¡®Chinas¡¯: prejuicios e incomunicaci¨®n en el ¡®chino¡¯ de la esquina

En un arranque prometedor, Arantxa Echevarr¨ªa expone con sencillez el doloroso conflicto que plantea su nuevo largometraje, Chinas. En el d¨ªa de su comuni¨®n, una ni?a asi¨¢tica adoptada entra en un bazar chino donde de forma abrupta salen a relucir los problemas de identidad, prejuicios e incomunicaci¨®n de los que habla este filme, valioso por acercarse a una realidad multicultural profundamente compleja, pero fallido cuando subraya en exceso un naturalismo que parad¨®jicamente resulta artificioso.

Echevarr¨ªa se centra en dos familias, la de la ni?a adoptada en conflicto con sus or¨ªgenes y sus rasgos y la de los due?os de ese bazar de la esquina y sus dos hijas, una adolescente y otra de la misma edad que la ni?a adoptada. El choque afectivo entre ambas j¨®venes, sus problemas familiares, centrados sobre todo en la tensi¨®n con sus respectivas madres, son el eje de una pel¨ªcula especialmente inspirada en ese cuadro m¨¢s ¨ªntimo. Casi todo lo que ocurre en la trastienda del bazar est¨¢ entre lo mejor del filme. Tambi¨¦n su secuencia m¨¢s violenta e inc¨®moda. El personaje de la madre inmigrante expresa todo el desarraigo y soledad de una comunidad herm¨¦tica que choca con sus propios hijos. Todos tenemos un chino cerca, al que acudimos a por hielo, cervezas o chucher¨ªas y, muy a menudo, la distancia es abismal con las personas que hay tras el mostrador. De eso habla Chinas.

De alguna manera, esta pel¨ªcula retoma, despu¨¦s de la comedia La familia perfecta, la estela de Carmen y Lola (2018), ¨®pera prima de Echevarr¨ªa que pas¨® por la Quincena de Realizadores de Cannes con su retrato de una historia de amor entre dos j¨®venes gitanas. Como entonces, la directora destierra las barreras de la ficci¨®n y trabaja con la improvisaci¨®n y un naturalismo que aqu¨ª no encuentra su mejor tono. Algo que afecta a parte de las largas conversaciones entre las ni?as peque?as o las de los adolescentes.

Chinas habla de familias, de barrios, concretamente Usera, en Madrid, y de una multiculturalidad cuya riqueza muchas veces se pierde por la falta de empat¨ªa que expone esta pel¨ªcula, especialmente sensible a la segunda generaci¨®n de inmigrantes, esos ni?os y j¨®venes que luchan por encontrarse a s¨ª mismos entre dos tradiciones. Sea como sea, Chinas es una llamada de atenci¨®n ante las vidas ajenas que tenemos ante nuestras narices y, por el camino, regala momentos tan preciosos como ese plano subacu¨¢tico que une a las dos ni?as protagonistas en una piscina municipal donde su fr¨¢gil felicidad al final sale a flote.