La Legi¨®n C¨®ndor y el turismo b¨¦lico
La historiadora Stefanie Schuler-Springorum recoge en un libro las experiencias de los miembros de esta fuerza militar alemana en la Guerra Civil desde una perspectiva de historia cultural y de g¨¦nero
Por las calles sevillanas, durante las calurosas noches de agosto de 1936, aparecieron unos extranjeros j¨®venes y rubios que vest¨ªan con uniformes blancos de los juegos ol¨ªmpicos y se comportaban de manera extra?a en ese ambiente andaluz. La informaci¨®n oficial dec¨ªa que se trataba de un grupo turista de una organizaci¨®n obrera alemana, pero su presencia ten¨ªa otros motivos y no llegaron a enga?ar a nadie. Los sevillanos afectos al golpe de estado del 18 de julio les saludaban por la calle y ovacionaban.
Esos j¨®venes formaban parte del primer contingente de ayuda militar secreta que Hitler decidi¨® enviar a Franco para consolidar su posici¨®n en las primeras semanas del golpe que deriv¨® en guerra civil. En noviembre, ante la inesperada resistencia del Madrid republicano fortalecido por el apoyo militar sovi¨¦tico, la misi¨®n militar alemana aument¨® considerablemente sus efectivos y se reorganiz¨® en la unidad aut¨®noma que Hermann G?ring, comandante en jefe de la Luftwaffe, denomin¨® Legi¨®n C¨®ndor.
La intervenci¨®n nazi en la Guerra Civil ha sido uno de los asuntos m¨¢s estudiados desde m¨²ltiples enfoques por los historiadores alemanes, espa?oles o europeos, pero lo que se echaba en falta era un estudio de los aut¨¦nticos protagonistas de la Legi¨®n C¨®ndor, sus soldados. Eso ha quedado satisfecho este a?o con el magn¨ªfico trabajo que ha realizado Stefanie Sch¨¹ler-Springorum en La guerra como aventura ¨C La Legi¨®n C¨®ndor en la Guerra Civil Espa?ola 1936-1939 (Alianza Editorial). Su l¨ªnea de investigaci¨®n busca un planteamiento novedoso dentro de la historiograf¨ªa militar, desde una perspectiva de historia cultural y de g¨¦nero.
Nos encontramos ante un grupo masculino con unos modelos culturales y una mentalidad concretos, al que la autora disecciona para comprender su comportamiento e interpretaci¨®n de la realidad en la que estos soldados se encuentran. Las fuentes utilizadas, algunas de ellas inexploradas hasta ahora, se hallan en archivos alemanes y espa?oles. Son especialmente relevantes las experiencias de los combatientes de la legi¨®n plasmadas en sus narraciones, relatos autobiogr¨¢ficos que, a¨²n siendo ejemplos de literatura de propaganda fascista, ¡°no son totalmente inservibles¡± para el an¨¢lisis hist¨®rico.
Reuni¨®n en Bayreuth
La noche del 25 de julio de 1936, Hitler hab¨ªa recibido en Bayreuth a unos emisarios de Franco que le trasladaron una petici¨®n de ayuda militar para solventar la cr¨ªtica situaci¨®n en que se encontraba el bando militar rebelde, con sus mejores tropas inmovilizadas en Marruecos. Los motivos que llevaron al F¨¹hrer alem¨¢n a decir s¨ª en ese mismo momento a un militar espa?ol desconocido varado en el Rif marroqu¨ª han sido precisados gracias a la sobresaliente tarea de investigadores como ?ngel Vi?as.
Hubo causas econ¨®micas, ideol¨®gicas, estrat¨¦gicas y militares que tendr¨ªan un papel cambiante a lo largo de la Guerra Civil. Al principio las militares y econ¨®micas no contaron. Las l¨ªneas maestras de la estrategia europea de Hitler, que tras la recuperaci¨®n de la soberan¨ªa en la Renania desmilitarizada en marzo, hab¨ªa abandonado su pol¨ªtica exterior revisionista de Versalles para pasar a una fase agresiva y expansionista, se basaban en neutralizar a Francia antes de lanzarse a invadir el Este. Contar con un r¨¦gimen favorable en la frontera sur francesa aparec¨ªa como una posibilidad que no hab¨ªa que desperdiciar. El oportuno barniz ideol¨®gico de la lucha contra el comunismo en la intervenci¨®n de Espa?a podr¨ªa bloquear actitudes indeseadas de potencias democr¨¢ticas como Reino Unido.
