La ¡®marca¡¯ Leonor: un nombre con mucha historia en las monarqu¨ªas europeas
Un recorrido para analizar la teor¨ªa de la expansi¨®n del nombre de la actual princesa de Asturias en las familias reales del continente
A comienzos del verano de 1170 part¨ªa de Burdeos una impresionante comitiva en la que iba ¡°la m¨¢s exquisita flor de la nobleza¡± de Castilla encabezada por el arzobispo de Toledo y cuatro obispos castellanos; junto a ellos viajaba el arzobispo de Burdeos y otros seis obispos y nobles ingleses, aquitanos, bretones y normandos. Acompa?aban a una ni?a de nueve a?os que viajaba a Burgos. Se llamaba Leonor, nombre que le hab¨ªan puesto por su madre, la famosa Leonor de Aquitania, quien, a su vez, deb¨ªa el nombre de pila a su madre, Aenor; para distinguir a madre e hija, a esta la llamaron Alia Aenor, la otra Aenor, Alienor. La ni?a de la comitiva viajaba a Castilla para ser reina. Ten¨ªa muy buenas credenciales: era hija del rey Enrique II de Inglaterra, y en ella vio la corte castellana a la mujer de alto linaje que necesitaba el rey. Pasaron los Pirineos por Canfranc y pararon en Tarazona donde la esperaba su futuro marido, un joven rey de 15 a?os, Alfonso VIII de Castilla (1155-1214). All¨ª se celebr¨® el matrimonio, aunque no se pod¨ªa consumar por la edad de la novia. Nueve a?os despu¨¦s Leonor tuvo su primera hija, Berenguela. Tendr¨ªa diez hijos m¨¢s y cumplir¨ªa as¨ª el primer deber como reina, ser la ¡°incubadora¡± de los hijos del rey.
Leonor de Inglaterra sirve de modelo de algunas reinas hispanas del Medievo; de tan convencional se la ha considerado el prototipo de realeza femenina que aparece en el c¨®digo de las Partidas. Elegida cuidadosamente por su linaje, siendo a¨²n ni?a hace un largo viaje hasta llegar a destino, para cumplir una misi¨®n delicada y compleja para la que hab¨ªa sido preparada: ¡°criar y casar¡± (a sus hijos e hijas) como funci¨®n esencial que apuntaban las Partidas, presentarse como madre de una familia unida y ejemplar, intervenir como mediadora ante el rey cuando los s¨²bditos lo necesitaban, contribuir a crear o mantener una buena imagen del rey y de ella misma mediante el patrocinio cultural y religioso, cooperar a la propaganda pol¨ªtica, en particular a la construcci¨®n de la memoria din¨¢stica.
Su tarea pol¨ªtica parece limitarse a la mediaci¨®n, pero ?era esa su ¨²nica intervenci¨®n en la pol¨ªtica del reino? En los documentos de Alfonso VIII aparece una f¨®rmula, ¡°reinando en uno¡±, que parec¨ªa indicar la igualdad de los c¨®nyuges en la toma de decisiones. Era una f¨®rmula te¨®rica que, con palabras similares, se registra en documentos reales del Medievo desde el siglo X; su significado plantea dudas pues no siempre hay evidencias de la intervenci¨®n de las reinas en tareas de gobierno. En realidad, la f¨®rmula ¡°reinando en uno¡± no se puede aplicar de forma general, pues la acci¨®n de las reinas depend¨ªa de la coyuntura de su tiempo; mientras unas desarrollaron una importante actividad pol¨ªtica, otras no tuvieron esa opci¨®n o esa necesidad.
La segunda reina de nombre Leonor era hija de Leonor de Inglaterra y Alfonso VIII. Elegida para ser reina de Arag¨®n y, con la boda, limar asperezas entre Castilla y Arag¨®n, se cas¨® con 30 a?os, en 1221, con Jaime I, que solo ten¨ªa 13; el matrimonio dur¨® poco al solicitar el rey la nulidad por consanguinidad, y concederla el papa en 1229. Su destino fue, pues, bien diferente del de su madre. Dos Leonores, dos caminos distintos. Otras Leonores a?aden m¨¢s modelos de reinas y ampl¨ªan el panorama de la realeza femenina hispana durante la Edad Media, que, l¨®gicamente, fue evolucionando seg¨²n pasaron los siglos.
