Yusuf Cat Stevens, magn¨ªfico a sus 74, se respeta y nos respeta
El cantante brit¨¢nico de ¡®Father and Son¡¯ o ¡®Moonshadow¡¯ ha actuado en Marbella casi cinco d¨¦cadas despu¨¦s de su ¨²ltima parada en Espa?a
Naci¨® Stephen Georgious y se convirti¨® en Cat Stevens para ser luego Yusuf Islam y ahora, Yusuf Cat Stevens. Un tr¨¢nsito sin consecuencias para su p¨²blico. Este tipo sigue cantando igual, como si no hubieran pasado seis d¨¦cadas. El cantante brit¨¢nico, que triunf¨® por primera vez hace media vida, en 1967, que se retir¨® en 1978 y que volvi¨® a la m¨²sica en los primeros a?os de este siglo, es, canas aparte, reconocible en lo que fue. Yusuf Cat Stevens es de los pocos artistas de su edad y trayectoria que tienen la libertad de mirarse a s¨ª mismos con cincuenta a?os menos y aguantarse la mirada.
¡°I listen to the wind, to the wind of my soul¡¡± (¡°Escucho al viento, al viento de mi alma¡¡±). Con esos versos ha vuelto a un escenario espa?ol Yusuf Cat Stevens 47 a?os despu¨¦s de su ¨²ltima actuaci¨®n, all¨¢ por 1976 en el Palacio de Deportes del Real Madrid (ahora WiZink Center). Y con esos versos y hasta dos docenas de canciones m¨¢s, Stevens mostr¨® este mi¨¦rcoles en el auditorio Starlite de Marbella que sigue sonando igual... de bien. Impoluto, con camisa y zapatillas blancas y vaqueros azul claro, el cantante brit¨¢nico se ha hecho mayor, no hay duda, pero la calidad y calidez de su voz sigue siendo la que ten¨ªa cuatro o cinco d¨¦cadas atr¨¢s. ¡°No puede ser¡±. Ese era el bisbiseo de emoci¨®n de unos a otros en el grader¨ªo al principio de cada canci¨®n, un comentario de quien ha escuchado mil veces una canci¨®n, la ha cantado y tarareado incluso y quiz¨¢ no esperaba o¨ªrla jam¨¢s cantada en directo por el cantautor. En Marbella, tres mil personas se dieron esa alegr¨ªa.
El p¨²blico, innegablemente de cincuenta a?os en adelante en su mayor¨ªa, se enfrent¨® en el auditorio marbell¨ª ¡ªsituado en una antigua cantera¡ª a un Cat Stevens que demostr¨®, a diferencia de otro colega suyo, que la semana pasada giraba por Espa?a, que se respeta a s¨ª mismo y, sobre todo, al p¨²blico. Si Bob Dylan ha pasado por Espa?a recitando m¨¢s que cantando, evitando mirar al p¨²blico a la cara, sin dedicarle m¨¢s cari?o que un par de ¡°gracias¡±, y con un setlist ¡ªlistado de canciones¡ª en el que meticulosamente evitaba cualquier tema no ya cl¨¢sico, sino conocido; a Yusuf Cat Stevens se le ve a gusto en el escenario, simp¨¢tico, con su peque?o anecdotario en el guion y su buen humor. En definitiva, a disposici¨®n del p¨²blico que ha ido a verle y escucharle.