La participaci¨®n en la C¨®ndor ofrec¨ªa un ascenso inmediato y un salario muy superior al recibido en el destino anterior
Teniendo en cuenta que el arma a¨¦rea fue el componente principal de la Legi¨®n C¨®ndor, a los pilotos y oficiales de vuelo, considerados la ¨¦lite del ej¨¦rcito alem¨¢n, se les ofreci¨® la posibilidad de demostrar su val¨ªa y ¡°servir a la patria¡± en una experiencia viril y militar. Esta inclu¨ªa otros suculentos alicientes como el ascenso inmediato y un salario muy superior al que recib¨ªan en el destino anterior. Como muestra de lo lucrativa que pod¨ªa ser la misi¨®n, Sch¨¹ler-Springorum nos cita el alto n¨²mero de bodas y el consumo de objetos de lujo al que se dedicaban cuando regresaban a Alemania. Para los j¨®venes legionarios, Espa?a aparec¨ªa como un lugar ex¨®tico en el que volcar sus fantas¨ªas ¨¦picas y vivir aventuras, a la b¨²squeda de gloria y placeres, dinero y mujeres. Se trataba de una suerte de turismo b¨¦lico al que muchos de ellos acudieron con su flamante c¨¢mara de fotos ¨²ltimo modelo.
Agasajos y dolce vita
En general, unos alojamientos convenientes ¨Csiempre ten¨ªan reservado el mejor hotel de la ciudad en la que se instalasen- y una manutenci¨®n surtida y variada manten¨ªan a los legionarios con buen humor y disposici¨®n. No les faltaban productos alemanes t¨ªpicos pero fueron descubriendo las bondades de la dieta local (aunque la mayor¨ªa de ellos rechazaba el aceite de oliva). Adem¨¢s, frecuentemente eran agasajados por las autoridades del bando franquista con delicias culinarias que la poblaci¨®n espa?ola dif¨ªcilmente pod¨ªa llegar a so?ar.
Esta dolce vita, con una actividad b¨¦lica que inclu¨ªa largos per¨ªodos de pausa, foment¨® que el aburrimiento fuese ocupando la atm¨®sfera en la que viv¨ªan los soldados. Para remediarlo visitaban lugares de inter¨¦s o intentaban entablar relaci¨®n con las j¨®venes espa?olas, como relata Klaus K?hler. Este afirmaba que ¡°no nos cansamos de admirar a las ardientes espa?olas pero ellas tambi¨¦n nos contemplan¡±. Lo cierto es que en la Espa?a nacional ultracat¨®lica, la inaccesibilidad de las mujeres hizo que todo acabase en miradas y el recurso final fuese la visita a burdeles, seg¨²n describe Adolf Galland al recordar sus ¡°noches andaluzas¡± con ¡°programa completo¡±.
Un bombardeo en diciembre de 1936 arras¨® el pueblo cordob¨¦s de Bujalance en su totalidad y caus¨® 190 muertos?
La ventaja de gozar de una supremac¨ªa a¨¦rea que solo pudo ser cuestionada por la Rep¨²blica hasta abril de 1937, hizo que los pilotos de caza, a bordo de los magn¨ªficos Messerschmitt Bf 109 o los Junker Ju 87 Stukas, dominasen el cielo espa?ol ¡°presionados¡± en una especie de competici¨®n deportiva por derribar el m¨¢ximo de aviones enemigos. Harina de otro costal era el bombardeo sobre el enemigo, para el que se necesitaba una actitud ¡°m¨¢s ordenada y estoica¡± seg¨²n Sch¨¹ler.