Los reyes sucesores de Alfonso VIII, su nieto Fernando III y su bisnieto Alfonso X, bautizaron a alguna de sus hijas con el nombre Leonor. Fernando III puso este nombre a dos de sus hijas, a una que tuvo con su primera esposa, Beatriz de Suabia, y a otra que tuvo con la segunda, Juana de Ponthieu, una Leonor que fue reina famosa de Inglaterra. Unos versos de la Cantiga de Santa Mar¨ªa n¨²mero 221 nos llevan a las ra¨ªces de la boda de esta Leonor de Castilla con el rey de Inglaterra: ¡°Y estaba su abuela, hija del Rey de Inglaterra [Leonor],/ mujer del Rey Don Alfonso [VIII], por la que ¨¦l cruz¨® la sierra/ y fue a entrar en Gascu?a [1206] para ganarla por la guerra¡±; Gascu?a era la dote que supuestamente hab¨ªa entregado Leonor de Aquitania y Enrique II a Leonor de Inglaterra, pero al no hacerse efectiva se convirti¨® en un conflicto enquistado. Casar a esta infanta de Castilla con Eduardo I de Inglaterra podr¨ªa solucionar el problema. Para celebrar la boda vino el novio a Burgos en 1254. Leonor fue madre prol¨ªfica de 15 hijos, y tuvo una vida activa en el reino de Inglaterra.
Un cronista la retrat¨® como ¡°un pilar de toda Inglaterra, era una mujer, pero m¨¢s que un hombre en valor y virtud¡ Como Aurora, ella disip¨® las sombras de la noche con sus rayos de claridad penetrante¡±, elogios similares a los que se aplicaban a las reinas de todas latitudes y que no siempre respond¨ªan a la realidad; es el caso de esta Leonor cuyo comportamiento no era digno de loas: su voracidad por acumular tierras, t¨®nica de su vida, dej¨® a muchos arrendatarios en la indigencia. Leonor de Castilla es bien recordada en Inglaterra por las cruces que mand¨® construir su marido, entristecido por su p¨¦rdida. Una de ellas es la famosa Charing Cross.
El nombre Leonor se sigui¨® usando por reinas de los siglos XIV y XV. En el siglo XIV, Leonor de Castilla, hija de Constanza de Portugal y Fernando IV, nieto de Alfonso X, fue elegida para casarse con el primog¨¦nito de Arag¨®n. Ten¨ªa cuatro a?os cuando en 1311 fue llevada a educarse en la corte de su futuro esposo. La boda se celebr¨® en 1319, cuando ella ten¨ªa 12 a?os y ¨¦l 23, pero al terminar la ceremonia el novio llev¨® a cabo una decisi¨®n que ten¨ªa tomada: entrar en un monasterio; a la ni?a Leonor se la envi¨® de nuevo a Castilla. Diez a?os despu¨¦s, en 1329, tras enviudar Alfonso IV de Arag¨®n, hermano de su marido frustrado, se cas¨® con ¨¦l y tuvo dos hijos. Su ambici¨®n por conseguir que sus hijos heredaran el reino la enemist¨® con el sucesor, Pedro IV. Este tuvo el nombre Leonor bien asociado a su familia. Se cas¨® con Leonor de Portugal en 1447, y al morir la joven reina v¨ªctima de la peste negra (1448), el rey tom¨® por esposa, en 1449, a Leonor de Sicilia; con ella tuvo una hija: Leonor de Arag¨®n, esposa de Juan I de Castilla. De todas ellas, solo una, la Leonor de Castilla hija de Juan II, mantuvo por unos meses el t¨ªtulo de princesa de Asturias; fue jurada heredera en una junta en Burgos, no en Cortes donde se juraba al heredero, pues, al estar su madre embarazada, hab¨ªa esperanza de que naciera un var¨®n; as¨ª fue, naci¨® Enrique IV.
Los ¡°bailes de princesas¡± que mov¨ªan a las hijas de los reyes de unas partes a otras por intereses pol¨ªticos, favorecieron la expansi¨®n del nombre Leonor. A partir de la duquesa de Aquitania el nombre lleg¨® a los reinos hisp¨¢nicos y a algunos europeos; puede percibirse como un ejemplo m¨¢s de la contribuci¨®n a propagar la cultura del reino del que part¨ªan, y de la huella que aportaban como mecenas culturales, promotoras de arte, adalides de la memoria din¨¢stica, mediadoras pol¨ªticas y comprometidas en visibilizar la f¨®rmula ¡°reinando en uno¡± con su presencia en acontecimientos importantes del reino. Bien deb¨ªa saberlo la reina Sof¨ªa cuando estaba siempre al lado del rey en los actos de toma de posesi¨®n de las altas dignidades de Espa?a, ?pretend¨ªa visibilizar que ¡°reinaba en uno¡± con el rey como algunas de las reinas Leonor?
Babelia
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