Murakami no tuvo tiempo de correr en Gij¨®n: las diez claves de un movimiento unipersonal
El autor japon¨¦s premio Princesa de Asturias de las Letras 2023 no quiere etiquetas salvo la que le define a ¨¦l: muraka¨ªsmo. Este es un dec¨¢logo de su obra
Murakami suele correr all¨¢ donde va, salir con su ch¨¢ndal y deportivas a dejar descansar la cabeza mientras su cuerpo se esfuerza, se fortalece y adquiere br¨ªos para sumergirse despu¨¦s en la intensa actividad que para ¨¦l es escribir. Nos lo cont¨® de sobra en De qu¨¦ hablo cuando hablo de correr y lo ha contado estos d¨ªas en Asturias, adonde viaj¨® el lunes para participar en varias actividades previas a la entrega de los Premios Princesa de Asturias. Pero en Oviedo, al menos hasta el viernes, el autor japon¨¦s a¨²n no hab¨ªa corrido. Demasiada gente, demasiado l¨ªo alrededor. Lo que s¨ª ha hecho es comer, comer pescado. Suponemos que no tanto como para escribir un nuevo ensayo bajo el t¨ªtulo De qu¨¦ hablo cuando hablo de comer, pero s¨ª como para cont¨¢rselo a la audiencia de 1.000 personas que se desvivi¨® el mi¨¦rcoles por escucharle y aplaudirle en el teatro Jovellanos de Gij¨®n. Al autor japon¨¦s ungido con el premio Princesa de Asturias de las Letras 2023 le ha encantado el pescado fresco y la cocina asturiana. No sabe nada, el hombre.
Murakami, nacido en Kioto en 1949, no es Meryl Streep, galardonada con el Princesa de Asturias de las Artes, que ha bailado al son de las gaitas y seducido a quienes se la han cruzado por Asturias, sino que cultiva los silencios, mide hasta el extremo las palabras, los posados, las comparecencias y administra sus respuestas con un laconismo que es el espejo inverso de sus prolijas y extensas novelas. As¨ª lo demostr¨® tambi¨¦n el mi¨¦rcoles en su encuentro con 92 clubes de lectura llegados de muchas partes de Espa?a y que, quien esto firma, tuvo el honor de moderar. Demostr¨® que es un fen¨®meno de masas.
El escritor de libros como Tokio blues, 1Q84, Kafka en la orilla, De qu¨¦ hablo cuando hablo de escribir o la antes citada sobre su afici¨®n a los maratones, repas¨® los hitos que han compuesto el andamiaje de su obra. ?Que le han considerado el padre del realismo m¨¢gico japon¨¦s? Murakami lo desmiente, huye de las etiquetas y de todos los ismos salvo de uno solo: el murakamismo. Es el ¨²nico que admite para definir su literatura. ¡°Ese es mi negociado¡±. Mi business, dijo en ingl¨¦s. Ese universo comienza cada d¨ªa a las 4.30 de la ma?ana de esta manera: ¡°Me preparo el caf¨¦, lo tomo, me siento delante del escritorio y me digo: ?C¨®mo va a avanzar la historia hoy? Si supiera el final me aburrir¨ªa¡±, asegur¨®. A partir de ah¨ª comienza un trabajo y una obra de la que aqu¨ª vamos a intentar elaborar las claves. El dec¨¢logo de ese movimiento unipersonal:
1. Lo surreal, lo on¨ªrico. Murakami se ha especializado en abrir caminos paralelos a la realidad, en descubrirnos pliegues invisibles donde habitan fantas¨ªas que afectan a sus personajes y que van encajando con sus vidas comunes. Suele ocurrir poco a poco, sin que una hecatombe o desastre hayan provocado el cambio y eso lo hace m¨¢s sorprendente. Muy eficaz. Los protagonistas de 1Q84, por ejemplo, se encuentran con que de repente habitan en un mundo donde salen dos lunas por la noche, algo que solo ellos ven mientras el resto de los comunes ven una. En el cambio de agujas que hace trastocar sus planes y los del mundo surgen fisuras peligrosas que obligan a replantear la vida entera. Y lo surreal se vuelve veros¨ªmil.
2. La imaginaci¨®n de Murakami es desbordante y supera una y otra vez, libro a libro, las fronteras conocidas. Si George Orwell cre¨® el Gran Hermano en 1984, ¨¦l ha creado la Little People, seres diminutos que buscan la grieta para entrar en nuestro mundo y alterarlo. Y muchas criaturas m¨¢s.
