Un ciudadano ingl¨¦s descubre en un mercadillo de Londres im¨¢genes in¨¦ditas de la Legi¨®n C¨®ndor
John Knowles ha donado al Estado espa?ol unas doscientas fotos con oficiales de la fuerza a¨¦rea alemana responsable del bombardeo de Guernica
John Knowles muestra el entusiasmo de un aficionado a la historia cuando descubre que tambi¨¦n ¨¦l la est¨¢ haciendo. La pasada primavera, el instinto le llev¨® a pagar 35 libras (unos 40 euros) a una mujer, en un mercadillo callejero del acomodado barrio londinense de Chiswick, por un pu?ado de latas que conten¨ªan rollos antiguos de fotograf¨ªa de 35 mm. Eran de su abuelo, Hern Hans-Henning Erdmann, un ejecutivo de banca alem¨¢n expatriado a Londres. Entre decenas de fotos familiares sin el menor inter¨¦s, acab¨® revisando las que estaban agrupadas en una caja de cart¨®n de la marca AGFA. ¡°Comenc¨¦ a v...
John Knowles muestra el entusiasmo de un aficionado a la historia cuando descubre que tambi¨¦n ¨¦l la est¨¢ haciendo. La pasada primavera, el instinto le llev¨® a pagar 35 libras (unos 40 euros) a una mujer, en un mercadillo callejero del acomodado barrio londinense de Chiswick, por un pu?ado de latas que conten¨ªan rollos antiguos de fotograf¨ªa de 35 mm. Eran de su abuelo, Hern Hans-Henning Erdmann, un ejecutivo de banca alem¨¢n expatriado a Londres. Entre decenas de fotos familiares sin el menor inter¨¦s, acab¨® revisando las que estaban agrupadas en una caja de cart¨®n de la marca AGFA. ¡°Comenc¨¦ a ver soldados, en un entorno que pod¨ªa ser el desierto. Pens¨¦ enseguida en ?frica del Norte. Segu¨ª ojeando los carretes hasta que de repente le¨ª una consigna r¨¢pidamente reconocible: No Pasar¨¢n¡±, cuenta Knowles a EL PA?S, poco antes del acto de entrega de todo ese material al embajador de Espa?a en el Reino Unido.
¡°Inmediatamente, me di cuenta de que se trataba de la Guerra Civil espa?ola, y las fotos me atraparon. Hab¨ªa muchos oficiales alemanes de rango elevado. Se pod¨ªa ver por sus insignias. Investigu¨¦, y descubr¨ª que era f¨¢cil para muchos de ellos conseguir un ascenso si se presentaban como voluntarios para luchar con los nazis en Espa?a¡±.
Knowles (55 a?os, Yorkshire) hab¨ªa dado con lo que a todas luces eran im¨¢genes in¨¦ditas de la presencia en territorio espa?ol de la Legi¨®n C¨®ndor, la fuerza a¨¦rea que Hitler envi¨® a su amigo y aliado, Francisco Franco, para ayudar al bando rebelde. Pero tambi¨¦n, y sobre todo, para ensayar las b¨¢rbaras estrategias de ataque que luego aplicar¨ªa con ¨¦xito durante la II Guerra Mundial. El bombardeo de Guernica fue la demostraci¨®n universal de un nuevo tipo de guerra. Representantes de la Asociaci¨®n de Ni?os de la Guerra del Pa¨ªs Vasco en el Reino Unido han acudido a la Embajada de Espa?a, en el barrio de Belgravia, para presenciar la entrega del nuevo material hist¨®rico. ¡°Todos sabemos el impacto que la Legi¨®n C¨®ndor tuvo en Euskadi, y la atrocidad de Guernica. Para los descendientes de los ni?os de la guerra vascos ha sido la recuperaci¨®n de una memoria hist¨®rica muy suya, y por eso todo ha resultado tan emotivo¡±, explicaba el embajador Jos¨¦ Pascual Marco.
A trav¨¦s del profesor Joan Mar¨ªa Th¨°mas, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad Rovira i Virgili, Knowles pudo contactar con el Centro Documental de la Memoria Hist¨®rica, dependiente del Ministerio de Cultura, y concertar la donaci¨®n de los rollos fotogr¨¢ficos. Son al menos doscientas fotograf¨ªas que, durante los meses que las ha atesorado, ha ido identificando de un modo aficionado, casi artesanal, pero con una dedicaci¨®n admirable. Oficiales alemanes de visita tur¨ªstica a un arco hoy desaparecido en homenaje a Rold¨¢n, en Roncesvalles (Navarra); im¨¢genes de los destrozos provocados en la ciudad aragonesa de Belchite; lo que parece el cuartel general de la Legi¨®n C¨®ndor en Burgos; lugare?os que asisten a los oficiales alemanes; un soldado con gesto aburrido sentado en una letrina; escenas de quien, con toda probabilidad, es Alfredo Kindel¨¢n, responsable de la fuerza a¨¦rea del bando de Franco, junto con algunos de sus camaradas alemanes¡±; hasta la imagen de un submarino U-Boat en alg¨²n lugar de la costa espa?ola.
¡°Era una ¨¦poca en la que comenz¨® a ser f¨¢cil llevar c¨¢maras port¨¢tiles. Todo sugiere que este grupo de altos oficiales ten¨ªa una que se iban pasando, y se tomaban fotos entre ellos, hablando con importantes dirigentes espa?oles, o apoyados en algunos de sus aviones. Se nota que no es el trabajo de un fot¨®grafo profesional, ni siquiera de un aficionado habilidoso. Algunas im¨¢genes est¨¢n mal enfocadas, y la composici¨®n del plano es muy pobre¡±, explica Knowles. ¡°Algunos de los individuos que posan parecen cansados, aburridos, casi como si estuvieran de vacaciones¡±, dice.
Algunas de las latas que contienen los rollos fotogr¨¢ficos muestran una inscripci¨®n, ara?ada sobre el metal, que dice ¡°Plocher¡±. Intuye Knowles que se tratar¨ªa del oficial que iba recopilando el material a lo largo de los meses. Hermann Plocher fue el Jefe de Estado Mayor de la Legi¨®n C¨®ndor desde el 1 de octubre de 1937.
¡°Hubiera preferido que estuviera hoy aqu¨ª, en el acto de entrega, la joven a la que compr¨¦ el material. Pero no he vuelto a dar con ella. Solo tengo el apellido que aparec¨ªa registrado en el sobre de correos que conten¨ªa algunos de los negativos¡±, se lamenta el historiador aficionado. Por lo poco que pudo rastrear, a partir de ese nombre, entendi¨® que la familia alemana que hab¨ªa preservado durante todo este tiempo las fotos hab¨ªa podido rehacer su vida, e incluso prosperar en territorio brit¨¢nico. La ¨²ltima generaci¨®n apenas sab¨ªa ya que algo llamado Legi¨®n C¨®ndor tuvo un papel clave en la historia reciente de Espa?a.
Knowles ha escrito un peque?o ensayo de su aventura, y gusta de citar a Walter Benjamin, quien lamentaba que la tecnolog¨ªa fuera incapaz de ¡°capturar¡± el ¡°aura de los personajes¡±. Las fotos que ¨¦l ha contribuido a rescatar, sin embargo, servir¨¢n para conocer mejor una ¨¦poca que nunca se termina de descubrir en todas sus facetas.