til. Antes, se reduc¨ªa a sentarse y escuchar el vinilo. Lo mirabas mientras lo escuchabas, le¨ªas sus letras y mirabas las im¨¢genes de su interior. La m¨²sica es acompa?arse de im¨¢genes. Para que la m¨²sica de hoy funcione, teniendo en cuenta que te la puedes llevar en todos partes con tu m¨®vil, se debe hacer con m¨¢s repeticiones que antes para escucharlo haciendo ejercicio o en sus trayectos diarios. La gente busca compa?¨ªa emocional. Yo soy muy optimista, no me gusta discutir con aquellos que dicen que lo de hoy es terrible. Se est¨¢n haciendo grandes cosas, y probablemente, esos artistas y sus canciones ser¨¢n los que perduren¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.