Entran en juego las motivaciones militares alemanas para intervenir en Espa?a, la experimentaci¨®n con diferentes tipos de bombas y las t¨¢cticas de bombardeo. Esto?supuso la destrucci¨®n masiva de ciudades y la muerte de miles de v¨ªctimas civiles como consecuencia de una guerra a¨¦rea planificada y ejecutada racionalmente. El legionario Egbert von Frankenberg comenta al respecto: "¡no pens¨¢bamos sino en ¡®cumplir con nuestra tarea¡¯ obedeciendo inmediatamente las ¨®rdenes que recib¨ªamos. Y nos importaba poco lo que las bombas y el fuego ocasionaran exactamente¡±. Inevitablemente, evocamos Gernika en llamas, consumida en el fuego de las bombas incendiarias en abril de 1937, pero esta macabra ejecuci¨®n experimental comenz¨® el 14 de diciembre de 1936, y cont¨® con la ambici¨®n personal de Queipo de Llano, el general del ej¨¦rcito del sur. Como recuerda Wolfram von Richthofen, jefe del Estado Mayor de la legi¨®n, ¡°quer¨ªa adue?arse a toda costa de la cosecha de aceitunas cerca de Porcuna, especialmente rica¡±. Los intereses comunes de Queipo y Richthofen, sobrino del famoso Bar¨®n Rojo, supusieron que el pueblo cordob¨¦s de Bujalance fuese arrasado hasta que no quedase una casa en pie, con 190 civiles muertos. El sangriento colof¨®n lo puso la caravana interminable de refugiados y tropas que hu¨ªan hacia la frontera francesa desde Barcelona en el invierno de 1939. Torsten Christ lo refleja en el diario de guerra del Estado Mayor de la legi¨®n: ¡°El abundante tr¨¢fico en las carreteras resulta demasiado tentador, as¨ª que decidimos asestar un ¨²ltimo golpe al enemigo antes de que desapareciera¡±.
El estigma de Gernika
Los pilotos y soldados de la Legi¨®n C¨®ndor aplicaron su experiencia espa?ola en la II Guerra Mundial y el 80% de ellos se dejaron la vida en el combate. Para los supervivientes, fue complicado reiniciar su vida con el estigma de haber pertenecido a una unidad fuertemente ideologizada por el nazismo cuya tarjeta de presentaci¨®n era la destrucci¨®n de Gernika. La sociedad de las dos Alemanias no sab¨ªa muy bien qu¨¦ hacer con los supervivientes de la C¨®ndor. En la RDA algunos contaron con la enemistad de los alemanes que hab¨ªan luchado en las Brigadas Internacionales. Otros supieron medrar en el contexto geopol¨ªtico de la Guerra Fr¨ªa y el anticomunismo imperantes, como es el caso de Heinz Trettner, militar en la Bundeswehr de la RFA. Lleg¨® a ser teniente general con un alto cargo en la OTAN, y nunca se sinti¨® responsable moral de los cr¨ªmenes cometidos antes de 1945.
Todas las facetas de la Legi¨®n C¨®ndor en su interacci¨®n con sus compa?eros de bando en Espa?a, las disensiones sobre estrategia militar de los mandos alemanes con Franco, y otros aspectos de la experiencia vital de los legionarios son tratados de manera novedosa y convincente por Stefanie Sch¨¹ler-Springorum, en este libro necesario para entender a esta unidad militar. Reconforta m¨ªnimamente en su lectura conocer que a pesar de la propaganda nazi que llenaba de falsa informaci¨®n los o¨ªdos de estos combatientes, a algunos de ellos cada vez les parec¨ªa m¨¢s cuestionable la raz¨®n de su presencia en una guerra donde no eran recibidos como liberadores en los pueblos y ciudades que tomaban. Es el caso de Erwin Jaenecke, que en una carta a la central de la Wehrmacht identificaba a "la Iglesia, los latifundios y el capitalismo, que desde hace siglos oprimen y atormentan al pueblo de una manera atroz¡± o unos pilotos de caza en Zaragoza que a un informador brit¨¢nico rogaban que alg¨²n d¨ªa se pudiera ¡°contar la verdad de esta llamada guerra entre rojos y blancos¡±.
Babelia
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