Yusuf Cat Stevens no reh¨²ye su pasado. Al fin y al cabo, es lo que su p¨²blico ha ido a recordar y, por eso, ¨¦l hace honor a ese deseo y, tambi¨¦n, lo muestra orgulloso tanto en sus canciones ¡ªque se ajustan a su versi¨®n original¡ª como en el precioso audiovisual que acompa?a los 90 minutos de su espect¨¢culo. De las m¨¢s de dos docenas de canciones que interpret¨® en Marbella, la gran mayor¨ªa componen el n¨²cleo de un legado que ya es universal, en parte, gracias a los m¨¢s de 100 millones de discos vendidos, que en su versi¨®n actual son millones de reproducciones en las plataformas musicales. Ese repaso al legado lo agradeci¨® el p¨²blico, que probablemente se situ¨® moment¨¢neamente varias d¨¦cadas atr¨¢s. Durante hora y media, Stevens le record¨® a la gente, y a s¨ª mismo, por qu¨¦ mantiene una excelente planta y vitalidad, que seguimos vivos y que quiz¨¢, solo por un rato, todo segu¨ªa igual y, si no, se parec¨ªa mucho. Para su p¨²blico, durante hora y media de la noche del mi¨¦rcoles, no hab¨ªa mejor sitio en el mundo que all¨ª, frente a Cat Stevens.
Entre canci¨®n y canci¨®n, Stevens record¨® que fue una noche en la playa de M¨¢laga donde compuso Moonshadow. De sus dos guitarras ac¨²sticas a la espa?ola, y de ellas al piano o solo con su micr¨®fono, el cantante recorri¨® entre suspiros y emociones casi 60 a?os de su m¨²sica, desde 1967 hasta el 16 de junio pasado, cuando apareci¨® su ¨²ltimo disco, A King Of a Land. En Marbella sonaron I love my dog y Mathew and Son, ¨¦xitos en 1967, The Wind, Wild World, Morning has broken o Father and Son, un fin de concierto que Yusuf Cat Stevens comparti¨® con su versi¨®n anterior, Cat Stevens. Terminada la primera estrofa, Stevens se gir¨® hacia la pantalla a su espalda y all¨ª estaba su yo de poco m¨¢s de 20 a?os, al que dej¨® hacerse cargo de la segunda estrofa. Si alguien cerr¨® los ojos o dej¨® de mirar al escenario por un rato, es probable que no notara qu¨¦ Cat Stevens cantaba, si el de los 70 o el de ahora. As¨ª ha mantenido este cantautor la voz y el tipo.
Pero Cat Stevens no solo se respeta a s¨ª mismo o al p¨²blico. Sabe respetar a sus colegas de profesi¨®n. En la noche marbell¨ª ¡ªque en este caso no significa lo que parece¡ª Stevens fue generoso y homenaje¨® a George Harrison, de The Beatles, a quien defini¨® como ¡°inspirador¡± para ¨¦l, interpretando su Here Comes the Sun. Tambi¨¦n record¨®, y cant¨®, a Nina Simone, ¡°la reina del movimiento proderechos civiles y de la protesta negra¡±, dijo. Y as¨ª, el concierto transcurri¨® desgranando una vida, la suya y la de su p¨²blico, y, sin duda, ofreciendo una visi¨®n espiritual acorde a su recorrido vital. Stevens casi ped¨ªa perd¨®n cada vez que les llegaba el turno a algunas de sus nuevas canciones. No m¨¢s de cuatro o cinco, sobre todo de King Of a Land, y que, a pesar de su petici¨®n de disculpas, encajaban perfectamente en la narraci¨®n del concierto.
Moncho Alpuente qued¨® decepcionado en su cr¨®nica del ¨²ltimo concierto en Espa?a. Era el 28 de mayo de 1976. Alpuente mencionaba que apareci¨® con una pierna escayolada y aquello le pareci¨® un desastre de calor y de actuaci¨®n. En Marbella, Stevens cont¨® que ten¨ªa un recuerdo regular de aquella visita porque en Madrid se rompi¨® el tobillo y sufri¨® mucho dolor. Cuarenta y siete a?os despu¨¦s, no ha habido ni dolor ni decepci¨®n. S¨ª entusiasmo y, sobre todo, toda la emoci¨®n posible. La siguiente cita es en el Festival de Glastonbury, en Inglaterra, este pr¨®ximo domingo. A partir de ah¨ª, su agenda no da pistas de d¨®nde buscarlo.
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