El conflicto espiritual de ¡®El hereje¡¯ regresa a Valladolid
Una exposici¨®n recuerda la obra maestra de Miguel Delibes por su 25 aniversario en pleno ambiente de tensi¨®n religiosa
El rastro de la tinta azul corrida sobre el papel acredita la fuga de agua que casi destruye el manuscrito original de El hereje, publicado por Miguel Delibes en 1998. La aguda caligraf¨ªa del escritor vallisoletano (1920-2010) a?adi¨® incontables apuntes, matices y correcciones para perge?ar su ¨²ltima obra, ganadora del Premio Nacional de Narrativa. La evoluci¨®n espiritual de Cipriano Salcedo, nacido el 31 de octubre de...
El rastro de la tinta azul corrida sobre el papel acredita la fuga de agua que casi destruye el manuscrito original de El hereje, publicado por Miguel Delibes en 1998. La aguda caligraf¨ªa del escritor vallisoletano (1920-2010) a?adi¨® incontables apuntes, matices y correcciones para perge?ar su ¨²ltima obra, ganadora del Premio Nacional de Narrativa. La evoluci¨®n espiritual de Cipriano Salcedo, nacido el 31 de octubre de 1517 a la par que Mart¨ªn Lutero colocaba en la iglesia cat¨®lica de Wittenberg (Alemania) sus 95 tesis reformistas, protagoniza una novela sobre la persecuci¨®n inquisitorial de la corte de Carlos I contra el protestantismo y describe aquella sociedad en su Valladolid natal. En esa misma ciudad, coincidiendo con el 25 aniversario de la publicaci¨®n de la obra, la exposici¨®n El fuego de la conciencia muestra c¨®mo el escritor se document¨® escrupulosamente para desgranar aquella ¨¦poca de oscura represi¨®n religiosa.
Delibes nunca quiso que este, su libro m¨¢s extenso y el ¨²nico ajeno a sus tiempos vitales, se considerase ¡°novela hist¨®rica¡±. Pese a ello, analiz¨® cada detalle para describir las andanzas de personajes ficticios como Salcedo o Minervina Capa junto a figuras reales como el doctor Agust¨ªn de Cazalla o do?a Leonor de Vivero. El escritor alumbr¨® su ¨²ltima gran creaci¨®n con 78 a?os tras una larga etapa de enfermedad agudizada por el dolor de haber perdido a su ¨²nico y gran amor, ?ngeles de Castro. Esta melancol¨ªa embarg¨® sus escritos y el pesimismo inunda tambi¨¦n El hereje, de final aciago para los insumisos contra la fe cat¨®lica.
El vallisoletano le dedic¨® tres a?os, mucho m¨¢s que las tres semanas invertidas en El camino, y sorprende incluso a quienes mejor han conocido su literatura, como el director de la fundaci¨®n que lleva su nombre, Fernando Zam¨¢cola: ¡°Le diagnosticaron c¨¢ncer de colon casi cuando public¨® este libro, cuando le dieron el Premio Cervantes en 1993 parec¨ªa en su discurso que entonaba su peque?o canto del cisne¡±. La retirada, en cambio, no lleg¨®, seg¨²n ilustra la exposici¨®n conmemorativa, instalada en las Cortes de Castilla y Le¨®n, en Valladolid, que se puede visitar gratuitamente hasta el 17 de febrero y abierta todos los d¨ªas.
La galer¨ªa, a unos metros del convulso Parlamento, sumerge en la quietud y el crepitar del fuego como gu¨ªa por esta historia. Los trabajos han costado 250.000 euros, asumidos por la Fundaci¨®n Castilla y Le¨®n, dependiente de la Consejer¨ªa de Cultura, y la Fundaci¨®n Miguel Delibes. La sala entremezcla viejos vol¨²menes junto a piezas escult¨®ricas de Juan de Juni o Alonso Berruguete, emblemas art¨ªsticos de ese siglo XVI adonde se traslada al lector, u obras sobre la navegaci¨®n entre Flandes y aquella Corona de Castilla. Los viajes de Salcedo tanto por Europa como por la provincia vallisoletana y los montes Torozos representan, seg¨²n el comisario del conjunto, Mario Crespo, c¨®mo el novelista configura un periodo en constante movimiento, una evoluci¨®n social y religiosa censurada por el poder, perseguidor de Lutero o Erasmo de Rotterdam mientras grup¨²sculos como el ¡°convent¨ªculo¡± del libro trataban de explorar aquella v¨ªa de fe.
¡°La novela es pesimista con el futuro del ser humano, cont¨® la soledad del individuo y c¨®mo la confianza en la fraternidad se resquebraja¡±, argumenta Crespo, sobre este escritor ¡°cervantino¡± cuya descripci¨®n de la b¨²squeda espiritual de Salcedo y el castigo del Santo Oficio, saldado con el auto de fe en la plaza Mayor de Valladolid, minuciosamente presentada en el libro, conmocion¨® a lectores internacionales y en especial en Alemania: ¡°Ayud¨® a reflexionar sobre el Holocausto, hechos terribles sucedidos en el pasado¡±. Delibes bebi¨® del historiador Marcelino Men¨¦ndez Pelayo para expresar ¡°la tensi¨®n¡± que este evoc¨® sobre aquellos autos de fe p¨²blicos, de escarnio y humillaci¨®n para los enemigos de la religi¨®n, previamente torturados y obligados a confesar. Muy cerca de esos libros, el guion nunca ejecutado que elabor¨® el cineasta Jos¨¦ Luis Cuerda.
La exposici¨®n revela el car¨¢cter de ese Delibes tozudo, de h¨¢bitos firmes entre Valladolid y su retiro en Sedano (Burgos). ¡°Yo no he sabido trabajar con fichas nunca y esto ha agrandado mucho el problema¡±, asumi¨® sobre los 1.500 folios escritos pero sintetizados en un tercio. Los expositores revelan las hojas donde dise?¨® a mano mapas de los ambientes de la obra o esquemas del argumento. Las 100 piezas junto a los elementos estrictamente literarios incluyen un reloj de sol, usado para la navegaci¨®n, regalado por el Duque de Alba a Carlos I, o una ¡°petaca¡± o bolsa de viaje, como las empleadas para introducir en Castilla las obras prohibidas.
Zam¨¢cola ensalza la contemporaneidad de El hereje en momentos de convulsi¨®n religiosa y lo recomienda a los j¨®venes ¡°para entender la tolerancia y la libertad religiosa, de conciencia, de reuni¨®n y de expresi¨®n, es una reflexi¨®n sobre la gente que muere por ejercer su libertad¡±. ¡°El hereje es todo Delibes¡±, resume Zam¨¢cola por c¨®mo enlaza el componente hist¨®rico con los conflictos agrarios, la observaci¨®n del campo, el mundo del cazador, la ternura hacia los ni?os o el temor a la muerte.
La muestra guarda paralelismos con uno de los cuadros de las Cortes, recientemente restaurado, sobre los Comuneros, revolucionarios contra los Austria y liquidados por los poderosos en 1521. Mismo destino sufrieron Cipriano Salcedo y aquellos luteranos, cuyo recorrido por El hereje puede transitarse en una ruta por Valladolid por los lugares emblem¨¢ticos de la novela, aunque sin acabar en una hoguera enfrente del actual Campo Grande. Delibes, que hubiera cumplido 103 a?os este 17 de octubre, celebr¨® el Premio Nacional como un d¨ªa cualquiera: dando un paseo.