Haruki Murakami, Premio Princesa de Asturias de las Letras: ¡°El escritor tiene que profundizar hasta el segundo s¨®tano de la conciencia¡±
El escritor japon¨¦s, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2023, se ha reunido en el Teatro Jovellanos de Gij¨®n con participantes de clubes de lectura
Haruki Murakami (Kioto, 74 a?os) ha llegado este mi¨¦rcoles al teatro Jovellanos de Gij¨®n, ante los aplausos de los fans congregados a la puerta, calzando unas zapatillas deportivas, de las de correr; porque Murakami adem¨¢s de escritor es un conocido corredor de maratones. El menudo japon¨¦s camina liviano y fr¨¢gil, como si la gravedad le atrajese menos que al resto, y parece algo abrumado. Adem¨¢s de escritor y corredor, es un t¨ªmido declarado que siente cierta aversi¨®n a las comparecencias p¨²blicas y medi¨¢ticas. No se prodiga. Por eso la oportunidad de escucharle en Gij¨®n ha sido muy atractiva para los mil miembros de 93 clubs de lectura de bibliotecas p¨²blicas asistentes al evento, muy mayoritariamente mujeres, que ha conducido la periodista de EL PA?S Berna Gonz¨¢lez Harbour. El autor nip¨®n, eterno candidato al Nobel, es este a?o Premio Princesa de Asturias de las Letras.
¡°Aqu¨ª la comida es buen¨ªsima¡±, ha sido de lo primero que ha dicho en respuesta a la pregunta de la periodista por su estancia en Asturias. Luego ha ahondado en ciertas facetas de su obra. ¡°El trabajo del escritor es bajar a las profundidades de la conciencia¡±, ha explicado. ¡°Si la conciencia es una casa, con sus diferentes pisos, el escritor tiene que bajar, no al s¨®tano, sino al segundo s¨®tano¡±. Esa profundizaci¨®n en la esencia humana explica, a juicio del autor, que su obra sea bien recibida por j¨®venes y mayores, hombres y mujeres, y gentes de diferentes culturas. En el fondo, muy en el fondo, en ese segundo s¨®tano, todos somos muy parecidos.
Murakami tiene la voz grave y, a pesar de la timidez, cierta vis c¨®mica que se ha visto potenciada al infinito por la dicharachera traductora simult¨¢nea en los auriculares. De tal modo que se ha registrado una hilaridad constante en la platea, no siempre por lo que el japon¨¦s ha dicho, sino por el desparpajo de la traducci¨®n, en un evento, por lo dem¨¢s, trufado de contratiempos t¨¦cnicos. Cabe preguntarse si el autor comprend¨ªa el motivo de tanta carcajada cuando muchas veces el mensaje no era tan gracioso, pero se le ha visto c¨®modo en el papel. Eso s¨ª, seg¨²n ha declarado, ¡°el sentido del humor es m¨¢s importante en mi obra que la soledad o la congoja¡±. Muchos nunca hubieran esperado que un encuentro con Murakami (y su traductora) fuera a ser tan divertido.
Autor de m¨¢s de 20 novelas, varias decenas de relatos y m¨¢s de media docena de ensayos, Murakami ha sido criticado por introducir en su obra demasiados elementos de la cultura occidental en detrimento de la tradici¨®n nipona, y no solo de la cultura pop, como ciertas canciones (es un apasionado del jazz; antes de escribir regentaba un club de esta m¨²sica), sino tambi¨¦n la preocupaci¨®n por la conciencia individual, en la que el Occidente individualista contrasta con el Oriente comunitario. Su primera lectura occidental, Rojo y negro, de Stendhal. Y ha le¨ªdo cuatro veces Los hermanos Karamazov, de Dostoievski, ¡°No creo que haya mucha gente que pueda decir eso¡±, ha se?alado. Y eso que no le gustan los libros gruesos.
¡°Mi padre era profesor de literatura japonesa, y mi madre, hasta casarse, tambi¨¦n¡±, explic¨® Murakami, ¡°por eso me alej¨¦ de la literatura japonesa. Pero soy japon¨¦s, vivo en Jap¨®n, escribo en japon¨¦s y como comida japonesa. Ahora que mi estilo se ha asentado, ya no me critican por esto¡±. Un estilo del que el autor ha destacado la ¡°belleza del ritmo y de la melod¨ªa¡±, en respuesta a las dudas de los clubes de lectura, que leyeron sus preguntas con solemnidad y entre frecuentes aplausos, que se intercalaban con las risas recurrentes.
Cuando ten¨ªa 29 a?os, Murakami escribi¨® su primera novela. ¡°Fue algo que cay¨® del cielo, al ir a ver un partido de b¨¦isbol en primavera, nunca imagin¨¦ que podr¨ªa escribir algo as¨ª. Y as¨ª ha sido siempre y as¨ª sigo, esperando que sigan cayendo cosas del cielo¡±, ha relatado, abriendo los brazos hacia el cenit, a cuenta de su inspiraci¨®n para escribir. Luego est¨¢n las carreras. ¡°Cuando salgo a correr, trato de no pensar en nada, de vaciar la cabeza, no es f¨¢cil. Pero escribir, sobre todo cuando son novelas largas, es exigente f¨ªsicamente. Nunca me creen cuando lo digo¡±, ha a?adido.
Murakami combina una narrativa sencilla, los di¨¢logos lac¨®nicos, con ambientes donde el realismo m¨¢gico se entrelaza con la ciencia ficci¨®n y temas como la soledad, el aislamiento, la b¨²squeda de la identidad o el amor. El particular c¨®ctel literario, desde la novela Tokio blues. Norwegian wood (Tusquets), escrita en 1987, aunque publicada en Espa?a en 2005, cautiv¨® a lectores por todo el planeta. ¡°Me gustan autores como Garc¨ªa M¨¢rquez, pero no me gustan los ismos. As¨ª que m¨¢s que realismo m¨¢gico creo que hago murakamismo. No tengo maestros, ni disc¨ªpulos. Soy solo yo. Es mi negocio¡±, ha concluido. Entre las inagotables risas del p¨²blico.
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