3. La congoja, el desconcierto, el vac¨ªo, el desarraigo son los sentimientos m¨¢s presentes en sus personajes, abatidos en general por unas relaciones fr¨ªas con su entorno en las que la soledad se abre paso entre las grietas de la incomunicaci¨®n. Sin desmentirlas, el autor sin embargo prefiri¨® en Gij¨®n definirse con otra: el humor. Ser¨¢ el punto 10.
4. El abismo. Los personajes de Murakami, habitualmente j¨®venes y en la treintena, suelen encontrarse ante encrucijadas que trastocan su vida y en las que deben elegir un camino. Alguno de ellos suele ser el abismo. Y ese peligro introduce siempre una zozobra inc¨®moda que atrapa eficazmente al lector.
5. La cultura popular y occidental. Se dice que Murakami es el menos japon¨¦s de los autores de Jap¨®n y que conecta precisamente con los j¨®venes y lectores en general de decenas de pa¨ªses por su capacidad para unir sus universos mentales con una cerveza Heineken, un Billy Jean de Michael Jackson, canciones de Louis Armstrong, el barroco de Bach o innumerables referencias al cine de Hollywood. ?l mismo regent¨® un club de jazz y tuvo una tienda de discos con su esposa, con la que est¨¢ casado desde hace 53 a?os. De lecturas muy vers¨¢tiles, ha bebido de Brautigan, de Vonnegut, de Fitzgerald, de Salinger, de Dostoievski o de Garc¨ªa M¨¢rquez. Y se nota.
6. La musicalidad. Murakami escribe como si tocara un instrumento, bajo un ritmo y un sonido interior que deja fluir como un concertista de jazz, suele decir. Persigue el destino de sus personajes como lo hace el lector. Con la misma curiosidad arrastrada por la melod¨ªa que ha sido capaz de crear.
7. Gatos, lunas, cuervos. Algunos elementos como estos se han hecho m¨ªticos del murakamismo. Son recursos que el autor utiliza para introducir otras posibilidades, para crear voces fant¨¢sticas que pueden ayudar a los protagonistas a seguir en su camino o para generar una mirada ajena sobre lo que est¨¢ sucediendo.
8. Lo desagradable, lo cruel. Murakami disfruta escribiendo y en Gij¨®n asegur¨® que nunca sufre al hacerlo. ¡°Yo escribo cuando quiero escribir, solo en esos momentos. Cuando no me apetece no lo hago. As¨ª que siempre que escribo, disfruto much¨ªsimo¡±, asegur¨®. ¡°Siempre escribo con mucha ilusi¨®n. El placer es tanto para el escritor como para los lectores¡±. Lament¨® sin embargo el mal rato que les hace pasar cuando incluye descripciones detalladas de violencia, suicidio, abusos sexuales o incesto. Es la realidad del mundo.
9. Lo aleatorio, lo imprevisible, lo ca¨®tico. Precisamente porque nunca nada es lo que se espera en los libros de Murakami, la br¨²jula injertada en ellos traslada al lector a lugares que no hab¨ªa previsto. Sus desarrollos son siempre arbitrarios, pero los hace cre¨ªbles.
10. El humor. El autor demuestra un sentido del humor autom¨¢tico en las relaciones cara a cara y asegura que esa ¨Del humor¨D es la caracter¨ªstica de su literatura. Hacer llorar es f¨¢cil, suele decir, y hacer re¨ªr es mucho m¨¢s complicado. El p¨²blico de Gij¨®n se rio a rabiar ante sus respuestas. ¡°El sentido del humor es muy importante, m¨¢s que la agon¨ªa. Si podemos usar el sentido del humor, todo ir¨¢ bien¡±. El de su literatura, sin embargo, para quien esto escribe, est¨¢ a¨²n por descifrar.
Murakami termin¨® el acto de Gij¨®n anunci¨¢ndonos que en 2024 publicar¨¢ en Espa?a su ¨²ltimo libro, escrito en las dif¨ªciles condiciones de aislamiento de la pandemia y terminado cuando ya hab¨ªa empezado la guerra de Ucrania. ¡°No salen la guerra ni el confinamiento¡±, asegur¨®, ¡°pero est¨¢n ah¨ª¡±. Ser¨¢ La ciudad y sus muros inciertos y se publicar¨¢ en Tusquets, como toda su obra. Habla de las murallas, nos adelant¨®, que nos acogotan. El hombre que ha le¨ªdo cuatro veces Los hermanos Karamazov, amante de entregas extensas como las suyas, promete continuar. No sabe qu¨¦ retos y proyectos abordar¨¢ en el futuro, concluy¨®, pero llegar¨¢n. Le llegar¨¢n directamente a sus manos como siempre ha ocurrido, dijo. Y ah¨ª estar¨¢ levantado, con el caf¨¦ listo, para convertirlas en libros.
Babelia
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